Dos ingleses afirman que el Führer falleció en nuestro país. Pero un periodista barilochense los acusa: "Yo lo dije primero".
Adolf Hitler se suicidó –según la historia oficial– el 30 de abril de 1945 en su búnker de Berlín de un tiro en la cabeza junto a su amante, Eva Braun. Al menos, eso es lo que sabíamos todos acerca del fin del líder nazi. Recientemente dos escritores británicos, Simon Dunstan y Gerrard Williams, aportan otra tesis en su nuevo libro The Grey Wolf: The Escape of Adolf -o El Lobo Gris: El Escape de Adolf.
Según los investigadores, después de la Segunda Guerra, Hitler llegó en submarino a la Argentina junto a Braun, orbitó entre Córdoba y Río Negro, tuvo dos hijas y murió en 1962, a los 73 años, para ser enterrado en algún lugar de la franja montañosa barilochense. Williams afirma que su evidencia “es contundente”.
Pero la investigación surgió en la Argentina. Desde Bariloche, el periodista Abel Basti, autor del libro Hitler en Argentina, publicado en 2006 y editado en Alemania y España, afirma: “Yo lo dije primero. Me robaron la idea y la investigación. Copiaron toda la información que recogí, todos los testimonios y documentos. Decir que me la dieron por la espalda es poco".
Basti cuenta a Libre : "Me reuní con Williams en 2007 y firmamos un contrato. Él iba a llevar el libro a Inglaterra y filmar una película sobre él, íbamos mitad y mitad. De hecho la película se filmó acá, Williams produjo y dirigió, y se completó en el 90 por ciento con actores argentinos".
En 2008, Williams desapareció y Basti dio por rescindido el contrato. Hoy, carta documento mediante patrocinada por su abogado, Pablo Siguenza, demanda por plagio a Dunstan y Williams y a su editorial, Sterling Publishing: "Por lo menos quiero que retiren el libro de circulación. No pensé en un CIFRA todavía". Hasta ayer no hubo respuesta de sus rivales británicos.
El argentino fundamenta su teoría en dos pruebas que según él son definitorias: el testimonio de Catalina Gameno, hija adoptiva del matrimonio Eichhorn –investigados por el FBI por sus lazos con los nazis–, dueños del hotel Edén en La Falda donde Hitler supuestamente vivió, y un documento (también del FBI) que ratifica la sospecha. Hasta halló una supuesta foto del Führer viejo y moribundo en nuestro país.
Hitler en Argentina no es su única obra dedicada al nazismo: también lanzó Bariloche Nazi y El Exilio de Hitler. Este año planea otro título, Los Secretos de Hitler, en el que contará “sus acuerdos con los yanquis y con los sionistas”
El frente judicial viene picante. Basti también tiene otra demanda: “Estoy en litigio con el Ministerio de Defensa. Tienen archivos clasificados que no me permiten ver por resolución formal cuando toda la documentación sobre nazis tiene que estar disponible por ley”. Otro misterio ahí.
(FUENTE: perfil.com)
Lo editado por Gerrard Williams y Simon Dunstan en su hipothesis basica (..y tambien todo lo editado por Abel Basti.. ) es una muy mala copia de El escape de Hitler (ver website con copyrigth de 1999 !! www.hitlers-escape.com ) de Patrick Burnside y editado en varias ediciones y editores desde el año 2000 y hasta 2004 en español.
ResponderEliminarSimplemente voy a contar tal como me la contaron a mi una simple historia que involucra a ambas mujeres. Una noche de Junio de 1952 un largo coche negro entró por el portón de la residencia presidencial que entonces estaba ubicada en la calle Austria, hoy solar de la Biblioteca Nacional. En el automóvil iban dos personas y un chofer. Una de ellas un empresario alemán radicado en el país de apellido Clement, la otra una misteriosa mujer elegantemente vestida de negro con un collar de perlas adornando su cuello. La dama rubia regordeta que no pasaba de los cincuenta años, se dirigió rápidamente a la habitación donde la primera dama argentina Eva Perón se encontraba agonizando. El motivo de la visita de esta mujer que vivía habitualmente en la lejana Patagonia, era interesarse por la salud de la enferma y proponer la adquisición de una droga que traerían por su intermedio de Alemania, mediante un laboratorio alemán radicado en Buenos (el mismo en que trabajó un tal Doctor Gregor-o Mengele). Esa Droga salvadora que se estaba experimentando en animales, podría salvarla. No se sabe lo que Eva Perón y esa mujer hablaron realmente. Clement el único testigo del encuentro, ya no vive. Lo cierto que Eva parcialmente lúcida ese día alcanzó a desearle un buen viaje de retorno a ese lugar lejano de la Patagonia donde la esperaba su marido. Un veterano de la Primera Guerra Mundial. En el viaje de vuelta a Villa la Angostura, Eva Braun meditó seguramente, sobre la juventud de la mujer que agonizaba siendo tan joven.- Marcelo Arndt
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