Algunas versiones sobre una posible erupción del volcán ecuatoriano Tungurahua, que causaron alarma entre la población, fallaron, aunque las autoridades confirmaron hoy que el coloso mantiene una actividad moderada y que está permanentemente vigilado por los científicos.
La supuesta revelación de ángeles a unos turistas o la versión de un anciano vidente sobre la "gran erupción" del Tungurahua esta madrugada, pese a que no fueron ciertas, alertaron a los habitantes.
"Algunas personas salieron, sobre todo de las partes altas" de la ciudad de Baños de Agua Santa, enclavada al pie del volcán, indicó hoy a Efe una fuente del Ayuntamiento de esa ciudad, que prefirió la reserva.
"Todo está normal... Aunque hay otros rumores que dicen que podría darse (la gran erupción) hasta el día 29" de mayo y otro "supuesto vidente" ha pronosticado la catástrofe para noviembre, agregó.
Se trata -dijo- de "una serie de rumores" e historias que "han causado temor en algunos", pero que no ha alterado a la mayoría de los casi 20.000 habitantes de Baños, uno de los centros turísticos más importantes del país.
"No hay que hacer caso" a esa versiones, indicó a Efe, por su parte, un experto del Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, al precisar que "la actividad sísmica se mantiene como en días anteriores".
Sismos leves internos, exhalaciones de gases y ceniza y esporádicas explosiones de intensidad moderada se han registrado en el Tungurahua durante las últimas 24 horas.
El rumor sobre la "gran erupción" coincidió en la fecha en la que el pastor evangélico estadounidense Harold Camping presagiaba el "Día del juicio final".
Camping, con base en cálculos matemáticos de la Biblia, llegó a la conclusión de que el fin del mundo se produciría este 21 de mayo, entre otros, porque se cumplirían exactamente 7.000 años después de que Noé se salvase del Diluvio Universal.
Las historias en el Tungurahua no llegaron a tanto, aunque una de las versiones apuntó a la supuesta desaparición de la ciudad de Baños por el colapso de la montaña.
La oleada de cuentos incluyó la aparición de dos ángeles a unos turistas para revelarles la "gran erupción" de este sábado, que no sucedió.
Otra advertía de un anciano vidente, que nadie volvió a ver, quien habría alargado el plazo hasta las tres de la madrugada de hoy domingo.
Este tipo de relatos representan para los científicos una tarea de "apagar incendios" entre la gente que, a veces, presta más atención a estas historias que a la información técnica que facilita a diario el Instituto Geofísico, desde hace casi doce años.
El Tungurahua, emplazado a unos 135 kilómetros al sur de Quito, inició su actual período eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado momentos de gran actividad y lapsos de relativa calma, en un proceso que podría durar algunos meses o años más.
La montaña de 5.016 metros de altitud, adornada por un entorno natural esplendoroso, por encontrarse en medio del camino entre las grandes montañas andinas y la selva amazónica, también se presta para el juego de la imaginación.
Los campesinos del lugar le llaman "Mama Tungurahua" (Madre Tungurahua, en quechua) y en muchas leyendas le asignan poderes divinos, aunque muy cerca y fraguado por su magma, se encuentra un sitio mágico conocido como "El Pailón del Diablo", una cascada que cae con fuerza en un gran cajón de rocas y cuyo espejo, por el empuje del agua, parece aceite hirviendo.
(FUENTE: EFE)
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