Los rusos creen cada vez más en los ovnis, la brujería y los adivinos. Según los expertos, esta tendencia pone de manifiesto un estancamiento social y económico.
Un 36 % de los rusos cree en la astrología, un 26 % en la vida eterna y un 32 % en los extraterrestres. Hace apenas un año estos índices mostraban porcentajes de entre seis y nueve puntos menos.
Según el director del centro Levada, Lev Gudkov, en Rusia está arraigando la “conciencia mágica”, es decir, el rechazo a comprender las relaciones de causa y efecto según la forma de pensamiento contemporánea. Esta forma de pensamiento está cediendo terreno en Rusia a la mitología, en gran medida debido a la activa expansión de la religión.
Refugiarse en la iglesia
Durante 25 años de estudios llevados a cabo por el centro Levada, el porcentaje de rusos que se consideran ortodoxos se ha multiplicado por cuatro y ha alcanzado la cifra del 77 % de la población.
“Sin embargo, no se ha producido ningún desarrollo evangélico, cristiano de la conciencia, de sus convicciones — asegura Lev Gudkov— . El hecho de recurrir a la iglesia es una especie de conjuro contra la desgracia, un deseo de contratar un seguro de vida después de la muerte”. Las encuestas del centro confirman esta hipótesis: un 61 % de los rusos no ha leído la Biblia y solo un 40 % cree en Dios. Además, entre un 4 y un 7 % de ellos participa de forma regular en los eventos de la iglesia. En otras palabras, en Rusia no hay tantos creyentes ortodoxos verdaderos.
Según Lev Gudkov, la demanda de protección mágica es cada vez mayor. Las encuestas del centro Levada muestran que en 1990 un 38 % de los rusos creía en el mal de ojo y en 2012 este porcentaje se incrementó hasta alcanzar un 59 %. No es de extrañar, señala Gudkov, la proliferación en todas partes de artefactos mágicos: iconos en los coches, objetos encantados y amuletos. Las reliquias de los santos también desempeñan esta tarea y se forman colas kilométricas para ir a verlas esperando que obren un milagro. Según muestra una encuesta del Instituto Sociológico de la Academia Rusa de Ciencias realizada en 2013, un 67 % de las mujeres recurren a la ayuda de magos, adivinos y videntes (solo un 4 % de los hombres encuestados respondía afirmativamente a esta pregunta).
La Iglesia ortodoxa rusa también está de moda. Durante los últimos años, las iglesias ortodoxas de todo el país han organizado decenas de oraciones en busca de protección contra la crisis, el terrorismo y la caída de los precios del petróleo, así como en busca de ayuda para los agricultores y la reorientación de las importaciones.
Las causas del surgimiento de la conciencia mágica
El auge de la conciencia mágica en Rusia se hizo notable en los años 90. La causa de ello, según Lev Gudkov, es un fracaso en la percepción de uno mismo, de la sociedad y del mundo, en el sistema de valores creado tras la caída de la URSS.
En aquel momento la gente estaba desorientada, comenta el director del centro Levada, y después de 70 años de régimen totalitario su dependencia del mundo que les rodeaba era muy alta. En los años 90 se reforzó el sentimiento de desamparo. “Esto se compensó a través de un aumento de la demanda de milagros, de un líder, un guía que se hiciera responsable de lo que sucedía”, indica el sociólogo. Según este, hoy en día la mayoría de los rusos cuenta con la ayuda de fuerzas externas, ya sean estatales, mágicas u ocultas. No es casualidad que la gente no confíe en nadie más que su presidente, comenta Gudkov.
En el plano ideológico, todo esto se manifiesta en forma de conservadurismo, comenta Evgueni Gontmajer, director adjunto del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales: “Este conservadurismo está formado por los valores tradicionales rusos, una mordaza espiritual que, curiosamente, no está formulada del todo”. Y no lo está porque por ahora la conciencia de los rusos es, según Gudkov, “una mezcla de ideas totalmente distintas con algunos atributos de la fe ortodoxa”.
Sin ayuda de los políticos, la fe en las fuerzas del más allá no estaría tan extendida en Rusia, señala Evgueni Yasin, director científico del Instituto de Investigación de la Escuela Superior de Economía.
“Todo esto responde al deseo de quienes están el poder de mantener su posición, de incrementar su influencia –comenta Yasin-. El gobierno actúa de este modo porque los mecanismos basados en métodos democráticos no acaban de funcionar en Rusia”. Además, según señala el profesor de la American University en Washington Borís Guershman recordando el macartismo en EE UU, el renacer de las supersticiones en una atmósfera de paranoia y miedo (a las brujas, los comunistas, los americanos, los musulmanes o los inmigrantes) “puede utilizarse expresamente con el objetivo de movilizar al electorado o de crear un tipo determinado de estado de ánimo social”.
La promoción del oscurantismo, según Gudkov, contribuye también a sofocar el debate público, a eliminar autoridades, opiniones científicas o morales independientes.
El mecanismo es quizás más sencillo todavía: la indulgencia respecto a esta conciencia mitologizada evita que la gente desarrolle un pensamiento crítico. Esto implica en el fondo la conservación del statu quo, del equilibrio. La estabilidad externa se mantiene, aunque a un precio, como sucede también con muchos países de África. Y es necesario conseguir un crecimiento cualitativo de la economía y no solo un aumento del PIB a través del petróleo y el gas sin invertir en economía del conocimiento o en capital humano.
(FUENTE: es.rbth.com)
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