Para muchos de los atletas de los Juegos Olímpicos y de cualquier otra competencia en general, nada mejor que ayudar a su ya intensa preparación física y talento deportivo, recurriendo a un amuleto o fetiche que le "facilite" el camino al podio.
Desde atletas incipientes hasta grandes veteranos, muchos, recurren a las más extrañas manías antes y después de su competencia y estas van desde, muñecos de peluche, hasta señales, ademanes y desde luego, el uso de cierta ropa interior o contacto con personas de tal o cual característica física, todas se valen a la hora de tentar a la suerte.
Esto, desde luego, incluye a las grandes leyendas como el impresionante estadounidense, Michael Phelps, cuyo rito para antes de subirse a la parrilla de salida consiste en girar los brazos tres veces, pero este es de los menos extraños, los que vienen a continuación, son un poco más singulares.
La Corporación Británica de Radiodifusión, la BBC, se dio a la tarea de compilar una seria de rituales de magia a los que recurren muchos de los atletas Olímpicos.
José Roberto Guimaráes, director técnico de la selección nacional de volleyball femenino de Brasil, cree que los jorobados dan suerte, y supone que la medalla de oro que ganó en Barcelona 1992, para el equipo masculino de volleyball, se debe a que antes del encuentro deportivo, le tocó la joroba a un camarero que le atendió en un restaurante, antes del encuentro.
Otra extraña creencia es la que tiene la ciclista Británica Laura Trott, campeona Olímpica en Londres, que antes de iniciar una competencia, usando una toalla, moja sus calcetines porque cree que eso le dará suerte, eso lo hace a raíz de que una ocasión, por alguna razón, tuvo que correr con los calcetines mojados y ganó la carrera.
El ritual al que recurre el jinete Japonés, Yoshiaki Oiwa tiene que ver con la sal. Antes de una carrera, tira un poco de sal en la parrila de salida y hace lo mismo al caballo.
El nadador Santo Condorelli, tiene un hábito un poco más inusual y consiste en: antes de cada competencia, tiene que mostrar el dedo del corazón o dedo medio a su padre, eso le da la certeza de que tendrá la suerte necesaria para poder ganar.
A lo largo de la historia de los #Juegos olímpicos, siempre ha habido quien lleve consigo algún objeto o peluche que le de suerte, en esta ocasión, en Río 2016, la atleta Australiana de rugby, Evania Pelite, no se separa de su canguro de peluche, ni siquiera a la hora de comer.
Otra superstición presente en estos Juegos, es el uso de cierta ropa íntima a la que le atribuyen poderes y a la que recurren antes de una competencia, tal es el caso de la levantadora de pesas estadounidense, Morghan King, ella afirma que usa las mismas bragas y el mismo par de calcetines desde que empezó a competir, claro, no sin antes pasar por una exhaustiva lavada.
El caso es que a la hora de recurrir a algo que apoye emocionalmente la seguridad de un atleta, de lo que se trate es lo de menos.
(FUENTE: es.blastingnews.com)
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