Se dice que los poderes mágicos de los tatuajes de Tailandia son más fuertes si se hacen en la cabeza, la parte del cuerpo más sagrada para los budistas.
En los tiempos de Angkor, cuando el imperio jemer de Camboya dominaba astas regiones del sudeste asiático, los soldados iban cubiertos de pies a cabeza con tatuajes sagrados denominados yantra.
Estos tatuajes se componían de abreviaturas de ensalmos religiosos, a veces acompañados de imágenes de serpientes, tigres, elefantes y otros animales, y se creía que hacían a aquellos que los llevaban inmunes a las flechas y que los dotaban de poderes místicos.
Hoy, los tatuajes yantra todavía son comunes entre los soldados del ejército camboyano, aunque ha sido Tailandia la que se ha posicionado como el centro mundial de este arte, con centros como Bangkok Ink, llenos de viajeros deseosos de aprender el arte del sak yant, como se denomina a estos tatuajes en Tailandia.
En Tailiana el sak yant es utilizado por miembros de pandillas que buscan protección en enfrentamientos con rivales, por las mujeres que esperan tener suerte en el amor y por los tailandeses de a pie, a quienes la tinta les recuerda los códigos morales del budismo.
Cada año dos o tres decenas de extranjeros pasan unos cuantos meses en la escuela, adquiriendo los conocimientos necesarios para realizar tanto tatuajes modernos como sak yant.
"Las escuelas de tatuaje en Australia son demasiado caras", dice Alex Kelly, un estudiante de Melbourne que está en la escuela por segunda vez.
"La única forma de aprender allí es conseguir una beca, algo casi imposible, ya que los tatuadores no quieren más competencia. Venir a Tailandia era mi única opción", añade.
Las cinco líneas
En el antebrazo izquierdo, Martin Kendall, propietario de Bangkok Ink, tiene dibujado las "cinco líneas", el más popular de los sak yants.
Tanto el sak yant como los tatuajes modernos pueden ser aplicados con el sistema de bambú, pero es una técnica se tarda mucho en aprender.
"Nuestros tatuajes con bambú cuestan mucho más que aquellos aplicados con pistola, ya que es un trabajo muy especializado", afirma Kendall.
"No daña tanto la piel, por lo que hay menos sangrado y no hay costras. También cicatriza mucho más rápido".
Si hay algo que no se puede evitar en el tatuaje -tailandés o de cualquier otro país- es el dolor.
"Cuanto más permanezco aquí sentado más me duele porque el nivel de tolerancia va bajando", afirma Kendall.
"Los tatuajes en partes del cuerpo cercanas al hueso duelen mucho más que los que se realizan sobre partes con mucho músculo o grasa", añade. "Y el lugar del brazo donde me están tatuando ahora es una de las zonas más dolorosas de todo el cuerpo", señala, apretando los dientes.
(FUENTE: spanish.peopledaily.com.cn)
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