William Thomas Stead, periodista de investigación, predijo 20 años antes el hundimiento del Titanic.
Hace 100 años, en la fría noche del 14 al 15 de abril de 1912 en el Océano Atlántico se hundía el Titanic. Entre sus tripulantes había un hombre que 20 años antes había predicho el desastre del gigantesco transatlántico.
El señor Thomas Stead, en el año 1892 escribió un artículo titulado "Del viejo mundo al nuevo". En él contaba cómo un buque británico rescataba a supervivientes de otro barco hundido que había chocado lateralmente con un iceberg.
Muchos de los lectores de entonces y de ahora opinan que este artículo es más una premonición que un relato de aventuras.
Pero el relato tenía muchas coincidencias con los hechos reales acaecidos al famoso transatlántico. Por ejemplo, el nombre de la naviera White Star Line y del capitán del navío eran los mismos en ambos casos.
Parecía una obsesión del periodista, pero años antes en el 1886 también relataba el hundimiento de un barco que por falta de botes de salvamento había provocado muchos fallecimientos del pasaje que transportaba.
Por lo que se sabe, William Thomas era un hombre bastante racional pero también un gran amante del espiritismo, lo que le llevó incluso a fundar una revista llamada "Borderland", dedicada a hechos paranormales.
Este hecho acrecienta las imaginaciones, que dan como seguro que sus artículos sobre el hundimiento del magnífico transatlántico eran predicciones obtenidas por diversos procedimientos ocultos.
¿Pero qué le pudo suceder al señor Thomas para embarcarse en el Titanic habiendo predicho este suceso en dos columnas publicadas 20 años antes? ¿Tal vez le cegó la invitación que el presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft, le había mandado para intervenir en el Congreso sobre la Paz, que se iba a celebrar en Nueva York el 21 de abril? ¿O, tal vez, la memoria le jugó una mala pasada y ya no se acordaba de lo que había escrito?
Se sabe que su conducta durante el hundimiento fue ejemplar, ayudando a diversas personas a ponerse a salvo; y una vez que estaba todo hecho, se retiró al salón de fumadores y junto a un libro esperó a que las aguas abrazasen toda la estancia atrayendo el barco al oscuro fondo marítimo.
(FUENTE: opinion.com.bo)
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