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miércoles, 28 de marzo de 2012

Astrofísicos avizoran fenómenos catastróficos, pero no el “apocalipsis maya”


Epigrafistas dieron a conocer que el Monumento 6 de Tortuguero, encontrado en Tabasco, México, refiere a un evento mítico previsto para el 21 de diciembre de 2012, en el que un antiguo gobernante se vislumbró a futuro (glifo maya).

El mayista alemán Sven Gronemeyer, hizo una nueva interpretación de las inscripciones de esa estela prehispánica, en la que señala que se marca el fin de una era y el inicio de otra.

La raza humana seguirá existiendo muchos miles de años más porque el fin de la Tierra no será en diciembre próximo, aunque previo y el 21 de ese mes se espera que ocurra un aumento de fenómenos naturales catastróficos, pero que no acabarán con el globo terráqueo.

El coordinador general de postgrados de la Facultad de Ciencias Espaciales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Norman Iván Palma Cruz, expuso que no es acertada la suposición que se hace de que los mayas predijeron el final del mundo para el 21 de diciembre de este año.

Indicó, que si bien es cierto que los mayas manejaban varios calendarios, por ejemplo el Tzolkin de 260 días y el que tenía una duración de 360 días o la combinación de ambos que tenía aproximadamente una duración de 52 años, también tenían la famosa cuenta larga, que es precisamente el calendario con una duración de 5,125 años. Es muy cierto que el 21 de diciembre de este año es el final de esa cuenta larga, pero tanto arqueólogos como los arqueo astrónomos coinciden en que el calendario maya no era lineal, sino que cíclico. En consecuencia, para el 21 de diciembre lo que concluye es un ciclo de esta cuenta larga para comenzar otro ciclo, corroboró el especialista.

La vida sigue

Además, no es cierto que los mayas, con el final de la cuenta larga, predijeron el final del planeta, sino que es simplemente el final de un ciclo, clarificó. En algunos monumentos mayas se encuentran fechas muy posteriores al 21 de diciembre del 2012, lo cual implica que ellos anticiparon que la vida sigue.

Palma Cruz consideró que muchas personas interpretaron esto como el final de la Tierra y sus habitantes, pero análisis exhaustivos de arqueo astrónomos lo que entienden es que se tratará del comienzo de un nuevo ciclo de vida. Pero también conviene señalar que hay teóricos que hablan de que el 21 de diciembre podría registrarse algún evento catastrófico que podría destruir al orbe y la humanidad. “Para esa fecha se habla de un alineamiento de planetas, pero un alineamiento de planetas implica que se meten en una misma línea o lo que se le llama eclipse masivo de planetas; ese evento nunca se ha dado o no se puede dar porque las órbitas de los planetas tienen inclinaciones relativas y podrían provocar mareas en la Tierra si están cerca, pero como están lejanos, no es posible”, clarificó Palma Cruz.

“Lo que se va dar este año y en forma específica el 6 de junio, es un alineamiento entre el planeta Venus y la Tierra. A este fenómeno los astrofísicos le llaman tránsito, que es un evento astronómico extraordinario que sucede dos de ellos cada 115 años. Nosotros vamos a tener el privilegio de ver el tránsito de Venus desde Honduras”, anticipó el profesional de la astronomía.

Asimismo, explicó que el 21 de diciembre, igual que todos los años, se registra el solsticio de invierno debido a la posición de la Tierra alrededor del Sol. Para ese período, sí existirá un alineamiento aproximado entre el Sol, la Tierra y el centro de la galaxia, pero ese fenómeno no causa ninguna perturbación sobre el planeta, porque de hecho sucede cada 21 de diciembre.

Un agujero negro

Respecto al rayo de energía radioactiva que, según algunos teóricos, provendría desde el centro de la galaxia hasta impactar en el Sol y desencadenar cataclismos en el planeta, el experto ilustró que no existe alguna evidencia científica de que algo así se vaya a registrar. No se conoce que haya sucedido algo de esta naturaleza en la historia de la galaxia o la Vía Láctea.

“Sí es cierto que en el centro de la galaxia hay un agujero negro súper masivo, es una concentración de masa de energía electromagnética que no se ve como la luz solar. El principal efecto que tiene es atraer o absorber la energía de los soles”, detalló el catedrático de la Facultad de Ciencias Espaciales.

“Nuestra galaxia es dinámica, eso implica que cada millonésima de segundo está cambiando y existen eventos físicos, en algunos casos están naciendo estrellas y en otros casos muriendo estrellas y se están formando planetas. Algunas galaxias absorben a otras, como es el caso de la galaxia Andrómeda que con el correr de miles de millones de años va chocar con nuestra galaxia y la va a absorber poco a poco”, amplió.

Sobre los eventos que han afectado al mundo últimamente, como terremotos y tsunamis, indicó que han ocurrido desde que el planeta existe y una prueba convincente es el hecho que la Tierra en su momento tenía otra forma y las placas tectónicas tenían una formación diferente. Hace 200 millones de años la Tierra tenía una formación que le llamaban Pangea, es decir cuando todos los continentes estaban juntos, eran una sola masa.

Palma Cruz señaló que las tormentas solares afectan a los satélites de comunicación y la energía instalada en las ciudades, como sucedió en 1989, en Canadá. El Sol tiene ciclos de actividad cada once años, es más brillante y lanza olas de energía que puede ser electromagnética o desprendimiento de material, concluyó el especialista de la UNAH.

(FUENTE: latribuna.hn)

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