Uno de los primeros referentes del cine de terror y que inició la dinastía de vampiros celebra nueve décadas desde su estreno.
Fama
El 15 de marzo de 1922, cuando se estrenó “Nosferatu” en Berlín, el público del cine Primus-Palast contempló asustado una película de terror que vista con los ojos de ahora, 90 años después, resulta hasta cómica.
Las interpretaciones de los actores, la inocencia, la imagen del vampiro con su féretro debajo del brazo y los “efectos especiales” generaron la carcajada de la gente que el viernes llenó el cine Babylon de la capital alemana.
Con motivo del 90.º aniversario, Stephan von Bothmer ha recuperado el filme mudo y le agrega en directo la música del piano, la voz de un coro y una soprano.
La gira, que comenzó el viernes en Berlín, continuará por varios países del mundo, incluidos Uruguay y Colombia.
En pleno fervor por “The Artist”, Von Bothmer reivindica la película muda de Friedrich Wilhem Murnau, a la que añade el valor de la música, como ha hecho con más de 500 películas del género.
“Es la primera y la más carismática adaptación al cine de Drácula”, alaba el pianista la cinta. Murnau se basó –con muchas licencias– en la novela de Bram Stoker, la misma que con más lealtad filmó en 1992 Francis Ford Coppola con algunos planos idénticos a los de “Nosferatu”.
“Tiene un lenguaje de imágenes poético y unas tomas de naturaleza revolucionarias”, agrega Von Bothmer. El protagonista del primer Drácula del cine, el conde Orlok (un vampiro calvo, desdentado, con dedos y uñas largos) fue Max Schreck, quien en 1922 y durante décadas causó terror.
“Es un viaje al subconsciente, al mundo de los miedos y los deseos reprimidos”, asegura Von Bothmer al analizar la película más allá del vampiro. Son esos sentimientos de la “sinfonía del horror” los que trata de reforzar a través de la música y las voces. “Yo no pongo música a la bofetada, sino a la emoción que sigue a la bofetada”, explica Von Bothmer.
En la era del 3D y del cine por computadora, “The Artist” triunfó en los últimos Oscar y ahora renace “Nosferatu”. ¿Por qué? “El simbolismo en las películas mudas es mucho mayor, incluso aunque se le quitase el volumen a las sonoras”, concluyó.
(FUENTE: laprensagrafica.com)
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