Hay casas que se venden solas y otras casas que no se venden ni a tiros. Precisamente en el número 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York, todavía retumban los disparos que el hijo mayor de la familia DeFeo realizó en la madrugada del 15 de noviembre de 1974 para asesinar a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.
Ronald DeFeo Jr. fue condenado por los asesinatos, aunque siempre dijo que había sido forzado por un ente espectral. Un año después, otra familia, compuesta por el matrimonio George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre, ya que la casa estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos.
Solamente pudieron ocuparla 28 días, antes de salir, desencajados y agarrados del brazo de un cura exorcista, debido a los extraños fenómenos que allí sucedían.
Los sucesos desembocaron en un libro y en una serie de películas que muestran los supuestos horrores sobrenaturales para los nuevos inquilinos, incluyendo visiones de paredes que rezumaban baba, traslado de muebles por generación espontánea y la visita de una cerdita demoníaca llamada Jodie que se metía en sus cabezas. La película original fue protagonizada por James Brolin y Margot Kidder, en el papel de los Lutz.
Gracias a estos sucesos y su traslación a la gran pantalla, la de Amityville se convirtió en la “casa embrujada” mas popular del folclore estadounidense. Ahora las cinco habitaciones coloniales de estilo holandés salieron ayer al mercado ayer por 1,15 millones dólares. Otra ganga… para el que la quiera.
Desde los Lutz, que nunca quisieron hablar de lo que realmente ocurría en esa casa por temor a llevarse la maldición, han pasado muchos dueños por el 112 de Ocean Avenue. Ninguno de ello ha informado de problemas o actividad paranormal durante su vida en ella.
Sin embargo, sorprende que todos y cada uno de ellos han pasado muy poco tiempo viviendo en la casa, antes de venderla a precios inferiores a los que la adquirieron.
¿Será la de Amityville una maldición inmobiliaria donde los fantasmas lo único que buscan es que los dueños no saquen plusvalías de la compraventa? ¿Qué hay de cierto en todo ésto? ¿Por qué no se puede contar lo que pasa en la casa? ¿Usted la compraría y se iría a desafiarla como hicieron los Lutz?
Todo son preguntas que sólo alguien que tenga el dinero, podrá responder.
(FUENTE: blogs.lainformacion.com)
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