Un año se fue finalmente y en el Perú, como en muchas partes del mundo, se despidió al año viejo reventando fuegos artificiales y cohetes -a pesar de las campañas de prohibición que aún no pueden erradicar totalmente esta tradición-; para nadie es un secreto que esta costumbre nos viene de los chinos y, que en el caso del Perú en particular, es tan arraigada desde el arribo de los primeros inmigrantes el entonces Celeste Imperio que, en el siglo XIX se llegó a decir -por parte de los europeos-, que los peruanos "sólo sabíamos hacer revoluciones y quemar cohetes". En fin, pero lo que hoy deseo compartir y que pocos en este país conocen es el origen específico de la tradición china de quemar pólvora estruendosamente para el arribo de un nuevo año: se origina en la leyenda del Nian:
La antigua leyenda china cuenta la historia de un monstruo carnívoro, llamado Nian (un ser terrorífico, muy fuerte, con una gran cabeza y cuernos afilados), vive en las profundidades del mar durante todo el año, pero cada víspera del Año Nuevo -chino-, sube a la tierra para devorar el ganado y a los seres humanos que encuentra a su paso. Por tanto, todos los chinos, y sobre todo los habitantes de los pequeños pueblos que viven cerca del mar, con la llegada del Año Nuevo chino, corren para refugiarse de Nian.
Se cuenta que una víspera de un Año Nuevo chino apareció un hombre de pelo gris en un pueblo: pidió permiso para permanecer toda la noche afuera y les aseguró a todos que iba a cazar a la bestia. Nadie le creyó. Viendo que no podía ser persuadido, los habitantes le dejaron marchar.
Cuando la bestia llegó al pueblo para causar estragos, se encendió una ristra tremenda de petardos. Asustado por el ruido y los destellos de las luces, la bestia huyó precipitadamente de allí. Al día siguiente, cuando los habitantes del pueblo regresaron de su huida, encontraron que todo estaba intacto: no había rastro del hombre que había logrado detener a la bestia.
Pero en su lugar hallaron tres elementos preciosos con los que había logrado cazar a la bestia: todos comenzaron a creer que aquel hombre debía ser algún dios que había venido para ayudarles a ser liberados de Nian. Desde entonces, todos los chinos, en Año Nuevo, cuelgan banderas rojas y lanzan petardos en espera de la noche. La costumbre se propagó a lo largo y ancho del país, y se convirtió en la gran fiesta tradicional de Nian. Precisamente, Nian significa en chino “año”.
Por tanto, la celebración del Año Nuevo en China debiera llamarse más bien Paso de Nian, o Gou Nian en chino. Sin embargo, el término fue poco a poco cambiando hasta Festival de Primavera, después de que el Partido Comunista Chino tomara el poder. A medida que ha ido pasando el tiempo, la gente casi ya se ha ido olvidando de la leyenda.
De todas maneras en muchos lugares aún se mantiene la tradición de lanzar petardos por las calles, y mantener las luces encendidas, no vaya a ser que algún año, cuando menos lo esperan, pueda regresar Nian, y acabe con todos.
Genial amix, justo algo asi andaba buscando. Poca gente se interesa en la etimiologia de las cosas. buen aporte!
ResponderEliminarGracias por tu comentario y espero que sigas visitando nuestro blog.
ResponderEliminarme encanto, es la mejor leyenda hasta ahora super me fasino
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