En una investigación acerca de los sacrificios humanos en Uganda, la BBC escuchó testimonios de primera mano que indican que los asesinatos rituales de niños son más comunes que lo que las autoridades locales admiten.
Un medico brujo nos condujo a su santuario secreto y afirmó que tiene clientes que habitualmente capturan niños, y le traen su sangre y órganos para "alimentar a los espíritus".
Por otro lado, un brujo retirado que hoy por hoy hace campaña para poner fin a los sacrificios infantiles, confesó por primera vez haber matado a unas 70 personas, entre ellas su propio hijo.
El gobierno de Uganda le dijo a la BBC que los sacrificios humanos están en aumento y, de acuerdo a la Fuerza nacional Contra Sacrificios Humanos, los crímenes se vinculan con los niveles crecientes de desarrollo y prosperidad, puesto que es creencia popular que las prácticas de brujería le ayudan a la gente a hacerse rica.
Durante la investigación, presenciamos la quema ritual del santuario de un brujo especialmente prolífico a manos de activistas opositores a los sacrificios de niños en el norte del país.
El médico brujo aceptó dejar en su cueva sagrada objetos ceremoniales, como caparazones y pieles de animales, para que quedaran reducidos a cenizas, tras renunciar para siempre a practicar sacrificios.
Nos explicó que sus clientes acudían a él cuando buscaban fortuna.
"Capturan niños ajenos. Traen sus corazones y su sangre para ofrecérselos a los espíritus... los traen en pequeñas latas, que colocan debajo de los árboles donde escuchan las voces de los espíritus", dijo.
Cuando le preguntamos con qué frecuencia venían estos clientes, aseguró que "en promedio tres veces por semana, con todo lo que los espíritus les piden…".
Antes de que el santuario fuera pasto de las llamas, vimos un vaso con sangre y lo que parecía ser un hígado fresco, aunque no fue posible confirmar que fueran restos humanos.
Extorsión
El médico brujo negó haber participado directamente en sacrificios o haberlos incitado, afirmando que los espíritus se comunican directamente con sus clientes.
Según le dijo a la BBC, cobraba unos US$260 por "consulta", aunque la mayor parte del dinero iba a parar a manos de su "jefe", un superior inmediato en la red nacional de médicos brujos.
El director de la Fuerza nacional contra sacrificios humanos y tráfico de personas, Moisés Binoga, de la policía ugandesa, dijo conocer a ese "jefe" al que el brujo se refería; aparentemente forma parte de una de las cinco o seis bandas de brujos del país.
"Los superiores extorsionan a los brujos de menor rango porque trafican en cosas ilegales", explicó.
Binoga dijo que la policía abrió 29 casos de homicidio en 2009 en los que las víctimas parecen haber sido sacrificadas como parte de un ritual, lo que representa un aumento con respecto a 2007, cuando hubo tres casos.
"Además tenemos cerca de 120 niños y adultos desaparecidos, de quienes no hemos sabido nada. No podemos descartar que hayan sido víctimas de un sacrificio humano", agregó.
Pero los activistas contrarios a los sacrificios humanos afirman que las cifras son mucho mayores, ya que muchas desapariciones no se denuncian a la policía.
Activistas
Polino Angela, un brujo retirado convertido a la causa de los activistas contra los sacrificios humanos, dice haber convencido a unos 2.400 ex colegas de abandonar el negocio, desde que él mismo se arrepintiera en 1990.
Angela explicó que se inició en los sacrificios humanos en una ceremonia de brujos en el país vecino, Kenia, donde sacrificaron a un niño de 13 años.
"Le clavaron un cuchillo en el cuello, y luego lo abrieron todo hacia abajo; y así, todo abierto, me lo pusieron encima", dijo.
Cuando regresó a Uganda le dijeron que matara a su propio hijo, de 10 años.
"Engañé a mi esposa y me aseguré de estar solo con el niño. Una vez que lo tuve en el suelo, usé un gran cuchillo como guillotina", afirmó.
Cuando se le preguntó si teme que lo procesen por confesar el homicidio de 70 personas, dijo:
"He estado en todas las iglesias, y me conocen como un guerrero en la lucha por el fin de la brujería que practica sacrificios humanos, así que pienso que eso debería eximirme y exonerarme".
El ministro de Ética e Integridad de Uganda, James Nsaba Buturo, cree que "las penas retroactivas sólo traerían problemas… Si podemos persuadir a los ugandeses de cambiar, sería mucho mejor que regresar al pasado".
Los activistas de organizaciones de protección a los niños, como Facilitación de la Paz y el Desarrollo (FAPAD) o la Red Africana para la Prevención y la Protección contra el Abuso Infantil y la Negligencia (ANPPCAN), han denunciado los casos recientes de asesinatos rituales y piden que una nueva legislación regule las prácticas de los llamados "curanderos tradicionales".
"Como si viniera del fin del mundo"
En algunos casos contra presuntos médicos brujos que enfrentarán juicio a finales de año, la policía utilizará el testimonio de niños que pudieron sobrevivir a su secuestro.
Uno de ellos es Mukisa, de tres años de edad, a quien dejaron por muerto luego de que un asaltante le rebanara el pene.
Sobrevivió gracias a la veloz intervención de unos cirujanos. Mukisa dijo luego haber sido mutilado por un vecino, quien se sabe tiene un santuario.
Su madre le dijo a la BBC: "Cada vez que lo miro me pregunto qué será de él en el futuro. Un hombre sin pene. ¿Cómo lo mirará el resto de la comunidad? Sus partes no son las de un hombre ni las de una mujer. Cuando recuerdo su parto, totalmente normal, y pienso cómo ha quedado ahora, es como si viniera el fin del mundo".
(FUENTE: bbc.co.uk)
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