Tras años de investigaciones, los expertos han concluido que los neandertales también eran coquetos. Analizando conchas y pigmentos encontrados en Cueva de los Aviones (Cartagena) y Cueva Antón (Mula), han llegado a la conclusión de que los hombres que vivían en las cuevas se maquillaban. "Hay un pigmento que hoy en día se sigue utilizando como colorete, y no hay nada que lo sustituya", comentaba ayer por la mañana María José Martínez-Sánchez, profesora de la Universidad de Murcia y una de las participantes en el estudio.
Como publicó este periódico el domingo, el texto 'Symbolic use of marine shells and mineral pigments by Iberian neardenthals' editado hace una semana en la revista americana PNAS, concluye que "antes de que los primeros humanos modernos llegaran a Europa, el comportamiento de los neandertales era ya, en efecto, simbólicamente organizado".
El profesor del departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, y responsable de la investigación, Joao Zilhao, detalló en rueda de prensa que entre los pigmentos hallados han aparecido restos de ocre rojo y pigmentos amarillos, la natrojarosita, que "sólo tiene sentido como cosméticos", por ello, de lo que estamos hablando en este estudio es "de desarrollo culturales y tecnológicos propios de estas sociedades".
Acerca de la teoría que sostiene que los neandertales, al emplear ornamentos en su día a día, imitaban conductas del Homo Sapiens, Zilhao dijo que "uno no puede imitar a quien no existe", puesto que los restos encontrados en la Región son de hace 50.000 años. "Y antes de 40.000 años no estaba el hombre moderno en Europa", manifestó.
El profesor Zilhao valoró, por otro lado, la importancia de los restos antiguos que se han ido encontrando en la Región, al tiempo que consideró que "los yacimientos son como los melones: antes de abrirlos, no se sabe lo que hay dentro, y si son buenos o malos".
Sobre la composición de estos pigmentos y los moluscos encontrados, la profesora María José Martínez-Sanchez hizo hincapié en que se trata de conchas del molusco Spondylus gaederopus que contenían residuos de pigmentación roja hecha con lepidocrocita y mezclada con hematita y pirita, "todos ellos materiales llevados a las cuevas y que se podían encontrar en la Sierra Minera de Cartagena". Acerca de la mezcla, señaló que tuvo que ser manufacturada, puesto que no se encuentra en la naturaleza".
"Lo que está claro es que de toda la vida nos ha gustado arreglarnos", bromeaban las profesoras Martínez-Sánchez y Carmen Pérez Sirvent -también participante en el estudio- ayer al término de la rueda de prensa.
(FUENTE: laopiniondemurcia.es)
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