El cine japonés ha vuelto a mostrar su mejor versión, y esta vez con una película de anime. Tras perder a sus padres en un accidente de coche, Okko decide a vivir con su abuela en el campo, alejada de la ciudad.
Allí, la joven llega a ver fantasmas amistosos que le ayudan a acostumbrarse a la vida del ryokan, llegando a convertirse en la aprendiz de su futura propietaria, después de su abuela.
(FUENTE: lavanguardiacom)
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