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miércoles, 31 de enero de 2018

La casa maldita de la Sierra de Sevilla


Los fenómenos paranormales son atemporales y se pueden dar en cualquier lugar y en cualquier momento, pero debemos saber separar muy bien lo que es un fenómeno paranormal como una casa encantada de un fantasma o un poltergeist. Así el fenómeno que puede marcar el devenir de unos sucesos paranormales en un lugar es la llamada infestación paranormal.

En modernas enciclopedias se define la infestación –desde el prisma de la parapsicología– como «la aparición de distintos fenómenos extraños e inexplicables (poltergeist) en un lugar determinado sin que se deje ver en ellos una intención comunicativa interactiva. No se trata del fenómeno denominado fantasma, sino de otra cosa diferente».

La Iglesia también se manifiesta al respecto: «Es la posesión de un lugar por un espíritu no humano o demonio, pero no de una persona».

Pero según la parapsicología, «esos fenómenos reproducen antiguas impregnaciones de tensiones emotivas extremas generadas por los habitantes antiguos del lugar, sus penas y alegrías, ilusiones y desengaños, pasiones y desesperanzas no resueltas, euforias desorbitadas y trances agónicos, que quedan grabados literalmente en el lugar y cada cierto tiempo se reproducen como un eco débil o residuo sin tener contenido verdadero, como una cinta magnetofónica o visual que se pusiera en marcha cada cierto tiempo o en unas condiciones apropiadas. Si aparece una forma humana, por ejemplo, no demuestra tener una intención comunicativa ni responde de forma interactiva a nada y repite siempre la misma conducta, y otras veces se oyen ruidos, aromas, golpes, se encienden o apagan luces y se mueven objetos o partes de objetos de forma arbitraria o absurda y desciende violentamente la temperatura, pero siempre de forma descontrolada e irracional. El fenómeno se manifiesta sólo durante un periodo de tiempo determinado y luego desaparece, y puede confluir con otros distintos. Elemento constante en el desarrollo del hecho suele ser una persona que actúa como repetidor o refuerzo del residuo intensificándolo y haciéndolo más perceptible cuando está presente en el lugar. Dicha persona suele estar sometida a una gran tensión emotiva o estrés afectivo, o estar pasando a la pubertad o a la menopausia».

LA CASA ENCANTADA EN LA SIERRA DE SEVILLA

El misterio, los casos paranormales, los sucesos imposibles, no atienden a horarios, no tienen reloj, no puede preverse y mucho menos saber a la naturaleza que obedecen cuando se manifiestan, no pueden ser tasados, medidos o pesados y ese es uno de los principales puntos que los investigadores de lo paranormal tratan de captar y demostrar.

Uno de esos eventos paranormales se está produciendo, mientras lee esta investigación, en una localidad sevillana, en la Sierra, donde hoy es el testigo silencioso de unos sucesos que inquietan a toda una familia.

Nos desplazamos a 60 minutos de la capital hispalense, a 75 kilómetros de distancia y hasta allí llevaríamos a cabo una investigación que tendría momentos inquietantes. La zona donde se ubica es el entorno de la localidades de Lora del Río y Cazalla de la Sierra.

En el centro de esta coqueta localidad se encuentra la casa de una familia de seis miembros los cuales comenzaron a vivir, de cerca, unas manifestaciones y hechos imposibles que les llenaron de pánico.

Para seguir el orden cronológico de los acontecimientos tendríamos que retroceder al pasado mes de diciembre cuando gracias a los investigadores sevillanos Lorenzo Cabeza y Carmen Bravo, del Grupo de Parapsicología de Sevilla –GPS–, entra en contacto con un chico llamado Antonio. Él es conocedor del trabajo del grupo GPS merced a un caso, presuntamente paranormal, que tuvieron la oportunidad de investigar y que se solventó con la ayuda de una amiga común. Así Antonio entra en contacto con ellos y les explica un problema que tienen en su domicilio y que está afectando en extremo a toda la familia.

EL MIEDO SE INSTALA EN LA CASA

La investigadora Carmen Bravo nos indicaba: «Este caso nos llega a través de Antonio que conocía nuestro trabajo, es amigo de una amiga nuestra que ayudamos en su día a solucionar unos fenómenos que sucedían en su casa; Antonio le cuenta a nuestra amiga que en casa de sus padres sucede ‘algo raro’, ésta sin pensarlo le aconseja que nos escriba a nuestra página o nos llame, y así lo hace, él nos llama esa misma noche».

El chico, desesperado –literalmente– explica como «en la habitación de sus padres pasaban ‘cosas raras’, la temperatura baja de forma radical y mis padres notan la presencia de algo en su dormitorio que hasta se sienta al borde de la cama, ambos lo siente, pero al encender la luz no hay nada...».

En torno a estos mismos fenómenos Antonio ha sido también testigo de esos hechos inexplicables con el miedo que ello le provoca, la tensión que se ha desatado en el interior de la casa, así la investigadora nos indicaba: «Incluso ha llegado a ver unas piernas y una sombra a través de la puerta del salón o en la zona del patio, también su madre le dijo haber visto una sombra pasearse por la cocina pero no había nadie».

Así, ante la petición de Antonio para que le ayudaran en su casa, el grupo GPS decidió ir a comprobar lo que sucedía en una primera aproximación al caso: «Decidimos ir hacer una primera toma de contacto para que nos informaran con más detalle y nos contaron que todo comenzó cuando un primo se quedó a dormir en el piso de abajo. Entonces el chico comenzó a ver como en el salón le siseaban y parecía como si algo hubiera, incluso llegó a ver la famosa sombra junto a la vieja chimenea de piedra; la casa tiene casi 70 años y la chimenea a veces filtra ruidos de palomos por lo que atribuyeron a esa causa los siseos, pero la sombra no supieron explicarla. Todos estos detalles que nos iban contando quedaron registrados en nuestra grabadora, que solemos encender desde que entramos en la casa y ahí pudimos registrar nuestra primera psicofonía, una voz de hombre nos dice: ‘¿Marchaos ahora mismo?’, y que, evidentemente, no escuchamos».

Como en otras ocasiones, en las investigaciones, se realizó un barrido fotográfico, sobre todo por el salón siendo «impresionante el cambio de temperatura que allí se notaba, teníamos que estar incluso con abrigos, y todo estaba cerrado: ventanas, puertas... Pasamos hacer unas sesiones de psicofonías con y sin Spirit Box estando acompañados por Antonio y su primo siendo los cuatro allí presentes testigos de cómo algo suspiró en varias ocasiones, una parafonía que pudimos escuchar a simple oído y que nos dejó helados».

Pero las sorpresas se incrementaron cuando finalizada la investigación, ya en su domicilio analizando los resultados obtenidos, comprobaron cómo había una gran cantidad de inclusiones como raps, chasquidos, golpes, respiraciones. Todo ello motivo que se dispusiera lo necesario para cometer una segunda investigación con una mayor número de aparatos de investigación para comprobar, o registrar, todo lo que allí pudiera suceder.

En aquella segunda investigación la familia se muestra especialmente nerviosa a la vez que esperanzada en que los sucesos pudieran disminuir o quedar definitivamente eliminados. El problema es que los investigadores de lo paranormal sólo podemos dar fe de determinados hechos –si se producen ante nosotros– o verificar como los testigos realmente se ajustan a una realidad vivida así como ser narradores de todo este tipo de acontecimientos, pero casi ninguno tenemos el poder de eliminar un determinado fenómeno paranormal de un caso que, aparentemente, sufren de una infestación. Así la familia se presta a narrar, a testimoniarnos, todo lo que sucedía en su casa y, de forma pausada, el matrimonio, su hijo y su primo contaban sus experiencias, testigos de todo ello los investigadores del grupo GPS y yo mismo. Destacar que los sucesos parecían concentrarse en el salón de la vieja chimenea de su hogar y ese sería el escenario de nuestra investigación.

COMIENZA LA INVESTIGACIÓN

Una vez en el salón comenzamos a instalar el aparataje necesario. Se realizó un intenso barrido fotográfico donde se captaron orbes –esferas de luz–, se comprobaron posibles emisiones de ultrasonidos y se hicieron barridos de alta y baja frecuencia, igualmente con el medidor de campos electromagnéticos (EMF) se comprobó los niveles de la casa y de la habitación destacando la normalidad de valores registrados en el mismo salvo en un lugar determinado donde se veía alterado al doble del valor normal (en torno a 140). Curiosamente era la vieja alacena donde se guardaba un arcón con las viejas ropas del abuelo fallecido hacía meses y que se habían depositado allí de forma provisional. Lorenzo Cabeza comentaba sobre ello: «Volvimos al salón y realizamos más pruebas. El K2 (aparato de medida) comenzó a dar medidas y valores extraños, y más cuando lo acercábamos al arcón, así que decidimos preguntar a la familia sobre lo que contenía y Antonio nos comentó que en el interior estaba la ropa y la boina del abuelo fallecido».

Se siguieron realizando pruebas en el salón, a solas, extraño es lo que sucedió con una cámara de visión nocturna que «nos la llegan apagar y donde pudimos obtener orbes con movimientos fijos y continuos» como si estuvieran dotados de una propia e inherente inteligencia. Pero... ¿cómo era posible?

También se utilizaron otros elementos comunes y ya integrados a nuestro equipo de investigación como son la Ovilus, Spirit Box o Spirit Radio, en todos ellos los resultados fueron positivos. La Ovilus –una máquina de conversión de palabras según el nivel de energía, muy grosso modo– comenzó a generar palabras como: «ahora», «abajo», «muerte», «venid», «solo» o «vida». En los otros dos aparatos los resultados fueron similares generando psicofonías que respondían de forma inteligente a las preguntas de Carmen Bravo dando origen a una bidireccionalidad coherente entre preguntas y respuestas. ¿Casualidad? Puede que las primeras respuestas se puedan interpretar como azar pero 18 preguntas sobre 27 realizadas son más que la intervención del azar.

Particularmente intensos fueron los momentos en los que se realizaron pruebas psicofónicas tradicionales y pese a que en estos momentos aún tenemos una buena cantidad de audios por analizar si hubo inclusiones que sorprendieron por la crudeza de su mensaje. Carmen Bravo indicaba sobre ello: «Las psicofonías nos dicen, por ejemplo, cuando preguntamos: ‘¿Sabéis que estáis muertos?’ Un firme y repetido: ‘Si, estoy muerto... Si...’ en algunas ocasiones nos invitan a que nos marchemos diciéndonos ‘Iros’, algo que no es la primera vez que nos sucede en las investigaciones que realizamos y en esta casa en cuestión».

En esa misma sesión, a través de la Spirit Box ambas investigadoras preguntan de forma incisiva: «Necesito que me digáis que hacéis aquí» y, nuevamente, resonó una voz áspera que interrumpe diciendo ‘Iros’ a lo que Carmen Bravo responde negativamente y la voz resurge para indicar de forma firme ‘marchaos’.

Se dispusieron una serie de detectores de presencia en la casa pero los resultados fueron negativos siendo a destacar un hecho por el que se les preguntó. La familia tiene tres perros pero queda descartado que los animales sean los causantes de estos fenómenos. Igualmente estos mismos animales tenían un comportamiento extraño, descrito en casos similares, como lo eran el quedarse mirando fijamente a un determinado punto o mostrar recelo a pasar por determinadas zonas de la casa, quizás todo ello por la especial sensibilidad que tienen los animales cuando se dan este tipo de fenómenos en un inmueble.

CREENCIA DE LA FAMILIA

En opinión del cabeza de familia los sucesos estarían ocasionados por el abuelo fallecido, él, su espíritu, serían el causante de estas manifestaciones, sobre todo en el salón donde se concentran y se polarizan la mayoría de ellos, parece que fue él mismo quien construyó la casa y la chimenea, piedra a piedra y era donde pasaba más horas mientras estaba en la misma.

Evidentemente contemplamos que estas experiencias pudieran ser fenómenos de parálisis del sueño o pesadilla lúcida, alucinaciones en las que se cree que se han vivido experiencias paranormales o presuntamente paranormales.

CONCLUSIONES

Cuando el investigador se enfrenta a este tipo de casos son muchos los aspectos a valorar, desde la sugestión inherente en los testigos hasta el miedo que puede provocarle este tipo de fenómenos, igualmente el recuerdo de un familiar fallecido. La causa paranormal es la última que el investigador, el estudioso, sopesa. Antes de ello está cualquier causa que pueda explicar el mismo y en este confluyen circunstancias que hacen pensar que algo extraño está pasando en el interior de su hogar.

Descartadas todas las causas racionales sólo nos queda la última opción, quizás las más inverosímil: aquella que es tildada de paranormal pero que bajo determinadas condiciones es la más apropiada y la única vía posible para explicar un caso, un caso como el analizado. Mientras concluye nuestra investigación nuevos fenómenos se están produciendo que están haciendo imposible la existencia en el interior de la misma de esta humilde familia.

(FUENTE: elcorreoweb.es)

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