Hace tres años, Wilman Cardozo, diputado de Alianza Social (AS), presenció —según su propio testimonio— un hecho sobrenatural o paranormal en el Salón Rojo de la sede de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
En medio del reclamo de una demanda regional de Tarija, decidió entrar solo, sin compañía, a una huelga de hambre.
Previamente, había escuchado de colegas parlamentarios que en la Asamblea se escuchaban por las noches pasos y ruidos.
En una de las cinco noches que permaneció en huelga de hambre dentro del Salón Rojo presenció varios hechos extraños.
Una madrugada, entre las 01.00 y 03.00, una botella de agua mineral de 20 litros comenzó a emitir gases por dentro del recipiente de plástico. “Sonaba bum, bum, repetidas veces y salía espuma del agua. No pude dormir”, recordó.
Después, otra noche, escuchó que las puertas se cerraban fuertemente a la altura del baño y sentía que una persona hojeaba libros dentro del Hemiciclo, a pocos metros de donde él se hallaba echado sobre un colchón.
Hechos extraños
Aquella vez, no observó ninguna imagen pero sí escuchó ruidos similares al de una persona cuando pasa una hoja tras otra mientras lee.
El diputado rememoró además que el ex presidente de la Cámara de Diputados Guido Áñez le confesó una vez que se oían sonidos raros en la oficina de la Presidencia. “Decía que se escuchaban gritos de personas”.
“El senador Luis Vásquez Villamor me garantizó, una vez, que oyó ruidos de sables en los pasillos, cuando los trabajadores ya habían abandonado la sede del Congreso”, afirmó.
Dos trabajadores del área de Limpieza, que prefirieron guardar su nombre en reserva, confirmaron el testimonio del diputado Cardozo. “Por la noche, se sienten sonidos extraños. Se escuchan voces de personas cuando los trabajadores y los asambleístas ya no están”, sostuvo un obrero.
Iglesia sí cree
El presidente de la Fundación Cuerpo de Cristo, el sacerdote Sebastián Obermaier, dijo que los fenómenos paranormales, como la aparición de almas y voces extrañas, una persona los puede ver o sentir por tres motivos: por el reflejo de lo que pasa en el corazón, por enfermedades mentales (esquizofrenia) y por la posesión de un espíritu malo.
Según los psiquiatras, la esquizofrenia es un diagnóstico en personas con un grupo de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad.
Además, para el padre Obermaier, la Iglesia sí acepta la existencia de hechos paranormales y posesiones de demonios en las personas.
Salud mental
El sacerdote Juan Ruiz aseveró que para confirmar la observación o presencia de un hecho sobrenatural por una persona, o sea, de un acontecimiento que no es normal —como la aparición de un alma o una visión divina—, primero se debe analizar la salud mental de ese individuo, ya que es posible que posea esquizofrenia.
“Si la persona es sana, entonces podrá analizarse el hecho que presenció”, dijo el sacerdote tras confirmar que la Iglesia Católica sí reconoce la existencia de hechos sobrenaturales, como las apariciones de espíritus y los milagros divinos.
Foto con una imagen extraña
Un experimentado fotoperiodista de un reconocido periódico local —cuyo nombre se guarda en reserva— dijo a La Prensa que, en 2003, asistió a la conferencia de prensa de un diputado en el Salón Rojo de la Asamblea Legislativa.
“Tomé varias fotografías y al revelarlas, en una de ellas había una especie de mancha blanca al costado del rostro del diputado, no era una luz ni un reflejo, parecía la silueta de una persona”, recordó.
No obstante, ése no es el único hecho extraño que le ocurrió. Hace unos días, estaba en el segundo nivel del Hemiciclo y al tomar unas fotos, alguien le tocó la espalda, volteó y no había nadie.
Trabajador sintió que le abrazaron
Un empleado de limpieza, cuyo nombre se guarda en reserva, tuvo una experiencia a la medianoche del mes pasado, mientras bajaba por las gradas que conectan a la planta baja del edificio anexo que conduce a la calle Comercio, frente a la Gobernación de La Paz.
“Había terminado mi jornada de trabajo y me estaba yendo a mi casa. Entonces, sentí que alguien me abrazó por la espalda. Estaba oscuro, no tuve miedo y empecé a correr”, confesó el joven.
El año pasado, un periodista que trabajaba en la sede de la Asamblea acudió a su oficina. “Era domingo en la mañana, y al llegar a la oficina escuché el sonido del tecleo de computadoras y risas. Pero al ingresar, no había nadie”, recordó.
(FUENTE: laprensa.com.bo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario