"3, calle de los misterios" es la cuarta obra de Shigeru Mizuki que se publica en España en apenas unos meses. Uno de los grandes del manga japonés que desconocíamos hasta hace poco y que nos hace pensar cuantos tesoros nos estaremos perdiendo.
Una laguna cultural que estamos subsanando gracias a las estupendas ediciones de Astiberri, que comenzó con los relatos de la infancia del autor (NonNonBa), siguió con sus recuerdos de la Segunda Guerra Mundial (Operación Muerte) y termino con la que quizá sea su obra más popular en Japón, Kitaro, las aventuras de un niño-zombie, una obra que se fijaba en los monstruos para hablar de los hombres.
Todas han conseguido numerosos premios internacionales y seguro que figurarán entre las nominadas a los premios del próximo Salón del Cómic de Barcelona.
Los fantasmas japoneses
Esta vez, Mizuki no habla de los fantasmas de su niñez ni de la crueldad de la guerra, sino de otros espíritus basados en las populares leyendas japonesas, que hacen que esta obra sea un poco más ligera que las citadas, pero no por ello menos interesante.
Mizuki recupera las leyendas urbanas que han hecho del cine japonés de terror uno de los más apreciados de los últimos años. Por sus páginas nos encontramos pisos desaparecidos en centros comerciales y mujeres que vuelven de la muerte en busca del amor, a las no les importa causar el mal con tal de conseguir un poco de la felicidad que se les negó en vida.
Y también otros clásicos como portales y calles que llevan a otras dimensiones y la búsqueda de la inmortalidad.
Con esos elementos, mil veces vistos, Mizuki construye historias muy personales, con las que conecta el mundo moderno con las historias de fantasmas que le contaban en su niñez (como reflejó en NonNonba)
Terror cotidiano
Y todo gracias a estas historias que sitúan el terror a nuestro alrededor, en casa, en elementos que parecen vulgares pero que esconden un pasado oscuro. Elementos vulgares que el autor transforma en siete historias, siete inquietantes misterios.
Incluyendo uno en el que los fantasmas se aparecen a un autor de cómics, el propio Mizuki, para obligarle a escribir sus historias de terror.
Los relatos de Mizuki te atrapan al primer momento gracias a su atractivo dibujo, que mezcla el realismo con la caricatura. Que sitúa a sus personajes, indefensos en un aterrador mundo de espíritus que se parece demasiado al mundo real. Un dibujo que, aunque a veces parezca tosco y simple, se revela como asombrosamente efectivo.
Las historias parecen estar ambientadas en un mundo onírico, cubierto por la niebla, un mundo que no sabemos situar, porque es el de los espíritus que pueblan la imaginería japonesa. Unos espíritus respetados y venerados por una civilización que, a pesar de ser una de las más modernas y avanzadas del mundo, no olvida sus orígenes ni a sus antepasados.
Y con su peculiar sentido del humor
Mizuki siempre consigue introducir el humor, incluso en sus historias más terribles. Y en 3, Calle de los misterios, el humor está mucho más presente que en obras más dramáticas.
Como el cuento sobre un ladrón que roba un licor de la inmortalidad y acaba despedazado pero sin poder dormir. Un suero que, por cierto se crea a base de semen de gato.
O 'Las tres calaveras', en la que un joven aficionado al manga roba tres cráneos de una tumba para regalárselos a su autor de manga favorito, el propio Mizuki. Los espíritus de los muertos volverán para atormentarlo.
En fin, un cómic sorprendente que nos atrapa en un mundo de fantasmas realmente mágico, en el que los espíritus son más humanos, con todo lo que eso conlleva, que algunos de los personajes a los que persiguen o atormentan.
(FUENTE: rtve.es)
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