La Casa Blanca es considerado uno de los edificios más célebres y emblemáticos del mundo. Sin embargo, para muchos no sólo sería la residencia oficial y lugar de trabajo de los presidentes en ejercicio de los Estados Unidos, sino que también es un inquietante lugar donde ha ocurrido un hecho documentado con tintes paranormales.
En verano de 1911 la palabra aparición surgió a través de uno de los sirvientes de William Taft en la Casa Blanca. Butt, un asistente militar del presidente que trabajó como secretario personal, aseguró tener encuentros con un fantasma. Relató en una carta a su cuñada Clara que varias apariciones fantasmales habían estado asustando a los empleados durante meses.
Butt reportó varias veces que los criados contaban historias de sentir que "algo" les tocaba el hombro y aplicaba una pequeña presión, como si un niño curioso estuviera inclinado para ver qué hacen. El asistente personal del presidente discutió varias veces con el personal, diciendo que los fantasmas no tienen sentido del tacto y que es físicamente imposible que esto suceda. Pero los sirvientes sostenían su verdad y aseguraban que el espíritu tenía contacto con ellos.
Según se comenta, hay una larga tradición de cuentos de fantasmas en la Casa Blanca. Pero ese ente es uno de los espíritus más inusuales del edificio, porque nadie sabe quién era. 'No es un presidente o una primera dama, es un adolescente de unos 14 o 15 años', dicen algunos historiadores. Pero el cuento de terror sigue siendo un signo de interrogación para los eruditos de la Casa Blanca a día de hoy.
Esperaban que fuera algo pasajero, pero las apariciones continuaron
La primera dama Helen Taft no sólo notó que el fantasma se inclinaba sobre su hombro, sino que documentó que tuvo la oportunidad de ver una figura a la que describió como un niño con el pelo descuidado y los ojos tristes. Incluso se dice que el presidente Taft mostró interés por saber qué era aquella 'cosa', debido a la cantidad de quejas del personal de limpieza. Esperaba que el fantasma sólo fuera un cuento pasajero, pero a medida que pasaba el año el personal se quejaba más.
Butt investigó por privado los posibles orígenes del misterioso adolescente. Pidió a varios empleados que le contaran sus historias sobre "la cosa" y le dijo a su mujer que iba a ahondar en la historia de la Casa Blanca para ver si algún chico coincidía con la descripción. Sin embargo, desistió y todo fue en vano.
Pero los historiadores modernos de la Casa Blanca se quedaron perplejos cuando descubrieron que el único adolescente que residió en el edificio hasta dicha época fue Willie Lincoln, que murió durante el segundo año de su padre en el cargo. Sin embargo Willie tenía 11 años cuando falleció por fiebre, siendo mucho más joven que la descripción del fantasma.
(FUENTE: ecodiario.eleconomista.es)
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