8 de diciembre de 1943. Ese es el día exacto en que se fundó el Templo Espírita Tupyara en Brasil, donde alojarían monjes brasileros que prometen sanar a los enfermos que se lo pidan desde la distancia y con métodos muy poco convencionales.
José Hermann Hungerbühler fue su precursor, quien aseguraba que podía contactar a espíritus y habría buscado en ese don la posibilidad de ayudar a quienes estaban aquejados por distintas situaciones en sus vidas.
Se trata de una atención completamente gratuita, aunque los ayudados que quisieran, podrían donar alimentos no perecibles, prendas de vestir, medicamentos, libros de espiritismo o dinero. Todo esto sería con fines de ayudar a terceras personas que lo necesiten.
Enfermedades graves e incluso cánceres mortales son padecimientos que habrían sanado estos hombres que, usando sus poderes, trasladan sus ánimas y operan a sus pacientes.
Esto estaría muy ligado a las creencias espiritistas de Brasil, donde se asume que los espíritus de los muertos conservan algo material y pueden conectarse con los vivos, a través de personas ‘medium’.
Una de las famosas que utilizó esta técnica es Javiera Suárez, mujer que mientras estaba embarazada y conducía el programa No eres tú, soy yo (Zona Latina), se le detectó un cáncer que luego hizo metástasis en varias zonas de su cuerpo.
En su página web, la estrella publicó: “le dije a mi papá que me llevara al correo que está en los Cobres de Vitacura. Ahí mismo pedí una hoja”.
Y es que para que los monjes concurran a ayudar, es necesario enviar una carta con dirección a Centro Espirita Tupyara / Rua Luiz Bezerra, 116 – Eng. Novo – Lins de Vasconcelos / Rio de Janeiro – Brasil – CEP:20710-160, poniendo el nombre del enfermo, la edad, el domicilio, el diagnóstico y un resumen de la situación actual.
“Luego, metí la carta en un sobre grande junto a un sobre más pequeño con la dirección donde quieres que te llegue la respuesta y dos estampillas llamadas ‘cupones de responso’ que venden ahí mismo”, continuó Suárez.
Las condiciones que ponen estos hombres para antes de la operación son “rezar, tomar un vaso de agua y acostarse entre sábanas blancas, con ropa del mismo color”.
“La verdad es que no sentí nada e incluso me quedé dormida durante la media hora que esperé, hasta que mi marido me despertó a las 23:30. Lo curioso es lo que soñé esa noche. En el baño público, yo misma me hacía una especie de incisión cuadrada sobre el estómago y me sacaba la piel de encima para cambiarla por otra”, explicó la animadora.
De todas formas, desde el Templo de los monjes aseguran que a pesar de esta ‘cirugía’, es importante continuar con el tratamiento científico, puesto que ellos trabajan sólo desde la fe.
Lo cierto es que casos como el de Javiera Suárez -y otros miles semejantes- remecen a la ciencia. Incluso, en Facebook hay un grupo de más de 100 mil personas que dicen haber sido operados por estos hombres. De todas formas, es probable que esta situación continúe siendo un misterio para miles de escépticos que necesitan de algo más para creer.
(FUENTE: biobiochile.cl)
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