La mansión Baker tiene el aspecto de la típica casa embrujada. Fue erigida en 1849 en Pennsylvania (EE:UU) y pertenece a la Sociedad Histórica del Condado de Blair. En su interior, dentro de una vitrina de cristal, se conserva un viejo vestido de novia que -aseguran- suele variar de posición. Como si unos dedos invisibles lo movieran de vez en cuando, quitándole pliegues, cuidando de que siempre luzca igual de bonito.
Perteneció a la joven Anna Baker, hija de Elias, un rico propietario de habitó esta ostentosa mansión de 28 habitaciones hasta 1914. En ese año falleció la desdichada Anna, sin poder utilizar ese vestido de novia que ella misma compró en secreto.
Al parecer Elias Baker le prohibió a su hija contraer matrimonio con un joven humilde que no encajaba en la vida opulenta de la familia de este empresario y ella murió de pena.
Cuando la madre de Anna encontró el vestido de novia que ocultaba y admiraba en secreto, con devoción, soñando lo que podría haber sido… se lo regaló a otra muchacha de Blair, a Elizabeth Bell, quien estaba a punto de contraer matrimonio y que no dudó en aceptar el regalo, mientras se burlaba de Anna que era ya objeto de mofas y compasiones en toda la región.
Tras la muerte de la joven los padres abandonaron la casa. Fue la Sociedad Histórica de Blair quien con el tiempo, y tras el largo abandono de la casa Baker, se hizo cargo de ella. Y lo más curioso, es que tuvieron el detalle de recuperar el vestido de novia dejado por Elizabeth Bell, y guardarlo en la habitación de Anna Baker.
A partir de ese día, no dejaron de suceder fenómenos extraños. Sombras, una figura femenina que aparece en el espejo, vientos fríos… Y un vestido de novia que cambia de lugar, que se mueve, que luce siempre perfecto a pesar del tiempo. Como un regalo preciado que nunca llegó a hacer uso en la persona que debía, pero que sirvió para soñar en lo que pudo haber sido.
(FUENTE: revistaañocero.com)
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