Tras haber analizado muestras de saliva de seis parientes de la mujer y los dientes de su difunto hijo Khwit, el científico concluyó que Zana podría ser un yeti, informa el rotativo 'Daily Mail'.
Pese al hecho de que las pruebas de ADN revelaron que los ancestros de sus descendientes, provenían del África subsahariana, el científico sostiene que Zana no se asemejaba a ninguna especie conocida antes.
Capturada por comerciantes locales en la cordillera del Cáucaso entre Rusia y Georgia, Zana fue descrita por los testigos, como una mujer de 1,98 metros a la altura, "cuyas características físicas correspondían a un animal salvaje".
(FUENTE: actualidad.rt.com)
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