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lunes, 20 de abril de 2015

“El libro de extraterrestres” de Hillary Clinton y la conexión Rockefeller


El misterio de la vida extraterrestre y su encubrimiento (o quizás fabricación) por las altas esferas del poder mundial tiene una nueva arista, aunque en un caso ya conocido, al descubrirse el que ha sido llamado “el libro extraterrestre” de Hillary Clinton, por el sitio Open Minds.

El caso surge a partir de una iniciativa del filántropo de lo paranormal, Laurence Rockefeller, quien en los 90s durante la presidencia de Bill Clinton buscó que éste declasificara la información relacionada a los extaterrestres entregándole el documento Lifting Secrecy on Information About Extraterrestrial Intelligence as Part of the Current Classification Review, a través de Hilary Clinton, con quien se reunió en su rancho en Jackson’s Hole, Wyoming.

En las fotos de la reunión de 1995 se muestra a Hilary con un libro en la mano el cual hasta ahora se ha identificado como Are We Alone? Philosophical Implications of the Discovery of Extraterrestrial Life, del cosmólogo Paul Davies. Ese físico estadounidense es considerado un experto en el campo de investigación exobiológica, participando en la conferencia de Astrobiología del Vaticano, en la cual se ha discutido sorprendentemente la posibilidad que exista vida fuera del universo intentado conciliar esta posibilidad con la existencia del dios de la religión católica. Sin embargo, Davies en ningún momento ha declarado abiertamente que tenga pruebas de la existencia de extraterrestres, su acercamiento ha sido siempre teórico, por lo cual se puede pensar que lo mismo sucede con el interés de Hilary Clinton por el tema.

Ahora bien la figura de Laurence Rockefeller agrega al caso un matiz más complejo. Laurence era un Rockefeller de tercera generación, que a diferencia de su hermano Nelson, no se interesó tanto por la política, pero sí, al igual que el ex vicepresidente de Estados Unidos, por la inversión y la filantropía. En sus últimos años fondeo una serie de investigaciones en torno a los extraterrestres (especialmente la investigación del médico de Harvard John Edward Muack sobre las abduccciones alienígenas), los crop circles, el proyecto evolucionista (¿eugénico?) Human Potential Foundation, e incluso el proyecto de Terence Mckenna Green Earth Foundation, dedicado a buscar y cultivar plantas psicodélicas de todo el mundo. Según Steven Greer, director del Proyecto Disclosure, sostuvó conversaciones con Laurence Rockefeller que lo llevaron a pensar que el sistema en el poder estaba listo para difundir la “realidad” de una penetración extraterrestre en la vida política planetaria.

La pregunta obvia en este caso es si Laurence Rockefeller estaba genuinamente interesado en esos temas esotéricos y lo hacía independientemente de la agenda política de su familia, sin duda en los más altos peldaños de la pirámide mundial de la corporatocracia y el cartel financiero (según la mayoría de las teorías de la conspiración los Rockefeller junto con los Rothschild son parte de una elite global de familias que controlas secretamente desde hace siglos al mundo).

Por una parte es difícil suponer que la verdad sobre los extarterrestres viniera o fuera pujada por un Rockefeller (si es que estos son tan malignos como se dice: reptilian overlords los llama David Icke). Otros dicen que se le permitió esto en su vejez, siendo que no era cualquier persona y poseía una enorme fortuna: como si fuera su hobby en el retiro, y que era sincero su deseo de invetsigar posiblemente porque había tendio una experiencia personal reveladora (esto es lo que dice el Dr. Steven Greer).

En oposición a esto está la tenebrosa teoría de que la existencia de los extraterrestres, la ufología y el movimiento new-age son en realidad motivados desde dentro del gobierno como parte de una oscura agenda de control y manipulación. Como una película de Hollywood permanentemente proyectada en los medios de comunicación (o hasta en el éter y en nuestra púpilas), con el fin de convertirnos a una nueva religión o a un nuevo temor-enemigo colectivo que serviría para implementar el estado totalitario del nuevo orden mundial. En está tónica no sería extraño que Laurence Rockefeller financiara estas investigaciones. El Extraterrestre (el Uber-Otro) sería el nuevo Cristo o el Anti-Cristo del cual seríamos salvados, según se juege la carta.

Otra opción es que existan varios bandos de extraterrestres (y con ellos facciones políticas de hombre) que se disputan el control del planeta y en cierta medida de la realidad (que se produce y consume) y lo que vemos en el mapa político son solo los icebergs de movimientos estartégicos velados (un ejemplo podría ser la espiral azul observada en el cielo de noruega) los cuales no sólo son sumamente herméticos, incluso podrían ser parte de una política cósmica, multidimensional, que el ser humano no es ni siquiera capaz de comprender en su estado actual de evolución. ¿Quién podría decir con seguridad que no es parte de un juego de ajedrez, en un tablero infinito, en el que los jugadores son invisibles?

(FUENTE: pijamasurf.com)

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