Son múltiples las panaceas que, bajo el señuelo de la novedad o la inmediatez de efectos, se venden para nuestra salud en anuncios publicitarios. Una de ellas es la hipnosis erótica, que en diversos países de Latinoamérica, ya comienza a ofertarse como una solución para quienes buscan solución a ciertos tipos de disfunciones sexuales.
En principio, la hipnosis clínica es definida como una técnica de sugestión a través de la cual un terapista induce al paciente a un estado de atención relajada y concentrada, que le permite enfocarse imaginariamente en aspectos particulares que son planteados como instrucciones y sugerencias del hipnotista, para facilitar la exteriorización de conflictos inconscientes.
En el caso de la llamada hipnosis erótica, el paciente es llevado a un estado de relajación que lo hace más receptivo y allí el terapista le plantea un relato erótico, al que podrá ir respondiendo sin las represiones que usualmente aparecen en un estado de vigilia.
De acuerdo con declaraciones ofrecidas a BBC Mundo por el psicólogo clínico del Instituto Gubel, en Buenos Aires, Carlos Malvezzi Taboada, estas evocaciones sexuales procuran disminuir los niveles de angustia que enfrentan pacientes con anorgasmia o disfunción eréctil, reafirmando sus capacidades en un entorno de menos presión.
Otra dinámica entra en juego cuando el objetivo de la técnica es exacerbar el estímulo erótico. Bajo ese enfoque, la hipnosis erótica también es promocionada en algunos países -especialmente en Estados Unidos- como una experiencia de disfrute sexual guiado a través de la palabra.
Efectividad en tela de juicio
Más allá de que este tipo de terapia aún no se populariza en Venezuela, el florecimiento de ella en otras latitudes es motivo de preocupación para la psiquiatra Yomaira González, que considera a la hipnosis una técnica de trabajo de gran vulnerabilidad, por la fragilidad de su basamento científico. Afirma que sólo puede ser efectiva en cierto tipo de paciente con rasgos de personalidad muy específicos que, por lo general, tienden a la histeria o a la sumisión.
La especialista acotó que el resurgimiento de la hipnosis como técnica terapéutica para el tratamiento de problemas sexuales, en tiempos en que ha sido superada por la aparición de otras técnicas conductuales que generan cambios más importantes al concederle al paciente un rol más activo, genera suspicacia, “sobre todo en sociedades donde el oportunismo del lucro, a partir de las necesidades ajenas, se hace cada vez más común”.
(FUENTE: el-nacional.com)
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