Es el mejor entre sus compañeros pronosticando los resultados de los partidos de la Eurocopa y es capaz incluso de intuir que la semifinal contra Portugal se definirá en los penales y que él será el héroe final: España cuenta a su favor con los poderes “paranormales” de Cesc Fábregas.
“Es un fenómeno, ¡tiene poderes psíquicos!”, dijo entre risas el portero Iker Casillas sobre el centrocampista/delantero del Barcelona, que se atrevió a hacer cambiar los planes del seleccionador Vicente del Bosque antes de la tanda de penales porque tuvo una “intuición”.
“No sé, tuve un ‘déjà vu’”, reveló Fábregas cómo por la tarde, en el hotel, le vino una idea a la cabeza. “Pensé que iba a haber penaltis como hace cuatro años y que iba a tirar el último”, dijo. Le vino el recuerdo del 22 de junio de 2008, cuando en una tanda como la que España ganó el miércoles ante Portugal para acceder a la final de la Eurocopa de Polonia y Ucrania, Fábregas marcó el tanto definitivo que eliminó a Italia en cuartos.
Aquel día, aquella tanda sellada por Fábregas acabó con 24 años de maldición de España en cuartos de final. También había algo de paranormal en aquel maleficio exorcizado por el entonces jugador del Arsenal.
Pasada la medianoche en Donetsk, finalizada la prórroga ante una Portugal que estaba poniendo contra las cuerdas a la campeona de Europa y del mundo, llegó el momento de elegir a los cinco lanzadores. “Xabi Alonso, Cesc...”, enumeraba Del Bosque. “No, no, míster, yo tiro el quinto”, replicó el falso delantero. Y el técnico hizo gala de lo que llama “autoridad compartida” y accedió.
Fábregas se queda solo, musita palabras que dice no recordar, miles de pensamientos inconexos se le pasan por la cabeza. Lanzará el quinto, el definitivo, tal como había previsto. Y meterá a España en la final.
“¡No quiero parecer un farándula (sic)!”, dijo luego restando importancia a su visión. “Iba a lanzarlo hacia un lado, pero en el momento final, cambié, siempre lo hago”. Disparó a la derecha de Rui Patricio, tocó el poste, entró.
Otra vez todos abrazados en torno a él tras un partido en el que entró en la segunda parte y admitió haber jugado “fatal”.
“Jugar de delantero como estaba el partido, ante esos dos centrales... Ha sido un reto para mí, me lo he pasado bien”, dijo igualando sufrimiento con diversión.
Además de la visión de Cesc, la tanda final tuvo otros momentos extraños. “No recuerdo haber lanzado nunca un penal”, admitió el defensa Gerard Piqué, que lo anotó como si fuera el mejor especialista. “No, no tiro nunca, pero me sentía con confianza y le pedí al míster lanzar uno”, reveló Andrés Iniesta.
Luego llegó el “Panenka” de Sergio Ramos. “Llevaba días pensando en lanzar así, pero no lo decidí hasta el final”, dijo sobre el lanzamiento, con el que se sacó la espina de su error con el Real Madrid en la tanda de semifinales de la Liga de Campeones ante el Bayern Múnich que le costó aguantar miles de bromas en un twitter hoy silenciado.
Curiosamente, el que erró para España fue Xabi Alonso, el lanzador oficial en ausencia de David Villa. Lo único normal fue que Casillas detuviera uno.
Y es que Cristiano Ronaldo, la gran estrella, se quedó sin lanzar y su compañero Bruno Alves fue a ejecutar el tercero cuando apareció Nani para arrebatarle la pelota y recordarle que no era su turno.
Quizás eso afectó a Alves, que estrelló el siguiente al travesaño y provocó el festejo prematuro de Sergio Ramos, que se vio ya en la final sin percatarse de que faltaba por anotar aún uno más. El que había previsto el visionario Fábregas.
No sé, tuve un ‘déjà vu’. Pensé que iba a haber penaltis como hace cuatro años y que iba a tirar el último”, dijo Cesc Fábregas.
(FUENTE: vanguardia.com.mx)
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