En materia de fútbol toda cábala sirve, y los dos títulos mundiales ganados por Italia tras sendos escándalos de corrupción alientan ahora a muchos de cara a la Eurocopa.
Antaño fueron el "Totonero" (1980) y el "Calciopoli" o "Moggigate" (2006), y ahora la liga italiana sufre el "Calcioscommesse" (apuestas en el fútbol), y no falta quien lo considere un buen augurio.
Sin embargo, el caso ha sacudido fuerte a Italia, como el reciente sismo en Emilia, mientras se suceden los arrestos, las reputaciones ruedan por el cieno, y hasta el primer ministro tomó vela en este entierro.
Bien porque sea políticamente correcto, bien por integridad moral o por ponerse a buen recaudo, las condenas llueven, pero nadie, empero, cuestiona la presunta inocencia de ningún encartado.
Hay quien prefiere verle el lado positivo, como el ex-internacional Marco Materazzi, la célebre víctima del testarazo de Zinedine Zidane en la final mundialista de Alemania-2006, ganada por la "Azzurra".
Para Materazzi, el escándalo que envió a la Juventud de Turín a la segunda división hizo reaccionar al seleccionado nacional, la misma versión que dio Genaro Gattuso tras la tercera corona italiana.
"Sin el Moggi-gate, Italia no habría ganado. El escándalo nos unió, tocó nuestros sentimientos. Conseguimos demostrarle al mundo que los jugadores somos honrados, lavamos la imagen del fútbol italiano", dijo entonces Gattuso, otro salpicado por sospechas de apuestas.
El técnico de aquel plantel y actual seleccionador de Irlanda, Giovanni Trapattoni, también sugirió que el escándalo podía tener un efecto positivo, si bien fustigó lo que tildó de "imbecilidad".
Por el contrario, el actual estratega "azzurro" Cesare Prandelli descarta toda interpretación positiva: "(Las detenciones) no son un amuleto. Las cosas malas sólo traen cosas malas", enfatizó.
Daniele De Rossi, volante de la Roma y presidente de la Asociación de Jugadores, lo ve peor que en 2006, pues entonces los responsables eran dirigentes, y ahora hay hasta futbolistas internacionales.
Hasta Mario Monti, el jefe del gobierno italiano, sugirió a título personal la suspensión de toda competencia profesional durante dos o tres años, mirando el problema desde la razón y no desde el corazón.
El presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete, calificó los hechos como "tristes y amargos", pero quiere esclarecer todo bien y rápido para encarar la Eurocopa, y luego seguir la causa.
Italia debuta el próximo domingo ante el campeón defensor y monarca mundial, España, en partido harto exigente en medio de la tormenta y tras el 0-3 que encajaron los trasalpinos en un amistoso ante Rusia.
Prandelli, conocido por su riguroso código ético dentro y fuera de la cancha, mantiene entre los convocados a Leonardo Bonucci, acusado por la fiscalía de Cremona de propiciar el arreglo de partidos.
Tanto Prandelli y De Rossi, el Poder Judicial actuó cuando debía hacerlo, pues consideran que una investigación de tal magnitud, así como lavar la imagen de Italia, es más importante que una Eurocopa.
(FUENTE: prensa-latina.cu)
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