Un reciente artículo publicado por El Confidencial expone cómo diversos estudios derriban los 10 mitos más frecuentes sobre el éxito de la vida en pareja:
1. Mientras más sexo, mejor. No. Si bien una sana intimidad es importante, el desgaste de la pasión no siempre significa pérdida de amor. En cambio, es muy común que una pareja infeliz busque satisfacción en la actividad sexual frecuente, según establecen diversas investigaciones.
2. Los hijos mejoran la relación. Falso. Mucha gente piensa que es así y tienen niños con la esperanza de que un nuevo ser llegue para alimentar la felicidad de la pareja. Sin embargo, varios estudios realizados en los años sesenta, y recopilados por J.H. Larson, indican que el convertirse en padres aumenta las responsabilidades y, con ello, crece el estrés y disminuye el tiempo para la intimidad.
3. La mujer profesional tarda más en casarse. No siempre. La independencia femenina ha llevado a muchos a creer que las mujeres que han pasado por la universidad tienen un mejor estatus y pueden mantenerse a sí mismas sin la ayuda de un hombre, por lo que el matrimonio difícilmente estaría en sus planes. No obstante, investigaciones estadounidenses sostienen que las mujeres con educación superior suelen casarse con mayor frecuencia que aquellas que no cuentan con una carrera universitaria.
4. Los solteros tienen una mejor vida sexual. Esta afirmación tampoco es del todo cierta. El punto aquí es que quienes no cuentan con una pareja estable suelen hablar más de sus conquistas. No así los comprometidos, que al no dar a conocer sus encuentros íntimos en público, dan la sensación de no tenerlos a menudo. Sin embargo, según un ensayo publicado por la Universidad de Chicago, las relaciones sexuales de aquellos que están en pareja suelen ser más satisfactorias, tanto física como emocionalmente.
5. Los quiebres son provocados por las discusiones. Otro mito. Según un estudio realizado en 1997 por P. Amato y A. Booth, sólo un tercio de los matrimonios que terminan en divorcio pueden ser clasificados como “conflictivos”. La infidelidad y los problemas de dinero encabezan la lista de los motivos que más frecuentemente derivan en separaciones y no así las discusiones. Aunque estas sean constantes, si se saben llevar sin ofensas ni agresiones, pueden resultar hasta beneficiosas para una pareja.
6. El hombre se adapta a la mujer más que ella a él. No. Aunque a muchas les encantaría que así fuera, lo cierto es que son las representantes del género femenino quienes se ven más influidas por el estilo de vida de sus parejas. Son ellas las que acomodan sus costumbres para seguir al hombre que aman. Así lo confirman, al menos, diversos estudios efectuados en las décadas en los sesenta y los ochenta.
7. Nuestra pareja debe saber todo lo que pensamos. ¿La verdad? Hay cosas que es mejor callar. Si bien la comunicación abierta siempre es positiva, hay que saber qué comunicar y de qué manera. Según una investigación realizada por J. M. Gottman, en 1999, más que de hablar abiertamente, se trata de enfatizar las cosas buenas. Si las interacciones positivas son más que las negativas, la satisfacción de la pareja será alta.
8. Las expresiones románticas son lo más importante. Puede que ayuden, pero no representan lo fundamental para asegurar la felicidad en pareja. En una de sus investigaciones, J.M. Gottman descubrió que el considerar a la pareja como un buen amigo y el compartir valores e intereses son factores mucho más preponderantes para mantener la unión.
9. Es mejor convivir que casarse. A veces sí, pero en la mayoría de los casos, no. Aunque parezca increíble, las estadísticas sugieren que se separan con mayor frecuencia las parejas que sólo conviven. Según algunos estudios, casarse proporciona un nivel de compromiso inconsciente mucho mayor.
10. Los hombres prefieren que la mujer no trabaje. Quizá así haya sido en los años sesenta, pero no ahora. Una reciente investigación, publicada en Journal of Family Issues, afirma que el trabajo de la mujer fuera de la casa no tiene una influencia clara en la felicidad amorosa. De hecho, puede significar una mejor estabilidad financiera, lo que ayuda, ciertamente, a la tranquilidad de ambos integrantes de una pareja.
(FUENTE: argentinos24.com.ar)
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