El continuo envío de leyendas urbanas a través de los correos electrónicos se ha convertido en un sistema nada inocente. Las bandas de ciberdelincuentes han encontrado en los hoax (cadenas de mensajes con informaciones falsas que corren por internet) un filón perfecto para actuar. Los malhechores crean o se aprovechan de un bulo y empiezan a difundirlo por la red como si fuera un virus. De esta manera, muchos mensajes van pasando de e-mail en e-mail hasta que un receptor aprovecha todas las direcciones de correo que se han ido insertando en los reenvíos y las emplea para hacer pishing (estafa bancaria por internet).
El inspector Jordi Domènech, jefe del Àrea Central d'Investigació de Persones de los Mossos d'Esquadra, en la que se engloba la Unidad de Delitos Tecnológicos, explica el uso delictivo de estas cadenas: «Se emplean para recopilar las direcciones de correo electrónico de aquellas personas que, al leerlos, pican, es decir, se creen esas informaciones y las reenvían a familiares y amigos. Además, al hacerlo demuestran que tras esa dirección hay una persona real».«La red ha disparado una auténtica tecnología del rumor: hay hasta programas que permiten difundir mensajes a miles de correos, blogs, webs...», afirma Francisco Canals, director de la empresa de reputación on line Identidadlegítima.com. «Actualmente, un millón de direcciones de correo se vende por unos 150 euros», explica Luis Corrons, director técnico de Panda Labs.
(FUENTE: elperiodico.com)
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