Amnistía Internacional (AI) ha escrito al rey Abdulá de Arabia Saudí para pedirle que conmute dos penas de muerte impuestas a dos ciudadanos extranjeros por "brujería".
El libanés Ali Husain Sibat y el sudanés Abdul Hamid bin Hussain bin Moustafa al-Fakki han sido condenados a la máxima pena por esa acusación, que "se utiliza a veces para castigar a quienes ejercen su derecho a la libertad de expresión", afirma AI en un comunicado.
En una carta enviada el jueves al monarca saudí, esa organización no gubernamental de derechos humanos insta a Abdulá a mostrar "clemencia" en ambos casos pues será él quien tenga que ratificar eventualmente ambas sentencias.
"Dos hombres están en riesgo inminente de sufrir el máximo castigo cruel e inhumano sin haber cometido nada que se asemeje a un delito", señala Philip Luther, director adjunto de AI para Oriente Medio y el Magreb.
Las acusaciones de "brujería" contra Ali Sibat están relacionadas con su cargo anterior de presentador de la emisora de TV por satélite "Sheherezade", en la que daba consejos y hacía predicciones.
Su abogado en el Líbano dijo a Amnistía Internacional que el primer ministro libanés, Saad Hariri, habló con su esposa y le prometió que su marido volvería a casa pronto, pero no ha ocurrido nada desde aquella conversación.
Por su parte el sudanés Abdul al-Fakki, de 36 años, fue detenido en Medina en diciembre de 2005 por miembros de la "mutawin" (policía religiosa que vela por la moral del Reino saudí).
Fue acusado de practicar la brujería después de que un hombre que trabajaba para esa policía religiosa le tendiese una trampa pidiéndole que pronunciase un conjuro para que su padre abandonase a su segunda esposa.
Al-Fakki se ofreció supuestamente a hacerlo a cambio de 6.000 riyals saudíes (unos 1.600 dólares), y tras su detención fue interrogado, al parecer maltratado, y se cree que confesó que había llevado a cabo actos de "brujería".
Fue condenado a muerte por el tribunal general de Medina en marzo de 2007 sin haber recibido asistencia legal en un proceso del que se sabe muy poco al haberse celebrado en secreto, critica AI.
El hermano del condenado dijo a Amnistía que se trata de un hombre "muy amable" y que sus padres, que sufren de mala salud, están atormentados por la condena a muerte que pende sobre su hijo.
Según AI, la detención de ambos bajo la vaga acusación de "brujería" viola los derechos humanos internacionales al castigar formas de expresión, que si bien son inusuales, tuvieron en todo momento carácter pacifico.
"Ali Sibat y Abdul Hamid al-Fakki deben ser puestos en libertad de forma inmediata e incondicional si las actividades de las que se les acusa no son más que el ejercicio de su derecho legítimo y pacífico a la libertad de expresión y religión", afirma el directivo de AI.
El delito de "brujería" no está recogido en la legislación saudí, pese a lo cual las autoridades de ese Reino han detenido a decenas de personas bajo esa acusación en los últimos años.
El último caso conocido es el del egipcio Mustafa Ibrahim, declarado culpable de "brujería" por haber echado un maleficio para lograr la separación de un matrimonio.
Al menos 158 personas fueron ejecutadas en Arabia Saudí en 2007, unas 102 al año siguiente. Del año pasado se conocen unas 69 ejecuciones, 19 de ellas de ciudadanos extranjeros y desde comienzos del año en curso se ha aplicado esa pena a un mínimo de 19 personas.
(FUENTE: EFE)
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