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lunes, 20 de abril de 2009

Sirenas en la laguna Quistococha

La laguna de Quistococha es uno de los lugares más visitados por los turistas nacionales y extranjeros, que llegan a la ciudad de Iquitos. Se encuentra a aproximadamente unos 20 minutos de viaje en mototaxi, en el kilómetro 7 de la carretera Iquitos - Nauta. En las paredes de la entrada están escritas varias leyendas regionales.

Dentro de sus linderos se encuentra un pequeño zoológico donde es posible observar algunos de los animales más representativos de nuestra selva: el jaguar (otorongo) y el tigrillo, tucanes, loros y papagayos, caimanes, serpientes, tortugas y otros representantes de la fauna amazónica; además, en la Isla de los monos se puede apreciar a estos primates saltando y jugando en una pequeña isla acondicionada al medio de una piscina de donde suelen escaparse subiendo a los árboles y, luego en la playa, andan sueltos entre los visitantes a quienes ocasionalmente roban algo de comida, siendo este un incidente muy peculiar.

Se pueden hacer caminatas por las trochas (caminos) y pequeños puentes que se adentran un poco más hacia la selva o alquilar un bote para pasear sobre la laguna acompañado de algún guía o alguien que sepa remar. Pero lo que más atrae a los turistas a Quistococha es la playa acondicionada en una de las orillas de la laguna donde uno puede divertirse con la familia.

Dicha “Cocha” o laguna, y sus proximidades, es asiento permanente de un cúmulo de mitos y leyendas propias de la amazonía peruana, convirtiéndola en todo un lugar de poder por excelencia: tanto foráneos como lugareños, han reportado haber sido testigos, en la laguna y sus alrededores, de toda clase de fenómenos anómalos, desde avistamientos OVNI, hasta presencias espirituales y manifestaciones de envides espirituales de la selva peruana, tales como el Tunche, el Chullachaqui, en incluso sirenas.

La leyenda de Quistococha
Según los relatos proporcionados por los pobladores más viejos del lugar, el nombre verdadero de la laguna era Cristococha, denominación derivada de lo ocurrido en ese lugar: según la leyenda, un hombre llamado Esteban Manihuari Rimachi, armado de su flecha, una madrugada, ingresó a la cocha o lago, que se mantenía en la más completa calma, cuando el aleteo de un pez que raudo saltaba fuera de la superficie interrumpía la aparente mansedumbre de la cocha.

Don Esteban mientras lanzó su flecha e hizo presa en una hermosa palometa y raudo cogió el trofeo y lo depositó en el fondo de su canoa y justo en ese instante se produjo el fenómeno: del centro de la cocha, emergió la figura de una persona vestida con una túnica blanca. Los ojos incrédulos de don Esteban parpadearon intermitentemente…

No creía lo que veía frente a él… miró entonces fijamente a la aparición y vio con sorpresa que se trataba de la figura inconfundible de Cristo, con su mirada triste y bondadosa; de pronto el canto de los pajarillos se convirtió en una hermosa melodía, poniendo el marco musical a la sorpresiva aparición de Cristo, melodía que despertó a los demás moradores de la comunidad nativa y todos pudieron apreciar la excelsa aparición de Cristo Redentor. Desde ese momento, la laguna quedó bautizada por los pobladores como “Cristococha”, pero la costumbre popular derivó luego dicho nombre en su denominación actual. Lo que si es compartido por todos, es que en la laguna residen las manifestaciones espirituales de la amazonía.

La sirena de Quistococha
En toda la amazonía peruana, se considera que las sirenas son dueñas de los recursos hidrobiológicos de las aguas. Son la "madre del agua", la "madre de la cocha (lago)" o la "madre del río". Ellas son las que cuidan a los peces y evitan la pesca sin su autorización. Son las sirenas las que castigan he impiden que algunos pescadores puedan pescar mas de los debido, castigándolos con hacerles "escasa la pesca", haciéndoles "desparecer" las redes de pesca, "causando fuertes remolinos" o "causando mal tiempo" que ahuyenta a los pescadores del lugar. Son pues, los espíritus que son guardianes de las fuentes de agua.

También en las creencias locales, la población suele temer y respetar a las sirenas: consideran que son seres que secuestran o se "llevan" a las personas; por esa razón los moradores de las orillas de los ríos y lagos cuidan a sus niños y evitan que vayan solos a bañarse en sus aguas. Siempre es común oír el mensaje "no te vaya a llevar la sirena".

En especial las personas antiguas, evitan pescar mucho en lugares donde supuestamente habitan estos seres y aconsejan a los menores que no deben pescar mucho en un lugar y hora en particular.

Dichas creencias –consideradas como realidad irrefutable en la selva amazónica-, no pasarían de ser una mera leyenda local, a no ser por los sorprendentes testimonios que aún hoy se pueden recabar constantemente: aquí copio textualmente esta noticia, publicada el 27 de septiembre de 2007 en el diario loretano “Pro&Contra”, testimoniando la presunta aparición de una sirena, que se presentó a unos niños en la laguna de Quistococha.

”Más de 20 estudiantes del cuarto grado de primaria del colegio “María Parado de Bellido”, el pasado jueves al mediodía, se refrescaban en las aguas de la laguna de Quistococha, cuando de pronto el jolgorio se vio interrumpido y salieron todos del agua manifestando que una mujer apareció y les llamó con las manos”.

”Los pequeños, cuyas edades oscilan entre 7 y 8 años, al notar a la mujer se asustaron y dieron aviso a la profesora Marianela Sánchez de Alarcón, quien los tranquilizó y pidió que explicaran qué es lo que pasó, pero era muy difícil escuchar a todos, pues nadie quería quedarse callado y todos narraban la presencia de la joven”.

”Tras varios minutos de alboroto, los pequeños se tranquilizaron y recién pudieron explicar, indicando que mientras se bañaban una mujer con cola de pez se apareció en el centro de la laguna como si estuviera bañándose, recogía el agua con las manos y se echaba a la cabeza y cuando la observaron hizo un gesto de invitarlos al centro de la laguna”.”Los pequeños dijeron que la joven era muy bonita, tenía los cabellos dorados y en forma de ondas, su piel era muy blanca, pero no tenía piernas, solo lograron ver una cola muy fina parecida a la de un pez y luego desapareció entre las aguas, dijeron también que parecía muy buena y que no representa peligro alguno”.

”La profesora Sánchez dijo a Pro & Contra que solo vio que algo se sumergía en el centro de la laguna cuando sus alumnos salieron del agua y precisamente en el lugar donde los pequeños afirmaron que apareció la sirena. Del mismo modo, la profesora Emilia Flores, quien a esa hora descansaba un poco alejada del grupo, también vio que en el mismo lugar el agua estaba movida, pero no le dio importancia hasta que escuchó los comentarios”.

”Algunas personas que viven por el lugar, manifestaron que la aparición de la sirena al mediodía es muy inusual, ya que por lo general lo hace en las noches, especialmente si son noches de luna aparece al centro de la laguna con la cabellera brillante”.

”En algunas oportunidades que aparece, los vecinos de la zona la escuchan llorar muy triste, su llanto es muy desolador, melancólico y cada vez más intenso que se pierde en la profundidad de la laguna, pero que nunca hizo daño a nadie, más bien es considerada como la guardiana del lugar”.

”Los lugareños indicaron que las personas visitantes no deben tener miedo, más bien sentirse privilegiados porque la sirena es el contacto con nuestras creencias amazónicas”.

¿Ilusión o realidad?, no soy yo quién para refutar la buena fe de nuestros compatriotas: como dije líneas más arriba, la existencia de los seres elementales, en la amazonía, es considerado una irrefutable realidad,… y sé que éste no es el único testimonio existente, acerca de la presencia de sirenas, en la mágica y mística laguna de Quistococha.

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