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martes, 10 de enero de 2012

"Sólo para gigantes": el hombre que buscaba al yeti



Una novela sobre el yeti o, mejor dicho, sobre la obsesión por su avistamiento y captura. En concreto, por la del “barmanu”, variante de esta especie criptozoológica supuestamente atrincherada en Nuristán y Chitral, zonas montañosas pakistaníes fronterizas con Afghanistán. “Sólo para gigantes” es, fundamentalmente, la historia de Jordi Magraner, zoólogo asesinado en su casa, el 3 de agosto de 2002, cuando aparentemente se disponía a emprender una nueva expedición. 

Aunque sus relaciones con los naturales del lugar estaban para entonces algo deterioradas y enrarecidas, Magraner había vivido varios años en la región, llegando a ser admitido como miembro de los kalash, tribu de sustrato hindú superviviente en el océano sunnita y a la que la leyenda quiere descendiente de los guerreros de Alejandro. Rifle de dardos narcóticos en bandolera, Magraner organizó varias batidas en busca de la fabulosa criatura, cuyos aullidos logró grabar, además de fotografiar sus pisadas, reuniendo decenas de testimonios locales, más o menos frescos, sobre su existencia. Incluso se adentró hasta Jalalabad, en el Afghanistán en guerra, a fin de corroborar el soplo según el cual un “barmanu” habría sido capturado en las inmediaciones de su aeropuerto… 

Los móviles y autoría del asesinato de Magraner y su jovencísimo sirviente nunca han sido esclarecidos. La policía pakistaní, que no parece haber conducido nunca una investigación en regla, zanjó el asunto etiquetándolo como crimen pasional. Sin embargo, una colega francesa que le ayudó a poner en pie su primera batida en pos del “barmanu” asegura haber sido disuadida por la CIA de seguir la pista a los criminales. Lo cierto es que parece existir acuerdo en el sentido de que la cuchillada que degolló al infortunado científico sólo pudo ser ejecutada por un profesional, lo que convertiría el asalto a su morada en una acción de comando. Se habla también del ISI, el servicio secreto pakistaní. Y de los talibán, entonces rampantes en la zona. Y de gente a la que Magraner debía dinero. Magraner soñaba, quizá con no tan excesiva dosis de fantasía, con una nueva nación: Hindu Kush, compuesta por Tadjikistán, Nuristán, Chitral y retales de Afghanistán… ¿Hasta dónde llegaron sus relaciones con el comandante Ahmed Shah Massud? En el Valle del Pandjshir, dominado por la Alianza del Norte, ¿limitó Magraner su papel al de responsable logístico de una ONG que repartía alimentos y medicinas? 

Nada queda del todo claro en la inquietante narración de Gabi Martínez, una novela de no ficción y excelente pulso, basada en los diarios y escritos inéditos de Magraner y en entrevistas con sus familiares, colaboradores y amigos. Al lector —y creo que también al autor- le asalta la impresión de que casi nada en la vida del cazador de yetis fue lo que a tenor de los datos parece. Los amigos, ¿eran amigos? Los enemigos, ¿en realidad le odiaban tanto? 

Es difícil que algún día lleguen a conocerse las claves del trágico destino de Jordi Magraner. Por lo menos, la fecha de publicación de este homenaje literario a su sueño criptozoológico no puede ser más auspiciosa. 

(FUENTE: elimparcial.es)

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