El fantasma que juega con las persianas, la sombra que te respira en la nuca o el duende que se esconde tras la cuna del bebito son parte de las pesadillas que antaño aterraban a las abuelas, pero que hoy no mueven un pelo a las nuevas generaciones. El descrédito hacia el terror vintage acaso llegó cuando las brujas dejaron de dar miedo ('Harry Potter') o los vampiros mutaron de seres repulsivos a íconos sensuales ('Crepúsculo'). Los escritores peruanos de terror piensan que el mundo real está lleno de horrores más atroces que esos miedos que se construyeron hace siglos, para impartir lecciones morales en un mundo conservador.
Hay un cambio de sensibilidad y lo que toca es acomodarse a los tiempos. “A mí lo que me da miedo hoy es que maten, que me violen, que un psicópata me rapte y haga conmigo una película snuff [muerte real frente a la cámara]. Esos son los miedos con los que convivimos. Para causar terror ya no podemos apelar al fantasmita, como antes”. La que habla es Marcia Morales, directora de la Editorial Cthulu, que, como su lovecraftiano nombre lo deja claro, se dedica a publicar literatura de terror en su vertiente más extrema: canibalismo, destripamientos, sadismo, incesto, pornoterror, zoofilia y otros ingredientes blasfemos que le revolverían el estómago a J. K. Rowling.
Cuando fundó la editorial, Morales recibió la risa de sus compañeros. Hoy, a puertas de una miniferia del libro de terror organizada por ella, ya la miran de otro modo. Hace algunos años, Morales era una ávida lectora de horror y de libros de ocultismo y reclamaba a sus profesores de literatura de la Universidad Villarreal que les manden leer obras de este tipo. Desde que fundó la editorial, ha publicado un puñado de antologías de horror bizarro, horror erótico, la revista Nictofilia y ediciones especiales de libros de ocultismo como 'El Necronomicón'. Su sueño es publicar la primera novela de Carlos Carrillo, fundador de esta corriente en el Perú con su influyente libro de cuentos Para tenerlos bajo llave, aparecido en 1994 y sobre el que existe un importante culto underground.
VETA POR EXPLORAR
El escritor trujillano Gonzalo del Rosario (31) estuvo este año en Barcelona, llevando un máster, poco antes de que el grupo terrorista ISIS conviertiera uno de los paseos más emblemáticos de la ciudad, uno por el que transitó muchas veces, en una auténtica película de horror, con más de 100 personas atropelladas y 16 muertos. “Muchas de las historias del terror moderno parecen salidas de los titulares de un diario chicha. Por eso nosotros decimos que en la narrativa de hoy el monstruo es el humano”. Del Rosario publicó un libro de cuentos que causó conmoción en su ciudad por su temática erótica y en el 2012 incursionó en la temática zombie, con Ven ten mi muerte, una novela corta que mezcla los muertos con el erotismo.
En otra línea figura Hans Rothgiesser, un economista que empezó a escribir libros de naturaleza fantástica y de zombies, que han sido muy populares, como 'Réquiem por Lima' y 'Réquiem por San Borja', ambos editados por Editorial Altazor, otra casa que apuesta por la literatura de este tipo, con su colección Anatema. “En el Perú hay un sesgo hacia cierto tipo de literatura y cualquier cosa que escape a ese patrón, como la literatura de terror, es ignorada. En el mainstream de la literatura peruana solo te publican dos tipos de historia: la del joven burgués que critica a la clase alta o la del peruano de clase media al que nada le sale bien”, reflexiona Rothgiesser sobre lo difícil que es conseguir que una editorial grande apueste por un libro. “A un escritor de terror nunca lo van a invitar al Hay Festival”, añade.
La tradición en la costa, sierra y selva es rica en leyendas de miedo y demonios que los escritores podrían aprovechar, dicen, si les dieran la oportunidad de mostrar su trabajo, dejando los miedos de lado. Mercado dicen que hay. Solo se necesita romper un poco el esquema.
(FUENTE: elcomercio.pe)
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