Este fin de semana un planeta invisible llamado Nibiru “colisionará” con la Tierra ocasionando el fin del mundo. Si te preocupa, lo más grave del asunto es que no es la primera vez que pasa. Ya destruyó la Tierra en 2003 y en 2012... o no. Esta es la historia de uno de los bulos virales más recurrentes.
La falsa profecía del 23 de septiembre
Si atendemos a lo que dice David Meade, la retorcida mente detrás de Nibiru en esta ocasión, la colisión entre la Tierra y Nibiru tendrá lugar el sábado 23 de septiembre. El problema es que Meade no es científico, sino un numerólogo y teórico de la conspiración que lleva un tiempo engordando su cuenta corriente gracias a un libro titulado: Planet X, The 2017 Arrival.
En el libro, este farsante australiano desgrana esta hipótesis apocalíptica basada en sus propias interpretaciones sin ningún fundamento de la Biblia. Se supone que el fin del mundo ocurrirá el día 23 porque ocurre 33 días después del Eclipse total de Sol del pasado día 23 de agosto y 33 es la edad de Cristo y el número de veces que se menciona el nombre de Dios en la Biblia.
Probablemente el bueno de Meade ya tenga preparado un comunicado explicando que se ha equivocado en sus cálculos pero que en el próximo libro da una fecha mucho más acertada. De hecho no es la primera vez que revisa, muy convenientemente, sus pronósticos. Si el mundo se acaba no habrá nadie a quien vender libros.
Por absurda que parezca, la profecía de este 23 de septiembre se ha hecho tan viral que hasta la propia NASA ha tenido que salir al paso de la noticia. La agencia ha actualizado su comunicado habitual en el que descarta que el fin del mundo vaya a llegar (llevan desmontando profecías apocalípticas desde 2012). En el se lee:
Varias personas están anunciando que el fin del mundo tendrá lugar el día 23 de septiembre cuando un planeta colisione contra la Tierra. El planeta en cuestión, Nibiru, no existe, así que no va a haber ninguna colisión. La historia de Nibiru lleva circulando años y periódicamente se recupera en forma de nuevas fábulas apocalípticas.
Nibiru y las demás historias sobre planetas errantes son un bulo de Internet. No existen pruebas sobre la existencia de estos planetas. Si Nibiru o el Planeta X se dirigieran hacia la Tierra como para colisionar este año, los astrónomos los hubieran detectado desde hace al menos una década y hoy sería visible a simple vista en el cielo.
El planeta imaginario
A menudo se asocia a Nibiru con el Planeta 9, o el Planeta X, pero no tiene nada que ver con ninguno de los dos. Planeta 9 y Planeta X es la denominación popular que los astrónomos dan a hipotéticos planetas en el límite exterior del Sistema Solar. No existe aún ninguna prueba de la existencia de estos planetas, pero algunos astrónomos creen que es posible a juzgar por ciertas irregularidades gravitacionales en el cinturón de asteroides de Kuiper que rodea el Sistema Solar más allá de Plutón.
El caso de Nibiru es distinto. No es un planeta hipotético basado en los cálculos de algunos astrónomos. Es un planeta imaginario. Sencillamente no existe más que en la imaginación calenturienta de los aficionados a las teorías conspiranoicas.
La primera mención a Nibiru la hizo el ufólogo de origen ruso Zecharia Sitchin en un libro publicado en 1976 titulado El Planeta número 12. En aquella obra, Sitchin aseguraba haber descifrado tablillas de la antigua Mesopotamia en la que se describe un planeta llamado Nibiru.
Siempre según las interpretaciones de Sitchin, Nibiru es el doceavo planeta del Sistema Solar en el sistema cosmológico de los antiguos babilonios. El supuesto planeta tiene una órbita elíptica tan larga que solo visita el interior del Sistema Solar cada 3.600 años.
El ufólogo ruso asegura que Nibiru es el responable de la creación de La Tierra, y el cinturón de asteroides tras chocar con otro planeta llamado Tiamat que orbitaba entre Marte y Júpiter. Sitchin también asegura que Nibiru es la cuna de una raza extraterrestre de aspecto humano llamada los Anunnaki. Según su teoría, los seres humanos somos una especie creada genéticamente por los Annunaki para trabajar como esclavos extrayendo oro, que es un elemento que los extraterrestres necesitan para su avanzada tecnología.
Huelga decir que las teorías de Sitchin no tienen fundamento científico ni histórico alguno. Entre otras lindezas, se le ha acusado de equivocarse traduciendo el lenguaje sumerio, de malinterpretar completamente los datos astronómicos de los que habla y de no contextualizar la cultura mesopotámica y babilónica, tomando al pie de la letra historias que ya originalmente eran simples mitos.
Los extraterrestres me implantaron un dispositivo en el cerebro
Las teorías de Sitchin sobre Nibiru nunca salieron de los círculos de los afcionados a la ufología hasta 1995. En ese año, una mujer de Wisconsin llamada Nancy Lieder abrió un grupo de noticias en Internet llamado ZetaTalk para discutir sus revelaciones sobre el planeta.
Lieder aseguraba haber sido abducida por una raza de extraterrestres conocida como los Zeta que la implantaron un dispositivo en el cerebro y la hablaban a través de él. Según estas voces en su cabeza, la llegada del cometa Hale-Bopp era una cortina de humo diseñada para que la población mundial no entrara en pánico ante la llegada de un objeto mucho más grande y peligroso: El Planeta X.
Según Lieder, el Planeta X iba a pasar junto a la Tierra en mayo de 2003. Aunque la contactada descartaba una colisión directa, aseguraba que el masivo tamaño del Planeta X (cuatro veces más grande que la Tierra según los cálculos de los hombrecillos grises) bastaba para detener la rotación terrestre durante 5,9 días y provocar una catastrófica inversión del campo magnético terrestre.
Un bulo eterno en las redes sociales
Aunque Lieder nunca habló de Nibiru, Internet no tardó en asociar las profecías de la buena señora con las investigaciones de Sitchin. El ufólogo ruso rechazó cualquier asociación con las teorías de Lieder, pero falleció en 2010, por lo que ya no está para descartar futuras asociaciones de los bulos de Lieder con los suyos propios.
Un teórico de la conspiración y ex de ZetaTalk llamado Mark Hazlewood fue el primero en asociar el Planeta X a Nibiru. La fascinación ante la idea de un planeta misterioso que pasa por el Sistema Solar cada tantos miles de años lo ha convertido en un bulo recurrente en cuanto surge la más mínima noticia sobre nuevos objetos en el Sistema Solar. Se ha asociado a Nibiru con objetos transneptunianos como Sedna y Eris, con el hipotético planeta Tyche, el no menos hipotético Planeta 9, y con el Planeta X. Se lo ha relacionado con cometas y, en general, con cualquier acontecimiento astronómico que suceda en el Sistema Solar.
A día de hoy, lo único seguro es que nunca se han encontrado evidencias firmes de ningún planeta en el límite exterior del Sistema Solar, da igual como se llame, y que afortunadamente tenemos la tecnología suficiente como para ver la llegada de un planeta cuatro veces más grande que la Tierra.
A menos, por supuesto, que sea un planeta invisible, en cuyo caso provocará un apocalipsis invisible y tampoco tendremos mucho de lo que preocuparnos.
(FUENTE: es.gizmodo.com)
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