El exorcista en la Arquidiócesis de Indianápolis en Estados Unidos, P. Vincent Lampert, criticó el surgimiento de los llamados “exorcistas privados” o “profesionales” en Francia y en otros lugares, de los que se informó en un reciente artículo de The Economist.
“Pareciera como si el enfoque principal estuviera en el entretenimiento. Para el propósito de cualquier exorcismo, uno de los pasos sería que la persona vuelva a conectarse con su fe o descubra su fe por primera vez. Pareciera que la gente solo pensara en el mal como algo con lo que puedes jugar”, aseguró el sacerdote miembro de la Asociación Internacional de Exorcistas a CNA –agencia del Grupo ACI en inglés–.
El artículo de The Economist, publicado el 31 de julio, se refiere la práctica de los “exorcistas privados”, al margen de la Iglesia Católica, afirmando que la razón del aumento de su popularidad es doble: la falta de interés de la Iglesia y los beneficios que las personas creen recibir de los “rituales”.
Asimismo, se indica que estos “profesionales” afirman ganar 12.000 euros (más de 14.000 dólares) al mes. Sin embargo, los verdaderos exorcismos realizados por la Iglesia nunca tienen costos monetarios, porque esta “ve el exorcismo como un ministerio de caridad, así que ella ayuda a cualquiera que lo necesite”, recordó el P. Lampert.
En cuanto a la supuesta falta de interés de la Iglesia Católica, el P. Lampert aseguró que tal afirmación no es verdad, porque esta simplemente quiere ser cautelosa con casos que potencialmente involucran actividad demoníaca, en lugar de precipitarse a un juicio rápido como algunos desean.
“La Iglesia siempre quiere moverse con mucha cautela”, expresó.
Por otro lado, sobre la cuestión de los beneficios, dijo haber observado en otro tiempo a personas que deseaban una rápida solución a sus problemas o una solución supersticiosa, como las ofrecidas por los sangomas, una especie de chamanes en Sudáfrica que podrían estar conectados con la proliferación de este tipo de “exorcistas” en Francia, como consecuencia de la inmigración.
“Diré que muchas veces me encuentro con personas que realmente no quieren ninguna conexión con la fe”, lamentó el P. Lampert.
En ese sentido, añadió que estas personas “solo buscan tratar al sacerdote-exorcista como un chamán” y “no quieren cambiar ningún aspecto de su vida, simplemente esperan que el sacerdote exorcista aleje todo eso”.
El P. Lampert también recalcó que el efecto positivo percibido de este tipo de “rituales” puede ser peligroso, porque estos “profesionales” equivocadamente parecen afirmar que es a través de su poder que ejercen una supuesta autoridad espiritual.
“Ciertamente, no escuché ninguna referencia a Cristo. Casi parecía que era el individuo quien expulsaba el mal. Pero ciertamente desde una perspectiva católica el exorcista estaría operando en el nombre, poder y gloria de Cristo. No es ningún poder o autoridad que yo posea por mi cuenta”, enfatizó.
Estos rituales falsos pueden hacer más daño que bien a la persona, alertó. “La Iglesia podría acabar causando más daño que bien si etiqueta a una persona como poseída, y esa etiqueta no le permitiría a la persona obtener la verdadera ayuda que necesita, tal vez de su médico o de un profesional de salud mental. Podrías tener a estos ‘profesionales’ que solo quieren aprovecharse de la miseria de la gente y, en realidad, podrían estar empeorando las cosas”, aseguró.
Sugerencias para acceder a un verdadero exorcismo
El P. Lampert describió el proceso por el que debe optar aquella persona que sospecha que la actividad demoníaca está presente en su vida.
“El primer lugar donde la gente debe comenzar siempre es con su párroco local, así que si son católicos deben hablar con el párroco local que puede escuchar su historia. Si simplemente llaman a alguien ciegamente y dicen: Creo que estoy poseído’, podría obtener una respuesta no favorable. Pero si entras y dices, ‘Ok, hay ciertas cosas que no puedo entender, ¿puedes ayudarme?’, entonces ese sacerdote estará mejor equipado para hacer la conexión con el exorcista de la diócesis”, sugirió el exorcista.
En ese sentido, destacó que empezar de ese modo sería como “ver a un profesional médico” que luego lo derivará a un especialista; por ende, una persona “siempre debe confiar en su párroco local”.
El P. Lampert también señaló ese deseo de obtener una “gratificación inmediata” y la resistencia a seguir procedimientos de la Iglesia, que luego se manifiesta en buscar personas no cualificadas.
Finalmente, recordó que si alguien que busca ayuda no es un católico practicante, “entonces la gente tiene que estar dispuesta a seguir los procedimientos y los protocolos que la Iglesia tiene”
“Muchas diócesis tienen un exorcista asignado dentro de ellas por el obispo local. Por razones de seguridad, su información generalmente no se hace pública, de ahí la necesidad de consultar primero con un párroco local”, concluyó.
(FUENTE: aciprensa.com)