La ponderada pulcritud de Singapur quedó hecha literalmente cenizas, por las ofrendas que quemó hoy la gran comunidad china para aplacar a los espíritus hambrientos.
En los barrios de mayor descendencia china en esta Ciudad Estado ardieron piras, fogatas, velas e inciensos, a despecho del acoso de organizaciones ambientales que piensan más en los vivos.
Pero resulta casi imposible prohibir el "Zhongyuanjie" o Festival del Espíritu Hambriento, que marca el decimoquinto día del séptimo mes del calendario lunar, y honra a los fantasmas errabundos.
La tradición tiene fuerza en Singapur por la inmensa cantidad de descendientes de chinos radicados aquí, donde murieron muchos de sus ancestros, lejos de la patria y el panteón doméstico.
Todo comenzó en el siglo XIX, cuando miles de chinos vinieron a trabajar en este reducto de la península malaya colonizado por los ingleses, y sucumbieron a las infrahumanas condiciones laborales.
Como sus cadáveres nunca fueron repatriados y no tenían familia en la Ciudad del León, los inmigrantes chinos creían que sus almas vagaban, y escogieron este día para darles cierto confort y gusto.
Claro, detrás de tan caritativo gesto estaba el temor a morir solo y ser otro espíritu hambriento, sin familia que les alimentara el alma o le encendiera un humilde incienso.
Según los singapurenses, antes la celebración era más elaborada, pero ahora se ha diluido un tanto, debido en parte a la diversidad étnica y a la presión de la Agencia Nacional del Medio Ambiente.
Aún así, muchos prefieren precaver que lamentar, como constató Prensa Latina en la barriada de Redhill, salpicada de hogueritas y montículos de ofrendas chamuscadas y frutas sin comer.
En el corazón del Chintown local se escuchó el "getai", concierto íntimo y tradicional, generalmente interpretado en dialecto hokkien, en una atmósfera cargada de inciensos, calor y humedad.
Eso sí, los recogedores de basura tendrán un maratón mañana, pues aún quedaban residuos de las celebraciones por el 45 aniversario de la independencia y, con los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud casi a las puertas, Singapur quiere hacer honor a su fama de inmaculada.
(FUENTE: prensa-latina.cu)
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