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sábado, 21 de agosto de 2010

México, a la cabeza del exorcismo mundial


"Yo he visto síntomas de la presencia del diablo".

El sacerdote mexicano Pedro Mendoza habla con toda naturalidad de influencias demoníacas y posesiones diabólicas. Al fin y al cabo, esa es moneda corriente entre quienes, como él, se dedican al "ministerio del exorcismo".

Para muchos, creyentes y no creyentes, el exorcismo es sólo un tema de película de terror o una práctica medieval. Pero para Mendoza, coordinador de exorcistas de la arquidiócesis de México, la lucha contra Satanás es tan real como la vida misma.

Asegura que a diario recibe entre 15 y 20 llamadas de gente que pide ayuda y quiere una cita, muchos creyendo que están poseídos por el demonio.

"Nuestro trabajo es ayudar a la gente que sufre", dijo Mendoza durante la conferencia de prensa con la que clausuró el Congreso de Exorcistas 2010, que tuvo lugar esta semana en Ciudad de México y que él mismo coordinó.

Durante tres días una veintena de organizadores y alrededor de 120 participantes de dentro y fuera de México hablaron sobre sanación, liberación y exorcismo en el siglo XXI.

Y entre los asistentes, un personaje de lujo: el exorcista jefe del Vaticano, Gabriele Nanni.

Guía exorcista para laicos
"México ha crecido mucho más que cualquier otro país en este ministerio", aseguró Mendoza.

Tanto es así, dijo el coordinador, que el propio Nanni se quedó impresionado ante "todo lo que se está avanzando en México" en esta tarea de la Iglesia.

Este congreso de exorcistas está específicamente dirigido a laicos y según sus organizadores es el primero de su índole en el mundo.

Mendoza explicó que quien debe liderar la expulsión del diablo es un exorcista oficial, es decir, alguien que ha sido nombrado por un obispo.

Pero los laicos tienen la función de "acompañar al sacerdote en la oración".
"En este curso, se les dieron elementos sobre cómo hacer los grupos de oración de sanación y liberación, sobre qué deben hacer y no hacer, sobre cual es el perfil que debe tener el grupo para ayudar al sacerdote", dijo.

Exorcismo, un arte desconocido
"Yo sí fui ordenado como exorcista, con la capacidad para expulsar al demonio", dijo Mendoza, pero reconoció que esta tarea es una gran desconocida dentro de la propia Iglesia Católica. "Se había casi olvidado este ejercicio", comentó.

"No nos dieron una preparación en el seminario, no más nos hablaron del diablo, de su acción y de que había un exorcismo que incluso lo quitaron después", admitió.

Mendoza cuenta que la propia Iglesia fue pasando por etapas de mayor o menor reconciliación con el ministerio del exorcismo.

"Hubo un periodo en que, por influencia del protestantismo, se negaba la existencia del diablo", dijo.

Pero Mendoza asegura que luchar contra Satán forma parte de la tarea de un sacerdote, "ya que está dentro de la misión que Jesús le dio a sus apóstoles: sanar a los enfermos, liberar a los oprimidos y expulsar a los demonios", enumera.

Y por eso considera necesario que los sacerdotes tengan un mínimo de formación en este ministerio, para "saber cómo responder a esas personas que se acercan a nosotros pidiendo ayuda. Porque es terrible ver cómo algunas personas andan de sacerdote en sacerdote buscando ayuda".

Pero esa petición de ayuda puede responder a problemas mentales de orden psicológico o psiquiátrico, que, desde el punto de vista científico, no tienen nada que ver con el demonio.

El exorcista mexicano reconoció que "hay sacerdotes sin formación que hacen más daño que ayudan".

Dijo también que hay casos en los que sólo alguien que sabe de psicología puede ayudar a una persona enferma y que en algún proceso de sanación el exorcista invita a un psicólogo para que ofrezca una valoración.

A quienes consideran todo esto del exorcismo una charlatanería, Mendoza les recomienda "regresar a la fe" y dice que él es el primero en oponerse a los charlatanes, en referencia a quienes ofrecen servicios a través de la magia, la curandería, la adivinación o la ouija.

Tipos de exorcismo
Curiosamente, en sus 12 años de experiencia como exorcista, Mendoza nunca ha visto "una verdadera posesión diabólica". Ni él ni muchos otros exorcistas, asegura.

Y es que la mayoría de la veces, con lo que estos sacerdotes se encuentran, dice, son casos de influencias satánicas y obsesiones de posesión demoníaca.

Para esos casos, que llaman "exorcismos menores", no hay un rito especial, sino oraciones espontáneas de acuerdo a las necesidades de cada persona, explicó Mendoza.

Ahora, "si hay otros signos más fuertes, podríamos pensar ya en una posesión diabólica, pero esas son muy raras". La expulsión de un demonio que ha poseído a una persona, asegura Mendoza, requiere de un "exorcismo mayor", que tiene un ritual especial.

Y los síntomas que el sacerdote describió para este tipo de posesión están presentes, probablemente, en el imaginario colectivo.

"Si la persona siente una fuerte aversión a lo sagrado, por ejemplo al mostrar la cruz", dijo.

"Si le empiezo a hablar en latín y me contesta, estableciendo una plática", añadió.

"Si me hablara de algo que está sucediendo a larga distancia y se empieza a retorcer y no lo pueden controlar entre 10 personas, sería otro signo", apuntó.

"Juntando varios signos de comportamiento, más la historia clínica, podemos dar cuenta de que esa persona no sólo sufre influencia demoníaca, sino que tiene una posesión", concluyó.

"Y entonces es cuando se hace el exorcismo".

Coherencia con el Vaticano
A la salida del congreso BBC Mundo habló con tres católicos laicos que habían viajado expresamente desde Costa Rica para asistir a esta reunión sobre exorcismo.

Los tres coincidieron en que fue una experiencia enriquecedora.

"Por compartir experiencias y sobre todo por saber que en México existe tanta apertura sobre este ministerio" dijo Yoleni Barrantes.

Para estos católicos, que desde hace más de cinco años participan regularmente en lo que llaman "oraciones de sanación y liberación", es importante saber que lo que están llevando a cabo es acorde con la normativa del Vaticano.

(FUENTE: bbc.co.uk)

1 comentario:

  1. los curas están ya dementes e inventan lo que sea para que todos sigan viendo las cosas a su manera, ¡denuncien a los pedófilos!, ¡ese es el demonio dentro de la ilgesia!

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