Demonios, espíritus, chamanes y otros seres relacionados con la magia, la alquimia o la astrología han vivido durante siglos en un entorno cultural hostil y se han camuflado en cuadros y pinturas cuyo rastro oculto descubre ahora en una exposición el Museo Thyssen-Bornemisza.
"Lo oculto en las colecciones Thyssen-Bornemisza" es el título de esta exposición que se abre mañana al público en Madrid y que reúne 59 obras de arte de las colecciones del museo, tanto de la permanente como la de Carmen Thyssen) en las que se han detectado algunos de estos mensajes cifrados, desde las alegorías del Renacimiento hasta las manifestaciones de vanguardia del siglo XX.
Mensajes tan escondidos como el que fue descubierto en el cuadro "La piedad" de José de Ribera (1633) por un vigilante del museo: un ojo entre los pliegues del sudario que mira al espectador, que puede ser desde un ojo diabólico al del propio artista.
O la figura borrada de la hermana de Eduard Munch en el cuadro "Atardecer" (1888), pintor ligado al espiritismo y que recuerda a los entes transparentes de las fotografías con las que experimentó, con la doble exposición, y que servían para emular la captura de fantasmas.
Guillermo Solana, director artístico del Thyssen y comisario de esta exposición, ha explicado la relectura que hacen los museos de sus propias colecciones en las que obras conocidas por el público se exponen bajo otra mirada.
Es lo que ha ocurrido con "Lo oculto", que demuestra a través de esta selección de pinturas de las colecciones del Thyssen cómo las ciencias ocultas -alquimia, astrología, demonología, espiritismo, teosofía, chamanismo- encontraron en las artes visuales el terreno ideal para transmitir sus mensajes cifrados.
"Lo oculto recorre toda la historia del arte, todos los géneros y una colección como la nuestra, con tan amplio recorrido, es muy adecuada" para esta relectura, ha indicado Solana que ha señalado cómo la relación del arte con lo oculto fue considerado "un tema incómodo, cuando no francamente sospechoso", hasta los años 80 del pasado siglo.
Pero en los últimos años están muy en boga los temas ocultistas en el arte, una corriente que considera que puede estar relacionado con el nivel de incertidumbre que vive el mundo en la actualidad.
El itinerario de la exposición diseñado por Solana comienza por la alquimia, con frecuentes referencias en la pintura del Renacimiento, y que están representadas con pinturas como "San Juan Evangelista en Patmos", de Cosme Tura (1470-1475).
La alquimia entró en declive con la revolución científica pero su simbolismo persistió en el arte y reapareció con el surrealismo en el siglo XX, como se ve en "Árbol solitario, árboles conyugales" (1940) de Max Ernst.
La astrología está muy representada en la pintura y el simbolismo de la luna y el influjo de sus ciclos ha sido fuente de inspiración en la pintura, con ejemplos que van desde "El cristo resucitado" de Bramantino, de 1490, a "Calle de Nueva York con luna" (1925), de Georgia O´Keefe.
"Creo en las fuerzas que nos conducen oscuramente. Creo en la astrología. Soy un Tauro con ascendente Escorpio. Por eso, quizá, en muchos de mis cuadros se ven bolas, círculos que evocan los planetas regentes", decía Joan Miró, de quien se incluyen dos pinturas en la exposición.
Los demonios están presentes en figuras reconocibles o faunos y sátiros de la mitología, pero también hay otros con rostros grotescos y presencias inquietantes en pinturas de Durero o Lucas Cranach, además de versiones renovadas del infierno, como "Metrópolis" de George Grosz, ya del siglo XX.
Del ocultismo, que nació en el siglo XIX en Estados Unidos, hay además de Munch, obras de Willard L.Metcalf o Paul Delvaux, entre otros
Otro de los apartados de la exposición es el movimiento teosófico, fundado en 1875, y que combinaba elementos de la tradición esotérica occidental con religiones y filosofías orientales. A comienzos del siglo XX inspiró a los pioneros del arte abstracto, como Kandinsky y Kupka, Balla y Severini, Mondrian y Van Doesburg, presentes también en "Lo oculto".
Y los sueños y las premoniciones del surrealismo están representados también por obras de Dalí, Delvaux, Balthus, Bacon o Schad, este último con su inquietante sombra tras el retrato del doctor Haustein, de 1928.
.Pero en los últimos años están muy en boga los temas ocultistas en el arte, una corriente que considera que puede estar relacionado con el nivel de incertidumbre que vive el mundo en la actualidad.
El itinerario de la exposición diseñado por Solana comienza por la alquimia, con frecuentes referencias en la pintura del Renacimiento, y que están representadas con pinturas como "San Juan Evangelista en Patmos", de Cosme Tura (1470-1475).
La alquimia entró en declive con la revolución científica pero su simbolismo persistió en el arte y reapareció con el surrealismo en el siglo XX, como se ve en "Árbol solitario, árboles conyugales" (1940) de Max Ernst.
La astrología está muy representada en la pintura y el simbolismo de la luna y el influjo de sus ciclos ha sido fuente de inspiración en la pintura, con ejemplos que van desde "El cristo resucitado" de Bramantino, de 1490, a "Calle de Nueva York con luna" (1925), de Georgia O´Keefe.
"Creo en las fuerzas que nos conducen oscuramente. Creo en la astrología. Soy un Tauro con ascendente Escorpio. Por eso, quizá, en muchos de mis cuadros se ven bolas, círculos que evocan los planetas regentes", decía Joan Miró, de quien se incluyen dos pinturas en la exposición.
Los demonios están presentes en figuras reconocibles o faunos y sátiros de la mitología, pero también hay otros con rostros grotescos y presencias inquietantes en pinturas de Durero o Lucas Cranach, además de versiones renovadas del infierno, como "Metrópolis" de George Grosz, ya del siglo XX.
Del ocultismo, que nació en el siglo XIX en Estados Unidos, hay además de Munch, obras de Willard L.Metcalf o Paul Delvaux, entre otros.
Otro de los apartados de la exposición es el movimiento teosófico, fundado en 1875, y que combinaba elementos de la tradición esotérica occidental con religiones y filosofías orientales. A comienzos del siglo XX inspiró a los pioneros del arte abstracto, como Kandinsky y Kupka, Balla y Severini, Mondrian y Van Doesburg, presentes también en "Lo oculto".
Y los sueños y las premoniciones del surrealismo están representados también por obras de Dalí, Delvaux, Balthus, Bacon o Schad, este último con su inquietante sombra tras el retrato del doctor Haustein, de 1928.
Rastros de lo oculto con referencias a veces explícitas y otras como meras hipótesis que la exposición invita a descifrar hasta el próximo 24 de septiembre.
(FUENTE: lavanguardia.com)