La infidelidad podría obedecer a un tema genético, debido a la presencia de la dopamina, que afecta el sistema nervioso central y tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento, la consciencia, la motivación y el deseo, por lo que actuaría como un predisponente biológico de la infidelidad.
Así lo afirmó la licenciada María Menacho, psicóloga del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL), quien afirmó que para explicar este hecho, también se tendría que tomar en consideración aspectos psicológicos, como la motivación y atribución que el individuo le da a la conducta infiel y las características socio-culturales.
Señaló que hay hombres que están genéticamente predispuestos a ser infieles, más aún cuando el ambiente lo hace vulnerable, ya sea porque la relación está deteriorada o pasa por situaciones complicadas.
La especialista explicó que si la infidelidad se da como consecuencia de rasgos o trastornos de una personalidad narcisista, egocéntrica o psicopática sería más difícil lograr un cambio del comportamiento, porque en estos casos hay una falta de empatía e interés de la persona infiel por los sentimientos y efectos negativos de su conducta en el cónyuge engañado.
Sin embargo, si el hecho está asociado más a una situación de insatisfacción conyugal y una percepción negativa de la infidelidad, las probabilidades de una reconciliación aumentan, más aún si la pareja busca ayuda profesional.
Menacho señaló que para superar una infidelidad, lo primero que debe recobrar la pareja es la confianza y el perdón. “La infidelidad destruye la confianza dentro del matrimonio, la cual se tiene que reconstruir en base al perdón sincero, dejando de lado el resentimiento acumulado y estableciendo una meta para la pareja, basada en qué quiero para mi relación de pareja de aquí en adelante, en este proceso es importante que ambos miembros de la pareja se comprometan a no mirar para atrás”, expresó Menacho.
Rencomendó que las parejas que deciden perdonar una infidelidad, entiendan que esto significa otorgar un perdón sincero, que no implica olvidar el hecho sino asumirlo sin sentimientos de rencor, reconociendo además, la responsabilidad de cada uno de los miembros de la pareja en reconocer sus conductas que podrían haber dado lugar al distanciamiento emocional e insatisfacción conyugal, a fin de comprometerse en la labor de reconstrucción de la relación de pareja.
(FUENTE: larepublica.pe)
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