El municipio alpujarreño de Soportújar (Granada) aprovecha su gentilicio de brujos para convertirlo en un atractivo turístico que deja ya varios autobuses de curiosos cada fin de semana para disfrutar de un recorrido por zonas relacionadas con leyendas locales, al que sumarán una cápsula del tiempo.
Soportújar es un pueblo tradicional alpujarreño, enmarcado en el Parque Nacional de Sierra Nevada, con acequias milenarias, un horizonte de casas blancas y 320 brujos. Y a mucha honra.
El Ayuntamiento ha aprovechado su gentilicio de 'brujos', el que hace alusión a pócimas, leyendas y señoras vestidas de negro que sobrevuelan el paisaje subidas en escobas, para apostar por un turismo sostenible centrado en hechizos, aquelarres y brujería con el que alcanzar el desarrollo local.
"Recuerdo que de pequeño, cuando íbamos a otros pueblos por competiciones deportivas, nos llamaban brujos y nos enfadaba. Hemos aceptado con orgullo ese apodo y le hemos dado la vuelta para sacarle provecho", ha detallado a Efe el alcalde de Soportújar, José Antonio Martín.
Tras la segunda expulsión de los moriscos en la comarca, Soportújar se llenó de apellidos gallegos y celtas, vecinos que llegaron con sus meigas, sus queimadas y las leyendas que les aportaron el sobrenombre de brujos que ahora llevan "con deportividad".
La última iniciativa municipal ha consistido en preparar una cápsula del tiempo, un recipiente hermético que se enterrará durante la VII Feria del Embrujo que se celebrará en agosto del próximo año para guardar durante medio siglo objetos relacionados con las leyendas de brujería.
El pueblo conservará así para el futuro la esencia de las historias que recorren el pueblo en las noches de luna llena y objetos relacionados con lo misterioso para evitar que se pierdan, "porque muchas de esas leyendas que nos contaban los mayores se han olvidado, aunque trabajamos para recuperarlas", ha explicado Martín.
Soportújar ha invertido además en un proyecto antropológico y ofrece al visitante un centro temático en el que explican la historia de la brujería, los diferentes perfiles de hechiceros y magos, qué es un aquelarre o un sabbah o las plantas y recursos naturales que se utilizaban para preparar pócimas.
Además, el municipio ha acondicionado zonas con especial cariz mágico como el Puente encantado, una pasarela que conduce hasta la Cueva del ojo de la bruja, ubicada junto a la zona "que los niños cruzábamos corriendo, especialmente si estaba oscuro", y que cuenta con la imagen de una joven bruja y todos los útiles de la hechicera.
El municipio cuenta además con su Fuente de las brujas y la Era de los aquelarres, un mirador en la zona alta de Soportújar donde los vecinos decían ver a las brujas preparando hechizos para lograr buenas cosechas y cuya altura aprovechaban para salir volando en caso de riesgo.
Para alcanzar éxito en su apuesta por el turismo de embrujo, el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con otros destinos de las mismas características como Salem (Estados Unidos), Samlesbury, (Reino Unido), Escazú (Costa Rica), Benevento (Italia) o el municipio navarro de Zugarramurdi, centrado en este sector turístico.
"Pasar pasan cosas. Con la muerte de un vecino apareció una paloma, que aquí no hay, y no la dejaban entrar, pero se puso sobre el fallecido y allí estuvo ocho horas sin moverse, sin comer, y tal y como había llegado se marchó tras el entierro", ha apuntado el alcalde que, como matemático, deja a cada cual interpretar la realidad.
Lo que sí se ha hecho palpable es que el hechizo funciona, porque varios autobuses llegan cada fin de semana a Soportújar para acercarse a sus brujos. A los de carne y hueso y a los otros, que como con las meigas, haberlos haylos.
(FUENTE: es.finance.yahoo.com)
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