En el siglo XV, en la Europa dominada por el poder católico, se publicó un libro llamado El martillo de las brujas, en latín Malleus Maleficarum, considerado el manual más poderoso de la historia para cazar brujas.
Podría sonar como un argumento de una serie mediocre de televisión en nuestros días, pero no, la Iglesia realmente usaba un texto para “eliminar el mal de la Tierra”.
Es interesante analizar que Europa vivía tiempos convulsos, al ser una época en la que se descubrían nuevos territorios y poblaciones que en casi todas las ocasiones, no compartían las creencias del poder católico; y que al ser culturas desconocidas infundían miedo en los rectos conquistadores.
El Malleus Maleficarum supuso también una evolución en la forma de juzgar los delitos. Era un método tan cerrado que se basaba en el sencillo principio de que las brujas existen. Aquel que no esté de acuerdo era cómplice o estaba relacionado con la brujería y, por lo tanto, debía ser castigado junto con la bruja.
Es igual de interesante analizar el nivel extremo de misoginia y sexismo profesado por los dirigentes católicos de la época, reduciendo la persecución al género femenino, utilizando la Biblia como base para una creencia totalmente infundada.
Lo más grave de todo es que nunca nadie sabrá cuántas mujeres inocentes murieron a manos de la Iglesia por el miedo a lo desconocido. Existen autores que aseveran que el número está entre sesenta mil y cinco millones. De cualquier forma que sea, es demasiado. Un argumento demasiado simplista para perseguir mujeres durante tres siglos. El odio continuaría hasta dar forma a la Santa Inquisición y escribir la historia que todos conocemos, o creemos conocer.
En la actualidad, las brujas forman parte de la memoria cultural de los niños de esta época, relacionadas con dibujos animados, magia o mujeres feas. La historia real de todo eso superará siempre cualquier sueño intranquilo de un niño asustado.
(FUENTE: cronica.com.ec)
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