Grupo de Análisis e Intervención Antisectas. Así fue bautizado el equipo creado por la PDI para analizar el fenómeno de las sectas en Chile. Según los primeros catastros realizados por la policía civil, en el país existen 80 grupos sectarios que son catalogados como de “carácter riesgoso”.
El equipo de trabajo, conformado por 10 detectives de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) de la Región Metropolitana, se creó tras el impacto que generó la investigación de la secta de Colliguay, que en noviembre pasado asesinó a un lactante de tres días de vida quemándolo en una hoguera.
El jefe de la Bipe Metropolitana, Miguel Ampuero, explicó que “este grupo está realizando reuniones con expertos en la materia, a nivel nacional, que tienen un vasto conocimiento del fenómeno sectario. Además, se han hablado con otras instituciones, como la Iglesia Católica, iglesias evangélicas y otros estamentos a nivel de gobierno. La idea es tener toda la documentación atingente a las organizaciones que pueden tener algún atisbo de origen sectario”.
340 grupos sectarios
El subprefecto Ampuero explicó que “según lo que aparece en la web serían 340 grupos, pero según los antecedentes que tenemos con las personas que hemos conversado, unos 80 serían de carácter más riesgoso”.
Parte de la tarea que tendrá la PDI es establecer si estas agrupaciones han realizado o no ilícitos. “Son delitos difíciles de pesquisar, ya que son grupos muy cerrados. Pero nosotros, según las normas que hay en el país, tenemos que investigar con los estamentos de gobierno para establecer qué delitos pudieron haber cometido, como por ejemplo si hubo nacimiento de guaguas que no fueron notificados. Es un trabajo bastante largo”.
El estudio de la policía reveló, además, que estas agrupaciones están dispersas por todo el país, pero que “se ven hartos en el Valle de Elqui, IV Región, y Puente Alto, Región Metropolitana. El norte del país es más propenso, porque sienten que están más cerca de la luz”. Ampuero añadió que “esto es lo que hasta ahora se ha levantado y con el tiempo se irá afinando”.
Uno de los principales elementos que la Bipe está utilizando para clasificar como “de riesgo” al grupo, es el poder de dominación del líder de la secta. Ampuero indicó que dentro de esta categoría está la secta de Colliguay, liderada por el fallecido Ramón Castillo.
Contactos con EE.UU.
Desde que se inició la indagación por la secta de Colliguay, los efectivos de la Bipe “fuimos contactados por la policía de Francia, Estados Unidos e Inglaterra, para que les explicáramos cómo se había logrado determinar el sacrificio humano”, indicó Ampuero.
El jefe policial agregó que “en Europa el problema es el consumo de Ayahuasca, principalmente en Francia y Suiza. Estados Unidos estaba preocupado del tema de los sacrificios humanos. Querían saber, también, si el fenómeno iba creciendo”.
Desarraigo de vínculos
El sociólogo Mauro Basaure, de la Universidad Andrés Bello, indicó que “lo que pasa con estos grupos es que realizan una propuesta de sentido, donde hay una verdad que generalmente está revelada en la figura del líder”.
Agregó que “generalmente las personas que participan en estos grupos son personas comunes y corrientes, que están pasando por una situación difícil y están en la búsqueda de una alternativa de vida”.
El experto señaló que el líder se “apropia” de la voluntad de sus seguidores pues “se desarraiga de todos los vínculos, familia y amigos. Entonces, esta se convierte en su nueva y única familia”.
En tanto que el sociólogo Víctor Allan, gerente de innovación y metodología de Criteria Research, apuntó a que “la globalización de las comunicaciones y la cultura favorece a las sectas, al menos en dos sentidos: por difusión de los contenidos y por la facilitación del encuentro y la coordinación entre los interesados”.
(FUENTE: latercera.com)
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