Fue el animal más pequeño de todos el que triunfó en la carrera convocada por el Emperador de Jade. La rata desde este 25 enero abre un nuevo ciclo en el calendario chino y genera un cambio de paradigmas que se extenderá hasta el 11 de febrero del 2021. Según Dong Yilin, tercera generación de maestros del Fengshui, el Año de la Rata de Metal Yang es el inicio de una época de profundas transformaciones que permite “descartar lo inservible y empezar un camino distinto”.
La rata solo sabe ganar. La velocidad de este animal que conquistó la legendaria competencia marca el devenir de un año caracterizado por el movimiento constante. Los vientos soplan a favor de los emprendedores, los talentos innovadores y hasta los aventureros. Es el tiempo perfecto para girar el timón, iniciar nuevos proyectos, cambiar de trabajo, mudarse, adoptar otros estilos de vida y abrirse a nuevas experiencias, recomienda el maestro.
Cuando la rata habita la Casa del Taisui, siempre encuentra otras salidas. Ante los cambios bruscos, precipitados y hasta vertiginosos que impulsa el año, es necesario demostrar capacidad de adaptación, determinación y estrategia para alcanzar la meta, tal como lo hizo la rata. La tendencia del año apunta al pragmatismo, a la flexibilidad y a la versatilidad cuando se toman decisiones o se buscan soluciones.
Dentro del ciclo sexagenario formado por los diez troncos celestiales y las doce ramas terrenales, este es un año “Geng-Zi” que corresponde al metal con una polaridad Yang. Según el especialista, el tronco Geng se relaciona con el metal Yang mientras que la rama Zi se vincula al agua Yang. Tronco, rama, elementos y dualidad mantienen un equilibrio con el animal. Esta combinación está representada como una espada afilada y reluciente.
Que el animal que venció a otros once de mayor tamaño y más aptos para la carrera levante un sable, es símbolo del ascenso de sectores como la minería, la industria (siderurgia y metalurgia), las inversiones (acciones en acero, mineral de hierro y otros metales), la tecnología, pero también las armas, aunque la presencia de la rata, que siempre encuentra otras rutas de escape, conduce a la diplomacia, la negociación y la persuasión.
“El año es metal y el animal es agua. Según el Wuxing (teoría de los cinco elementos), el metal genera el agua. Esta armonía permite que el año fluya, desprendiéndose de todo lo viejo y caduco, avanzando hacia lo nuevo y vigente”, explica el maestro. Desde los sectores más tradicionales hasta las ideas conservadoras se irán quedando cada vez más atrás. Es necesario abrazar los nuevos tiempos para aprovechar la corriente.
Por el año de fundación, el Perú es una serpiente de metal Yin, un animal de fuego que funde el metal de su propio año. “La rata y la serpiente son animales totalmente distintos pero ambos saben moverse en la oscuridad, se abren paso en ambientes desfavorables, enfrentan situaciones difíciles y trabajan para encontrar la salida”, afirma el especialista.
“A lo largo del año habrá muchos cambios, especialmente de políticos, líderes y funcionarios. Estos cambios permitirán que el Perú tenga una mentalidad más abierta tanto en sus asuntos internos como en su relación con otros países. Solo a través de la colaboración será posible aprovechar las nuevas oportunidades”, sostiene el experto.
El agua que trae la rata propulsa sectores estancados como la educación o el transporte mientras que el fuego de la serpiente anuncia su transformación. El doble metal proporcionado por los años de la rata y la serpiente refuerzan la imagen de una espada poderosa. Antiguamente se creía que en cada espada habitaba un espíritu que advertía del peligro y protegía la casa de todo mal. Este año, el Perú tiene una espada de dos filos para acabar con la corrupción, agua para impulsar los cambios y fuego para empezar otra vez.
(FUENTE: elcomercio.pe)
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