En Neuquén existe un centenar de personas que se adjudican el don de sanar, adivinar el futuro y hasta producir maleficios a través de los denominados trabajos de magia negra.
Se pueden localizar cerca de 15 personas que dicen brindar servicios de tarot, astrología, mentalistas, consejería espiritual, curaciones y parapsicología. Algunos dicen poder lograr amarres eternos entre personas, salud, dinero, destrabes económicos, lograr maleficios o curarlos.
Todos se adjudican el objetivo de ayudar a encontrar la felicidad o producir todo lo contrario, el mal. La mayoría oculta su identidad y utiliza seudónimos.
Atahuallpa, de 45 años, ofrece sus servicios en un pequeño consultorio sobre Carlos H. Rodríguez, en pleno centro de la ciudad. Se autodenomina "el ángel negro", y entre sus trabajos figuran los consejos a políticos y empresarios, amarres y dominación de personas, unión de corazones, y solución de conjuros y rituales. Dice ser "el amo y señor de la oscuridad", con 18 años de experiencia en la región. Atahuallpa llegó desde Perú y pertenece a una tribu descendiente de los incas, en Machu Picchu. Dijo que toda su familia se dedica a esto.
"Somos chamanes", afirmó, y explicó que hace algunos años sus clientes eran mayormente mujeres, pero aclaró que en los últimos años los hombres comenzaron a consultar más. Alegó que antes el hombre era el infiel en la pareja, pero dijo que ahora la cuestión cambió de género. "Primero llegan y me dicen el nombre, el apellido y la fecha de nacimiento, con lo que ya puedo predecir su situación", declaró. "A través de las cartas y mirándote a los ojos puedo saber cómo estás y qué te está pasando", añadió.
Atahuallpa dijo que la mayoría acuden por engaños amorosos, con la idea de recuperar a su pareja, o de producirle "algún mal". Todos los trabajos deben estar sujetos a la fe, porque sino es imposible llevarlos a cabo, advirtió. Sólo en algunos casos especiales utiliza al conocido personaje San La Muerte, en general para los trabajos de dominación de personas. Por día atiende cerca de 8 clientes, la mitad suelen ser para el servicio de tarot, mientras que el resto son para resolver problemas de amor. La consulta tradicional tiene un valor de 150 pesos (tarot y videncia), los trabajos de unión de pareja pueden costar entre 3.000 y 4.000 pesos, y "las limpiezas de charcas y energías negativas" ascienden a 2.000.
Apolo es otro peruano que llegó hace 40 años a la región y realiza trabajos predominantemente de magia negra. Tiene 62 años y vive junto a su mujer en una humilde casa del barrio Belgrano. Dentro de una habitación con las ventanas cubiertas para evitar el ingreso de luz, tiene un altar venerando a San La Muerte y el suelo cubierto de trabajos denominados maleficios. La habitación está dividida en dos. En la parte del altar se encuentran los trabajos de magia blanca, para recuperar el amor y sanar trabajos; en la parte opuesta están los de magia negra.
En el sector de maleficios se puede visualizar una mayor cantidad de trabajos, como también más materiales utilizados. Rodeado de pétalos de rosas marchitas, hay una vela en forma de pene, y muñecos de tela negra. "Ese trabajo es para producir la impotencia sexual sobre un hombre", comentó Apolo. El hombre comentó que la efectividad de los trabajos fuertes pueden surgir efecto en dos semanas y se deben realizar de noche. "La mayoría de mis trabajos son para producir males y son 100% efectivos. Algunos desean la muerte, otros enfermedades, perdida de trabajo y sensación de dolor", explicó. Añadió que con el paso de los años la gente se volvió "más mala", por lo que la cantidad de trabajos aumentó.
(FUENTE: rionegro.com.ar)
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