El 21 de diciembre de 2012, a las 11:12 horas del tiempo universal coordinado (UTC), inicia el solsticio de invierno, momento que marca el fin de un ciclo en la cuenta larga del calendario maya, pero es también la más reciente fecha que algunos apocalípticos han señalado como "El Fin del Mundo".
Este viernes será el más corto del año, pero hay quienes fatídicamente creen que será "el último día" y otros que han tomado precauciones por el supuesto apagón de tres días que habrá en el mundo por una falsa alineación de los planetas.
En el imaginario de muchas personas existe la posibilidad de que el mundo se acabe, a pesar de que la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) ya lo ha aclarado científicamente, que el 21 de diciembre no habrá tal desaparición de la especie humana y que la Tierra aún tiene vida para rato, a pesar de sus 4,600 millones de años de antigüedad.
"No será el fin del mundo tal como lo conocemos", estableció la NASA en un comunicado ante la infinidad de rumores.
Sin embargo, hay quienes todavía se la creen.
Vida Lizama, quien se define como vidente, espiritista y santera, asegura que muchas personas se le han acercado preocupadas por lo que pueda pasar ese día.
"Hemos visto una reacción muy fuerte de nuestra gente en cuanto a lo que se supone pasará el 21 de diciembre, hay quienes han dicho que será el Armagedón, la gente está preocupada y me viene a preguntar constantemente mi opinión", comentó.
En su centro espiritista de Sun Valley, rodeada de imágenes religiosas y figuras astronómicas, Vida Lizama lanza cuatro cartas del Tarot de Marsella sobre la mesa para vaticinar el futuro.
"Es un día normal", dijo mientras leía las cartas en la mesa y barajaba las demás. "Nos vamos a sentir fuera de lo normal... Puede haber muertes, pero no por un hecho de la naturaleza, sino por la influencia exterior... puede haber gente que se quiera suicidar o haga estupideces y causar una desgracia colectiva".
Para Vida Lizama, una sicosis colectiva pudiera ser mucho peor a lo que realmente pueda pasar ese día.
"El que todos estén preocupados y pensando en la misma cosa puede concentrar demasiada energía negativa y entonces sí, eso puede causar muchísimos más desastres que cualquier otra cosa", comentó.
Muchas personas que han llegado a su consultorio espiritista, dijo Lizama, lo han hecho para saber cómo están evaluados como seres humanos ante la posibilidad de una catástrofe.
"Lo que les digo es que realmente no va a pasar gran cosa, será un día normal", reiteró. "Yo lo veo como un cambio en la era del ser humano".
Al salir de Nina Religión, una tienda de artículos espirituales en Pico Union, María Bonilla carga con veladoras y uno que otro amuleto.
"Nunca se sabe, pero hay que estar preparados para el juicio final y pidiendo misericordia a Dios", comentó al reconocer que sí cree que vaya a pasar algo extraordinario el 21 de diciembre.
Karen Aguilar, empleada de la botánica El Palacio de Centroamérica, dijo que la gran mayoría de la gente está llegando con mentalidad positiva, como lo hacen por lo regular antes de finalizar el año.
"Yo no veo que la gente venga con la idea del fin del mundo, los amuletos que aquí vendemos son para cosas positivas, en busca de suerte, prosperidad, abundancia, pero nada relacinado con esa fecha del fin del mundo", indicó.
Isabel Gutiérrez, originaria de Masatenango, Guatemala, y descendiente maya, está segura de la distorsión que se ha hecho del calendario maya.
"Mire, aunque nos pongamos de cabeza si va a pasar algo, una catástrofe o lo que sea, ese día no podemos hacer nada, pero lo que sí podemos hacer es protegernos de las malas influencias, para eso sí hay que tener protección terrenal", comentó tras comprar una veladora de protección contra las envidias.
(FUENTE: laopinion.com)
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