El ensayo mental es una técnica psicológica de gran valor y trascendencia. Es un proceso en el que nos imaginamos a nosotros mismos realizando una actividad determinada. Es decir, hacemos una simulación en nuestra mente de la actividad que queremos desempeñar, como hablar en público, hacer una presentación o un ejercicio deportivo.
Por ejemplo, pensemos en ese esquiador que debe hacer un salto altamente complejo en una competición. Antes de llegar a esa prueba, y como es lógico, ha pasado meses entrenando y preparándose físicamente. Sin embargo, también le es tremendamente útil llevar a cabo visualizaciones de ese ejercicio que está a punto de ejecutar.
Visualizar o imaginar aquello que queremos cumplir con éxito nos permite obtener un mayor control sobre la tarea. Es entrenar al cerebro para que automatice al cuerpo sobre aquello que se quiere hacer. También nos permite reducir la ansiedad previa y los nervios al focalizarnos de manera exclusiva en el desempeño, en la propia acción.
¿Qué es el ensayo mental?
El ensayo mental es una estrategia psicológica que permite entrenar habilidades de manera cognitiva. Por ejemplo, es la que lleva a cabo un jugador de baloncesto antes de lanzar la pelota a la canasta. Es la que visualiza mentalmente un jugador de fútbol antes de lanzar el balón a portería. Es la que entrena un actor de teatro antes de salir a escena.
Las personas visualizamos previamente en nuestro universo mental esas acciones que vamos a llevar a cabo para calibrarlas, repasarlas, entrenarlas y tener un mayor control sobre ellas. Así, al igual que ejecutamos ensayos conductuales para ser más solventes en una competencia, también es útil escenificar ese acto mediante la imaginación.
Es más, una ventaja de este recurso es que nos permite amortiguar emociones de valencia negativa como la ansiedad. Pensemos en la persona que tiene que hacer una exposición de un proyecto o una tesina. También en quien tiene una importante reunión de trabajo. Repasar mentalmente cada paso nos permite también trabajar el estrés que suele limitar nuestro potencial.
¿Qué ventajas tiene y por qué funciona?
Resulta curioso pensar que en el colegio a todos nos enseñaron la importancia de los ensayos. Si queríamos ser hábiles en algo, había que entrenar. Sin embargo, esos ensayos eran cómo no, físicos o procedimentales. Nadie nos explicó el poder que se esconde en el ensayo mental, ese que parte de la quietud, la imaginación y el pensamiento.
Un trabajo de la Universidad de California destaca algo relevante. Este tipo de ensayo funciona porque la “práctica mental” y los movimientos físicos comparten unas mismas regiones neuronales. Lo que imaginamos activa también la conciencia corporal, la acción, el movimiento y el desempeño conductual.
En otras palabras, el aprendizaje mental se transfiere al rendimiento físico y esto nos permite consolidar mejor muchas habilidades.
El enfoque, la concentración y la relajación, determinantes en el ensayo mental.
El deportista que alcanza el éxito en su disciplina no lo logra solo por su resistencia, su fuerza física y las horas de entrenamiento. La cirujana, el científico, la arquitecta o el jefe de ventas de una empresa no logran renombre solo por su experiencia práctica. También ellos han hecho uso del ensayo mental, se han visualizado a sí mismos ejecutando tareas, acciones, desafíos diarios…
La práctica mental se complementa a la conductual y para ello, se sirve de dos dimensiones: el enfoque y la concentración. Es decir, necesitamos que todos nuestros procesos cognitivos y nuestros sentidos estén involucrados en ese proceso. Imaginando, ideando, desplazando toda la atención a esa formulación de planes y estrategias que nos permitirán salir exitosos.
Asimismo, y no menos importante, el ensayo mental requiere a su vez que ejercitemos la calma y detectemos los focos de estrés o ansiedad, así como los pensamientos irracionales. Al visualizarnos a nosotros mismos enfrentando con éxito nuestros desafíos será imprescindible integrar la calma y la relajación.
¿Cómo llevar a cabo este tipo de ensayos?
El ensayo mental es una estrategia psicológica muy recomendable como aprendizaje básico. Es sencilla y efectiva. Para llevarla a cabo solo necesitamos seguir las siguientes pautas:
Busquemos un momento de calma en el que nadie nos moleste.
Sentémonos cómodamente y empecemos a respirar de manera pausada y profunda. Debemos alcanzar un estado mental de adecuado sosiego.
Cuando estemos relajados, visualicemos esa tarea que debemos llevar a cabo.
Debemos vernos como participantes activos, no como observadores pasivos.
Ensayemos ahora mentalmente ese proceso paso a paso ejecutándolo con éxito.
Enfoquémonos en cada acción, en cada secuencia de esa tarea. Debemos vernos a nosotros mismos relajados y desempeñando dicha acción de manera eficaz, sin nada de estrés y confiados.
Respiremos profundamente, aportando sosiego y armonía a nuestro cuerpo y nuestra mente.
Repitamos el proceso siete veces.
Para concluir, si nunca habíamos realizado antes un ensayo mental, quizás sea el momento de estrenarnos. Consideremos, además, que esta estrategia puede aplicarse a cualquier ámbito de nuestra vida, tanto en el ámbito profesional como personal. Los beneficios se notan y la vida puede cambiarnos de manera muy positiva.
(FUENTE: lamenteesmaravillosa.com)
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