El Hospital Juárez del Centro, está en edificio que data desde la Conquista, cuando Fray Pedro de Gante fundó las cuatro primeras iglesias, de las cuales, una fue denominada Parroquia de los Indios de San Pablo, que estuvo a cargo de los padres franciscanos. Es interesante saber que en este lugar se fundó la primera biblioteca de la Nueva España, y que fue ahí mismo donde se comenzó la era de la astronomía en el México conquistado; ya que ahí llegaron los primeros Astrolabios e instrumentos astrológicos del Viejo Mundo, mismos que sirvieron para los primeros estudios en la Nueva España. Siglos después, cuando los Estados Unidos amenazaba a México con una guerra de invasión, Don José Urbano Fonseca, fue autor del proyecto de convertir en un hospital de sangre al viejo edificio de San Pablo, que servía como cuartel para los militares mexicanos, logrando que se entregara parte de éste para los heridos de la guerra que en esos momentos se desataba. Los primeros heridos a los que se les atendió fueron a los del Batallón de Padierna el 23 de agosto de 1847.
domingo, 31 de mayo de 2009
El Hospital Juárez y “La Planchada”
El Kharisiri
Finalizaré este Post incluyendo una de las últimas notas periodísticas referentes a esta mítica criatura:
Atribuyen crimen de padre de familia al “Kharisiri”, en Juliaca.
sábado, 30 de mayo de 2009
Casas embrujadas de Argentina: La Casa de la Palmera
Prensa oficial china publica fotos de OVNI tomados en Xi'an
viernes, 29 de mayo de 2009
La Hacienda Buena Vista y el Doctor Knoche
Esta es una increíble historia que se ha ganado un sitial de honor entre las leyendas y misterios de Venezuela.
El creador de momias
Gottfried Knoche nació en 1813 en Halberstadt, Alemania. En 1837 se graduó de médico cirujano en la Universidad de Friburgo. En 1840 llega a La Guaira por invitación de la numerosa colonia alemana residente en el Litoral central. Una vez asentado, trae a su esposa.
Al poco tiempo de ejercer como doctor en esa ciudad, se gana la fama de persona caritativa, al atender a pacientes pobres sin cobrar. En 1845 recibe la revalidación de su título, por parte de la Universidad y participa como cofundador del Hospital San Juan de Dios. Durante el gobierno del general Juan Crisóstomo Falcón también fue nombrado director de ese hospital de La Guaira entre 1854 y 1856 y, junto a otros galenos, lucha contra la epidemia de cólera que asoló la región en esos años.
Amante de la naturaleza, durante sus primeros tiempos en La Guaira solía Knoche hacer largas excursiones a caballo hasta las montañas de Galipán. La perspectiva fascinante que ofrece el Litoral desde lo alto del picacho, y su fresco clima debieron ejercer en él fuerte atracción. Quizá fue así como nació su idea de adquirir alguna posesión en los alrededores. No muy lejos existían pequeñas fincas destinadas desde la época colonial al cultivo de café y frutales; Knoche fijó entonces su atención en una de ellas y la adquirió a bajo precio, con el fin de pasar en ella los fines de semana. El nombre de la hacienda era Bella Vista, ubicada en la Vertiente Norte del Ávila, en un sector conocido como el Palmar del Picacho de Galipán. Más tarde, con el pretexto de que a su esposa no le gustaba el calor de La Guaira, se muda definitivamente para tan pintoresco lugar.
Se dispuso entonces el doctor a edificar una casa como las de la lejana Selva Negra, dotada de un gran salón o hall, revestido de madera, con su chimenea y gradería de rústico a la entrada. Casi todo el material fue transportado desde La Guaira a lomo de mulas. Las habitaciones estaban dotadas de amplios ventanales que daban al mar. Personas que tuvieron la suerte o el privilegio de conocer aquella posesión a fines del siglo pasado, elogiaron el buen gusto con que estaba decorada.
Comienzan los extraños experimentos de Knoche
Ya asentado en el lugar, con su esposa, un sirviente y una enfermera, poco a poco se fueron haciendo conocidos los intrigantes experimentos del alemán: había descubierto una fórmula para conservar cadáveres, momificándolos y sin la necesidad de extraerles las vísceras.
La fascinación y persistencia por evitar el inexorable proceso de descomposición de los cuerpos que consumía el tiempo y los desvelos del médico, poco a poco creó en torno a Knoche una leyenda y un territorio de ficción a su alrededor, y para todos los que vivían cerca a la mansión Bella Vista. Según se dice, primero experimentó en el laboratorio que construyó en su hacienda, con animales y mascotas familiares, pero al poco tiempo esto cambiaría,…
Según algunas versiones, todo empezó al morir su esposa: el Dr. Knoche considera entonces que ha llegado el momento de probar su fórmula en seres humanos, para evitar que el cadáver de su amada esposa entre en descomposición. Según otra versión, en uno de sus frecuentes viajes a La Guaira, llega al hospital San Juan de Dios, donde se entera de fallecimiento de un sujeto de apellido Pérez, antiguo soldado de la guerra federal. Su cadáver fue colocado entre los cuerpos no reclamados. Por la noche, el médico tomó sus restos, su uniforme y su arma de combate, y vistiéndolo, lo montó en una mula, trasladándolo hacia su casa, donde lo sometió al tratamiento con su suero momificador. Una vez concluido el proceso, colocó la momia vestida con su raído uniforme y su viejo fusil a la bandolera, a la entrada de la casa, a fin de que “inspirara respeto” ante los ocasionales viajeros
Trabajando sin descanso en la preparación y perfeccionamiento de su líquido embalsamador, Knoche fue mejorando el efecto de su invento: al principio, el líquido era inyectado en la yugular de una persona deshauciada, para que al pasar por las vías circulatorias, secando o deshidratando el organismo, consiguiendo la eternización del cuerpo después de la vida; con el paso del tiempo, logró mejorar su suero, siendo ya innecesario que el individuo agonizante bombease el suero por sus venas. Obviamente, esto acrecentó la leyenda de que el doctor Knoche experimentó con personas vivas.
Para no alarmar al vecindario, obtenía cuerpos de la morgue del hospital San Juan de Dios y los hacía subir a lomo de mulas al cerro con un sirviente de confianza, para someterlos a su proceso. Eso ocasionó que también se crease la leyenda de que, al haber un desaparecido en las cercanías, el pueblo asegurase “que se lo llevó un hombre a caballo”.
Dentro su hacienda, el alemán construyó también un mausoleo, de seis criptas o sarcófagos de mármol y vidrio, donde fue colocando a los habitantes de su casa conforme iban falleciendo: su esposa, luego su hija, su yerno, y dejando espacio para su enfermera, Amalia Weissmann y el propio doctor Knoche.
Algunos hablan de 13 momias creadas por Knoche, pero otros estudios aseguran que se trataría de varias decenas; pero así como se hablaba de esos pobres diablos anónimos, Knoche tuvo también “clientes” de renombre: el ex presidente venezolano Francisco Linares Alcántara y Tomás Lander, personaje célebre de la Caracas del siglo XIX y fundador junto con Antonio Leocadio Guzmán del periódico liberalista El Venezolano.
Los familiares de Lander conocieron a través de un amigo, las virtudes del misterioso líquido embalsamador de Knoche y solicitaron al médico que momificara el cuerpo al fallecer. Una vez concluido el proceso -con el cuerpo ya vestido y maquillado por sus deudos- sentaron a Lander en un escritorio a la entrada de la casa, situada en la esquina de La Pedrera. Allí estuvo casi 40 años, hasta que el gobierno de la época exigió a los descendientes del difunto inhumar a su momia, la cual fue sepultada en el Cementerio General del Sur.
Doctor Gottfried Knoche
Otras leyendas acerca de las momias de Knoche
Entre las muchas historias que rondan la leyenda del doctor Gottfried Knoche destaca el caso del cadáver que se negó a ser momificado: un occiso era llevado cerro arriba por los arrieros; en un tropiezo de las bestias, el cuerpo se soltó de las amarras y se desprendió por un farallón. Por más que buscaron, el cadáver no fue nunca encontrado.
Igualmente, la leyenda cuenta del caso de una persona que fue a visitar la casona después de clausurada y se tomó lo que pensaba era una bebida alcohólica; como consecuencia de su imprudencia quedó petrificado; tiempo después, ese cuerpo fue encontrado junto con los trabajos póstumos del alemán. Asimismo, se cuentan por decenas las historias de espíritus, aparecidos e incluso de momias andantes, que surgieron acerca del doctor y la Hacienda Buena Vista.
El famoso médico murió en su finca de El Ávila el 2 de enero de 1901. Para la llegada de su propia muerte, Knoche había previsto que fuese su enfermera, Amalia Weissmann la encargada de suministrarle el suero momificador, dosis que él dejó preparada. Prima suya, Amalia Weissmann, le sobrevivió; en aquella tétrica mansión vivió, rodeada de muertos, la señora Amalia Weissmann. En julio de 1926, poco antes de expirar, llamó al cónsul alemán, quien subió acompañado por el señor Carlos Henrique Reverón y, tras escuchar de la anciana el secreto de aquella mansión, pidióles ésta que, como último deseo, tomasen posesión de la casa y sus restos fuesen incinerados y arrojadas las cenizas al mar.
Así quedó en completo abandono la morada del Dr. Knoche al morir Amalia Weissmann, quien llevóse a la tumba el secreto de la fórmula empleada por el médico para embalsamar. No presentándose ningún heredero, la finca fue saqueada sistemáticamente. Atraídos por infinidad de leyendas, buscadores de oro cavaron infinidad de hoyos hasta destruir completamente la casa. Sobre aquellas ruinas alguien levantó posteriormente un rancho. Algunas de las paredes exteriores, los marcos de las puertas de la entrada principal, la caballeriza, un tanque, el laboratorio y el horno de la cocina son los últimos vestigios de la misteriosa posesión de El Ávila. Pasado el tiempo, también fue asaltada por estudiantes de medicina, ávidos de develar el secreto de la fórmula de Knoche, cometiendo acto de vandalismo con las momias del doctor y sus familiares.
jueves, 28 de mayo de 2009
El misterio de los gatos alados
Esta criatura tal vez no entraría totalmente en la categoría de Criptozoología -se podría considerar más bien una “criatura extraña”-, pero su leyenda y su presencia entre nosotros, es increíble.
Los gatos alados “aparecieron” por primera vez (existe el supuesto de que coexisten con nosotros desde siempre), en plena época del oscurantismo, en la Edad Media; como era de esperarse, de inmediato fueron tildados como criaturas diabólicas y perseguidas, para arrojarlos a la hoguera. Según cuenta la leyenda, solo sobrevivieron ya que algunos especímenes fueron acogidos en un convento cercano a Florencia, quedando al cuidado de piadosos monjes, pudiendo los gatos volar seguros dentro de los muros del convento, lejos y a salvo de los inquisidores (al menos eso cuenta la leyenda, como veremos más adelante)
Ya a principios del siglo XIX, salieron a la luz en textos iluminados medievales, grabados que mostraban a estos felinos alados: entonces los estudiosos tildaron dichos grabados como muestras del bestiario imaginario de los supersticiosos hombres del Medioevo y nada más.
La primera evidencia fotográfica parece haberse dado aproximadamente en 1860, al descubrirse un ejemplar en Manchester (Inglaterra), y a partir de ahí, se multiplicaron los testimonios, evidencias fotográficas y las primeras certificaciones de autenticidad y análisis por parte de veterinarios.
Según los expertos, las “alas” serían formaciones cutáneas, con cierto soporte muscular, lo cual les conferiría cierta movilidad parcial, pero en ningún caso, la capacidad de volar, ya que carecen de huesos. Dichas formaciones se deberían a una enfermedad genética, llamada astenia cutánea felina, que ocasiona que al gato le crezca descontroladamente piel alrededor de los hombros.
¿Realmente no pueden volar?
El tema más controversial del asunto es su capacidad de volar: los expertos lo niegan rotundamente, mientras que la leyenda medieval daba como un hecho, el que podían volar,… pero para aumentar más el debate, existen una docena de testimonios modernos de personas que aseguran haber visto a gatos alados volando, y muchos otros más, en los que usan sus “alas” para planear.
Gato “alado” encontrado en China suroccidental
Un alumno publicó el lunes 25 de mayo un mensaje en el internet declarando que hay un gato blanco con “alas” en su ciudad natal. Un corresponsal de Xinhua visitó al chico que vive en un vecindad de Chongqing, capital de la provincia suroccidental china de Sichuan, y vió el felino “alado”.
El gato tiene un par de “alas” parecidas a orejas en la parte anterior del lomo, tiernas y con pelos finos pero. El gato “alado” ha provocado mucha curiosidad entre los vecinos, que lo tratan con afecto, bautizándolo con el nombre del gatito protagonista de la película de dibujos animados “Garfield”, con el significado de que su mascota alada pueda volar algún día como los ángeles.
Según explicó su dueña de 80 años, la anciana Liu Xiuzhen, el gato nació un año atrás. Hace dos semanas, cuando Liu lo ayudaba a bañarse, descubrió las “alas” del felino, lo que dio buen susto a la anciana. Desde entonces, el animalito ha atraido mucha atención de los vecinos, que lo tratan y lo protegen con cariño. Se ha convertido en una mascota de todos los vecinos.
Se ha descubierto similares gatos “alados” en Rusia, EEUU y otros países, pero es rara vez visto en China, dijo Hou Jiang del Museo Municipal de la Naturaleza de Chongqing. Se trata de una anomalía en el crecimiento de los animales posiblemente debido a la contaminación medioambiental que conduce al cambio genético en el gato.
(FUENTE: Pueblo en Línea, 26/05/2009)
A la fecha, existen más de 180 casos reportados de gatos alados y la cuenta sigue subiendo,…
miércoles, 27 de mayo de 2009
Avistamientos OVNI en Chilca (2009)
lunes, 25 de mayo de 2009
Autoestopistas fantasmas (8), La rubia de Kennedy
Según se cuenta la historia, la leyenda comenzó en 1979, cuando varios automovilistas –principalmente taxistas-, informaron sobre una hermosa joven rubia, de vestido blanco y largo, que pedía un aventón o buscaba un taxi que le llevase por las noches, desde la Avenida Kennedy, entre Américo Vespucio y Jerónimo de Alderete. Cuando los conductores comenzaban a acelerar, la mujer pedía a los automovilistas que no fueran tan rápido y luego se desvanecía,...
También existe otra versión de la historia: la leyenda cuenta que ella era una alemana de principios de siglo, que vivía en el sur del país y que consumida por una gran pasión hacia su propio hermano, lo esperó una tarde en un bosque, que se ubicaba donde hoy está la Avenida Kennedy.