Según algunos expertos, como John Hawk, nuestro cerebro se está reduciendo como consecuencia de nuestra “cómoda” vida, en la que no precisamos luchar (tanto) por la supervivencia. Si seguimos a este ritmo de reducción, calculan los científicos, nuestro cerebro no será mayor que el del Homo erectus dentro de unos 20.000 años.
Ésta es la mala noticia. La buena es que, afortunadamente, otra influencia está haciendo evolucionar al cerebro humano: la tecnología, según asegura Jeff Stibel, neurocientífico de la Universidad de Tuft (EE. UU.) y autor de varios libros sobre el funcionamiento del cerebro e inteligencia artificial.
Stibel remarca la importancia de internet para impulsar la inteligencia humana: “A medida que la revolución de internet se desarrolla, estamos asistiendo no sólo a la extensión de la mente, sino también a la unificación de mente y máquina, dos redes que conforman una sola. Creer que, algún día, podamos tener toda la información del mundo incrustada en nuestras mentes a través de internet ya no es solo imaginación”.
En 2014, un equipo internacional de neurocientíficos e ingenieros robóticos consiguió demostrar por vez primera que la comunicación directa entre cerebros humanos es posible a través de la red de redes. Según los autores del avance, éste fue un paso hacia una nueva forma de comunicación que no está basada ni en el lenguaje ni en el movimiento.
También en 2014, investigadores de la Universidad de Washington lograron hacer que esa comunicación sirviera para que un emisor enviase órdenes mentales de movimiento corporal a un receptor que las ejecutó.
Stibel aventura que también será posible la telequinesis (mover objetos con la mente) dando órdenes a través de internet. Para esto será necesario una interfaz cerebro-computadora (conectada a la red), algo que ya existe. Y aventura que, algún día, tendremos acceso directo a internet a través de implantes (nanochips) en el cerebro.
Datos ilimitados
Gracias a la tecnología e internet, podrían aumentarse las capacidades cognitivas humanas, es decir que pasaríamos a tener una fuente de datos ilimitada en el cerebro y nuevas capacidades hasta ahora inalcanzables, salvo en el terreno de la ciencia ficción.
Un tema del que no habla Stibel es el del efecto de internet sobre el cerebro y, en consecuencia, sobre nuestras capacidades cognitivas. Si internet está, hoy por hoy y sin necesidad de implantes tecnológicos, modificando el cerebro humano. En 2010, la University College of London analizó esta cuestión. Constató que internet está modificando el cerebro, en ese caso de los jóvenes, haciendo que sean cada vez más capaces de realizar varias tareas al mismo tiempo; aunque también provoca que pierdan su capacidad de concentración y de leer y escribir textos largos. En 2009, científicos de la Universidad de California descubrieron que usar los buscadores de internet hace que los cerebros de la gente mayor estén mucho más activos que cuando realizan otras actividades, como la lectura.
Además, se comprobó que estimular con internet los cerebros de personas que no usaban esta herramienta hacía que, en una semana y con una hora diaria de práctica, alcanzasen el mismo nivel de activación cerebral que los más expertos. Conclusión: internet puede reactivar el cerebro adulto.
(FUENTE: lmneuquen.com.ar)
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