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viernes, 22 de mayo de 2015

"La música ayudará a la ciencia a entender la telepatía, los sueños y el subconsciente"



El finlandés Leif Segerstam, conductor de orquesta y compositor, tiene en su haber una larga serie de obras, entre las que destacan sus 285 sinfonías. Dirigirá mañana y el sábado a la Sinfónica de Galicia en un recital de dos composiciones de Beethoven y Rimski-Kórsakov. En el Palacio de la Ópera a las 20.30 y 20.00 horas, respectivamente.

-Es conocido por poner nombres originales a sus composiciones. ¿De dónde salen?

-Por ejemplo, mi sinfonía número 279, Surfeando en Pensamientos & Visiones experimentadas durante una media maratón mental de música, sale de que me llamó mi hijo para decirme que había corrido una media maratón. Yo decidí correr la mía en mi imaginación.

-De experiencias, entonces.

-El verano pasado tuve un cáncer maligno de próstata. Pensé que iba a morir. ¡Pero sobreviví! Y escribí catorce sinfonías. El título de la 274, en inglés, es Knowing-yes, que en sueco se traduciría como kan-ser, como mi enfermedad. La 275 es Confiando en el saber y la vista del Cibercuchillo. Esa sale de la máquina con la que me operaron, que parecía un dragón chino y estuvo una hora y cuarto cortándome, brr, brr, con el láser... Así cinco veces. Y está la última sinfonía, la 285, Yendo? hasta? y más allá.

-Tiene una forma de componer muy particular, conocida como pulsación libre.

-Consiste en no incluir las barras de compás en mis partituras. No indico los tiempos y no necesitan director. No es algo totalmente libre, porque escribo las notas musicales y el intérprete tiene que seguirlas, pero no le digo exactamente la velocidad a la que tiene que tocar. Cuando incluyo pausas pongo un espectro, por ejemplo, espera entre cuatro y siete segundos.

-¿Confía en los músicos?

-Por supuesto. Y cuando las interpreto yo, toco el segundo piano, de forma que consiguen un buen pianista gratis (ríe). Al músico le dejo elegir el tempo, la pausa, el color, cuánto acelerando, cuánto ralentando, cuándo súbito, todo eso es libre. Una partitura mía es como la página de inicio de una web. No puedes cambiar el tono, pero puedes ir con el ratón y elegir, lo quiero forte. En el futuro habrá música virtual con estas opciones, y la daré libremente, como Linux.

-¿De dónde saca inspiración?

-De la naturaleza. La música es una forma de la naturaleza, y la más saludable. Puedes mostrar con ella todos los registros, desde los más oscuros a los más luminosos. He hecho 285 sinfonías y todas están formadas por los mismos doce tonos que utilizaron Sibelius, Mozart y Stravinski, y todas son diferentes. ¡Es increíble!

-¿Cómo es que hay tantos músicos finlandeses?

-En Finlandia, en verano todo es calor, en invierno, no hay sol. Estos grandes cambios de registro forjaron la mentalidad finlandesa y su imaginación y creatividad. Y somos menos que los madrileños, pero también estamos estratégicamente situados entre Occidente y Oriente. Podemos esperar a que llegue algo bueno de un lado o del otro y usarlo en el momento adecuado. El ordenador binario es una mierda; los finlandeses somos un ordenador ternario. Nosotros tenemos el sí, el no, y el ¡espera!

-Hablando de eso, dicen que las matemáticas son el lenguaje de la naturaleza.

-Sí, y las matemáticas forman la música. Tú tienes doce tonos, contando los semitonos, pero cada uno de ellos se convierte en una tonalidad en la medida en que se prolonga por los agudos y los graves hasta el infinito. Así que el infinito está ahí, en cada tono. Hay animales que pueden escuchar sonidos más agudos que yo, otros que pueden escuchar tonos más graves. Yo no puedo hacerlo, pero siento que están ahí, siento que la fuerza del infinito está en cada nota. Esa es la inspiración y lo saludable de la música, cuando ese infinito te llega como a través de un cordón umbilical o como si fuera la leche del pecho de una madre... ¡Viva la música! [Grita en español].

-¿Hay una conexión entre música y ciencia, entonces?

-Hay más dimensiones de lo que se piensa, y la música puede ayudar a comprenderlas. La música aún no ha dado lo que tiene que dar a la ciencia, pero en el futuro irá más allá del mero entretenimiento. Llevará a comprender los secretos de tres cosas: la telepatía, el mundo de los sueños y el subconsciente, relacionados con los procesos eléctricos del cerebro. A través de la música, en el futuro, descubriremos mucho acerca de ellas. Y lo digo seriamente.

-Suena a que la música estaría relacionada con la cuántica?

-¡Sí, sí!

(FUENTE: laopinioncoruna.es)

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