Se dice que una mujer suele subirse inesperadamente al asiento del acompañante de cualquier vehículo, cuando el auto pasa por la Ruta 1, a la altura de una fábrica de helados. Según cuentan los hombres que tuvieron que vivir el extraño episodio, todo ocurre en horas de la noche y particularmente cuando van solos.
Todo habría comenzado recientemente, en el mes de abril, cuando alrededor de las 22, un señor regresaba a su casa del barrio San Fernando. En medio del camino notó que alguien caminaba a solas a un costado de la ruta, pero en ningún momento hizo señas para que la llevara. La pasó y a los metros notó que en el asiento del al lado estaba la misma mujer. Se restregó los ojos pensando que era una ilusión óptica, pero al abrirlos estaba allí.
No supo qué hacer y sólo atinó a aferrarse al volante y mirar hacia adelante como si nada pasara, pero con el rabillo del ojo notaba la prenda blanca que tenía puesta la mujer. Cuando estaba a doscientos metros del barrio, el espectro desapareció sin dejar ningún rastro.
Al llegar a la casa le contó a su esposa lo que había pasado y ésta se le rió en la cara, pero al notar que su marido no hacía ninguna mueca, se puso seria y le pidió que le contara más. “No tengo nada más para decirte. Sólo se sentó a mi lado, pero no hizo ni dijo nada en todo el camino”, le contó el señor.
Sin embargo, este episodio comenzó a repetirse con mayor frecuencia en la misma zona y hora. Algunos hombres empezaron a evitar pasar por allí, pero para otro ese camino era obligado. Al principio todos se negaban a creer en la aparición de una mujer fantasma, pero luego de un tiempo lo tomaron con seriedad.
El caso más llamativo que ocurrió en esa zona fue el que le pasó a un joven, quien sólo se condujo por ese lugar para comprobar si era verdad lo de la mujer fantasma. Al llegar al lugar referido, el auto se le descompuso. La noche estaba muy oscura y nadie pasaba por allí para socorrerlo. Comenzó a sentir miedo.
De pronto, notó que una luz fluorescente se le acercaba y entró al auto para protegerse. La luz desapareció, pero al mirar por el espejo retrovisor, vio a una bonita mujer que estaba sentada en el asiento trasero mirando para el costado. Quiso hablarle, pero no le salieron las palabras por el susto.
Pasaron varios minutos y todo seguía igual. Intentó encender el auto y respondió inmediatamente. Puso primera y aceleró. La mujer seguía mirando al lado derecho sin decir nada. En dos minutos estaba en el barrio Paraíso y todo volvió a la normalidad: la mujer fantasma ya no estaba.
Según cuentan, en ese lugar, hace algunos años, hubo un accidente en donde falleció una joven. Desde entonces, aparece la imagen de una mujer solitaria que no dice ni hace nada. Parece que sólo busca un poco de compañía, pero esta situación genera temor en los hombres que reciben su visita “especial”.
(FUENTE: nuevodiarioweb.com.ar)
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