Como seres humanos, una de las habilidades que nos hace únicos es la posibilidad de predecir el futuro. No con resultados exactos, claros, pero sí con bastante precisión: nos es relativamente fácil estimar la cantidad de días que nos va a llevar terminar un informe, pero también podemos intentar establecer predicciones acerca de quién ganará un partido de fútbol o sobre las posibilidades de que nos vaya a gustar una carrera universitaria. A fin de cuentas, sólo se trata de utilizar los conocimientos propios de la experiencia y proyectarlos hacia el futuro.
En esta habilidad, como en todas, hay personas que lo tienen más fácil a la hora de acertar acerca de lo que ocurrirá en el futuro, y saber qué tipo de perfiles presentan estos individuos podría revelar información acerca de los mecanismos que guían el éxito a la hora de imaginar situaciones futuras probables. Por este motivo, un equipo de investigadores se ha propuesto conocer el perfil típico de estos “campeones de la predicción” y estimar qué tipo de prácticas y hábitos relacionados con la proyección de conocimientos hacia el futuro podrían generalizarse a toda la población.
Sus conclusiones han sido publicadas recientemente en la revista Perspectives on Psychological Science.
Estudiando a los “adivinadores de élite”
Este equipo de investigadores se ocupó de establecer relaciones entre las puntuaciones obtenidas en test de predicción y otros aspectos relacionados con diferentes habilidades cognitivas y estilos de pensamiento. Para ello, se partió del tipo de respuestas que varias personas aportaron a preguntas sobre aspectos ajenos a su cotidianidad, como:
¿A qué velocidad crecerá la economía de China en el próximo trimestre?
¿Quién será el presidente de Rusia en 2012?
¿Detonará Corea del Norte otra arma nuclear en los próximos 3 meses?
Los diferentes participantes se encargaron de estimar las probabilidades de que ocurriera cada una de las opciones, y sus puntuaciones acerca de la capacidad de predecir los futuros eventos se estableció cruzando sus respuestas con los eventos reales que fueron ocurriendo con el paso de los meses.
Los resultados obtenidos muestran dos tendencias relacionadas con las capacidades cognitivas básicas:
Las personas con mayor habilidad a la hora de predecir eventos geopolíticos tienden a mostrar una puntuación de cociente intelectual superior al de la media de la población.
Las personas con una mayor inteligencia cristalizada en aspectos relevantes (semántica general, conocimientos amplios sobre el mundo actual, etc.) también obtienen mejores puntuaciones en los test de predicción.
Además, las personas con mayor capacidad para saber lo que ocurrirá en un futuro muestran algunas tendencias acerca de su manera de pensar y relacionarse:
Son más proclives a mostrar un tipo de pensamiento flexible, que se adapta a la improvisación y se ajusta bien a la aparición de pequeños imprevistos, en vez de permanecer aferradas a posicionamientos dogmáticos.
Piensan de manera determinista: creen que las cosas ocurren por motivos explicables, no por medio del destino o acontecimientos misteriosos propios del esoterismo. Esto tiene sentido, teniendo en cuenta que predecir el futuro es, en parte, trabajar con probabilidades, y éstas dependen de aspectos que se pueden considerar en una etapa previa a que ocurra lo que se quiere predecir.
Además, las personas con buenas habilidades predictivas tienden a buscar situaciones estimulantes en busca de desafíos intelectuales. Tienden a ser minuciosas en su manera de abordar estos retos y se involucran emocionalmente en ellos, además de mostrar cierto espíritu competitivo a la hora de comparar sus resultados con los de otras personas. En general les gusta involucrar a otras personas en la resolución de estos desafíos y es posible que por eso se potencien mutuamente al encontrar placer en la discusión y las argumentaciones y tomar medidas para demostrar sus conocimientos y poner a prueba el nivel de preparación de los demás.
Es posible que parte de estos resultados se deba más al tipo de personalidades que lo tienen más fácil para encontrarse en contextos en los que practicar las capacidades de predicción sean importantes (ser broker, formar parte de una consultoría política, etc:), o puede que realmente nos hablen sobre los patrones psicológicos que repercuten en un buen desempeño en esta tarea en concreto.
Como siempre, correlación no implica causalidad. Sin embargo, no está de más seguir investigando acerca de esto o, al menos, animarse a estimar una fecha en la que ya tengamos una respuesta definitiva.
(FUENTE: psicologiaymente.net)
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