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viernes, 7 de marzo de 2025

¿Es posible hablar con los espíritus?

Desde lo más antiguo de la humanidad, el interés de comunicarse con quienes ya han muerto permanece vigente. A mediados del siglo XIX, esa búsqueda tomó una nueva denominación: mediumnidad. 

Personas que afirmaban estar en condiciones de incorporar el espíritu de un muerto y que éste se manifestara a través de ese humano al que se denominó “médium.” 

El tema es muy controvertido pues tiene diferentes facetas que van desde quienes lo investigaron científicamente hasta los que lo convirtieron en una creencia. 

En Argentina, hay un experto en estudiar esta cuestión de los espíritus y los médiums, es el doctor en psicología y parapsicólogo Alejandro Parra, fundador y director del Instituto de Psicología Paranormal quien acaba de publicar el libro “Mediums”, donde vuelca los resultados de su trabajo.

En una entrevista exclusiva, le consulté sobre las personas que se dedican a comunicarse con los espíritus de personas fallecidas.

“Los médiums han sido vistos en diversas sociedades cumpliendo un rol que identifica a un sacerdote, un chamán o a un místico. Representan figuras que pueden requerir los consejos de los espíritus de los ancestros, aliviar el dolor por la pérdida de seres queridos fallecidos y ganar recompensa o recibir el castigo de dioses o entidades por las conductas impropias en cada cultura. También la influencia de los espíritus en la vida cotidiana para el matrimonio, la prosperidad económica, la protección de los hijos y la familia, la curación de las enfermedades, los momentos apropiados para el cultivo o anticipar desastres naturales así como para ganar conocimiento o poder”, explicó Parra. 

Al respecto del concepto más amplio de la mediumnidad, el especialista explicó que “es la capacidad de establecer comunicación con entidades o inteligencias supuestamente inmateriales o desencarnadas cuya práctica es muy antigua y transcultural.Básicamente, se refiere a una experiencia de comunicación que puede estar sujeta al control de un espíritu guía o bien bajo el control del propio individuo sin tutoría espiritual alguna.

Dada la diversidad del rol del médium, podemos cometer un error al considerar que la doctrina espiritista o determinadas religiones entrañan la única manera de comprender a la mediumnidad, aunque ciertamente sus influencias han sido prominentes en muchas formas, de ninguna manera pertenece al patrimonio espiritista”.

A continuación, brindó algunos ejemplos para comprender esta disciplina en profundidad. “En el espiritismo kardecista, por ejemplo, la mediumnidad se corresponde a dos grandes categorías: la mediumnidad mental o moral, y la mediumnidad física. En la mental, el espíritu desencarnado se comunica a través del cuerpo del médium (siendo el médium un sujeto pasivo o receptivo) o bien el médium invoca la sabiduría de un determinado agente espiritual (siendo el médium un sujeto activo y demandante). Para los grupos religiosos, la mediumnidad es considerada un don que puede manifestarse a edad temprana; una etapa caracterizada por una disminución de la influencia cultural, primero, la educación parental y después la escuela, resultando la etapa infantil más apta para abrirse a posibles influencias espirituales. De este modo, se evita la represión del filtro (portal) para crear una vía de comunicación”.

La mediumnidad también está considerada como un “sexto sentido”; “una metáfora que entraña una vía alternativa de manifestación, siendo sus desencadenantes -aunque no podemos generalizar- situaciones traumáticas, desde físicas (accidentes), orgánicas (tumores, epilepsias) hasta emocionales (violencia doméstica, abusos, abandono). Incluso una experiencia al borde de la muerte o una vivencia religiosa/espiritual pueden desatar experiencias de mediumnidad”, aclaró Parra.

La creencia común de que los contactos con los fallecidos brindará esperanza y alguna forma de protección, está presente en las consultantes.

Además, una sesión con un médium podría proporcionar no sólo un sentido de bienestar existencial y espiritual asociado con sentirse en paz con pensamientos sobre la vida y la muerte sino también tener una sesión exitosa con el médium en términos de una “buena” comunicación.

La mediumnidad puede brindar consuelo y orientación con un potencial enorme para ayudar a las familias y amigos a aceptar su dolor y replantear su experiencia dentro del duelo mediante la búsqueda de un consejo espiritual por fuera de los términos de las religiones tradicionales o directamente no religioso.

PUNTOS DE VISTA: LAS DIFERENTES INTERPRETACIONES

Dada la diversidad del rol del médium, sería un error considerar que la doctrina espiritista o determinadas religiones entrañan la única manera de comprender a la mediumnidad, aunque ciertamente sus influencias han sido prominentes en muchas formas, de ninguna manera pertenece al patrimonio espiritista.

En el espiritismo kardecista, por ejemplo, la mediumnidad se corresponde a dos grandes categorías: la mediumnidad mental o moral, y la mediumnidad física.

En la mental, el espíritu desencarnado se comunica a través del cuerpo del médium (siendo el médium un sujeto pasivo o receptivo) o bien el médium invoca la sabiduría de un determinado agente espiritual (siendo el médium un sujeto activo y demandante).

Para los grupos religiosos, la mediumnidad es considerada un don que puede manifestarse a edad temprana en la niñez; una etapa caracterizada por una disminución de la influencia cultural, primero, la educación parental y después la escuela, resultando la etapa infantil la más apta para abrirse a posibles influencias espirituales.

De este modo, se evita la represión del filtro (portal) para crear una vía de comunicación.

Sin embargo, la mediumnidad también está considerada un “sexto sentido”; metáfora que entraña una vía alternativa de manifestación, siendo sus desencadenantes -aunque no podemos generalizar situaciones traumáticas, desde físicas (por ej., accidentes), orgánicas (por ej., tumores, epilepsias) hasta emocionales (por ej., violencia doméstica, abusos o abandono). 

Incluso una experiencia al borde de la muerte o una intensa y vívida experiencia religiosa/espiritual pueden desatar experiencias de mediumnidad.

(FUENTE: cronica.com.ar)


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