En nombre del amor podemos llegar a hacer cosas de todo tipo. Desde mudarnos a vivir a otro país, hasta adquirir una súbita nueva afición, cambiar de aspecto o también perder el norte y volvernos incapaces de realizar ninguna tarea cotidiana −me recuerdo a mí misma en una feliz ocasión guardando las llaves del coche en la nevera−.
En la víspera de San Valentín, cuando los corazones pueblan los escaparates y las dulces declaraciones impregnan el ambiente, nos damos cuenta de cómo el amor romántico es uno de los grandes motores del mundo. Bajo su bandera aumenta la venta de bombones, flores, perfumes, ropa interior, cenas a la luz de las velas... Y bajo su influjo, como señala un estudio reciente, gira también en gran medida la industria de la música.
El amor en la música pop
Los profesores Salvador Climent y Marta Coll-Florit, pertenecientes al grupo de investigación en lingüística aplicada (Grial) de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, acaban de publicar un curioso trabajo. En él se han analizado los éxitos de la lista norteamericana Billboard -que recoge las canciones pop más escuchadas-, para saber cómo ha cambiado la concepción del amor en la música pop a lo largo de siete décadas, nada menos.
Lo primero que han encontrado estos dos lingüistas es que el amor es el elemento central de 52 de los 71 éxitos musicales que encabezan la lista desde el año 1946. “La música pop se crea con el objetivo de conseguir éxito comercial, y la evocación de sentimientos de amor y desamor ejerce una poderosa atracción hacia todo tipo de público”, reflexionan los autores del estudio, titulado All you Need Is Love.
El amor es el elemento central de 52 de los 71 número 1 de la lista Billboard desde 1946
El amor vende, y el desamor también. ¿Quién no se ha recreado en su corazón roto escuchando y cantando a grito pelado el Hello de Adele, precisamente una de las canciones más reproducidas de 2016? “Supongo que las grandes emociones siempre venden, y el amor sin duda lo es, quizá la principal, tanto si sale bien como si sale mal. Es un sentimiento que afecta intensamente a todo el mundo”, señala Salvador Climent.
Todavía no ha llegado el día en que en los colegios se imparta una asignatura sobre educación emocional. Y así, en la primera adolescencia, casi todos nos vemos lanzados al ruedo del primer amor (y desamor) sin tener ni una mínima idea de cómo manejarnos con estas grandes emociones.
¿Dónde nos educamos entonces respecto a lo que es esperable cuando nos enamoramos? Pues en gran parte a través de los distintos referentes culturales. El cine, las series, los libros y las canciones, en este caso, juegan un papel importante.
Los conceptos más usados
Proximidad, posesión, viaje...
En este sentido, cobra especial importancia el estudio de Climent y Coll-Florit, que ha analizado el tipo de metáforas utilizadas en las letras de dichas canciones. La sorpresa, o quizá no lo es tanto, es que entre el centenar de figuras conceptuales más utilizadas para hablar de amor destacan las que se refieren al amor como proximidad, posesión, unidad, contacto físico, cautividad y, también, como un viaje.
Como mínimo una veintena de las canciones más populares hablan de una relación de amor desigual, en que uno de los amantes considera al otro como suyo, según el estudio. En diversos casos, además, el amor se muestra como un tipo más de subyugación.
El 67% de las canciones analizadas, de hecho, muestran una correlación entre las metáforas de proximidad física y las de posesión. Es decir, que parece que las dos ideas se superponen. You’re sixteen, you’re beautiful and you’re mine (tienes dieciséis, eres guapa y eres mía), cantaba Ringo Starr allá en los años setenta.
Muchas las canciones hablan de una relación desigual en la que uno ve al otro como suyo
Aunque no hace falta irse tan lejos para encontrarse con letras inquietantes. El exitazo de Leona Davis de 2007, Bleeding Love, que seguramente todos hemos tarareado más de una vez sin darnos cuenta, dice cosas como: But I don’t care what they say / I’m in love with you / They try to pull me away, but they don’t know the truth / My heart’s crippled by the vein that I keep on closing / You cut me open and I / Keep bleeding, keep, keep bleeding love. Un amor contra el que todos la advierten (¿por algo será?) pero por el que ella se entrega hasta quedarse sangrando, aunque él la… abra en canal. Glups.
Otro caso célebre es el Every Breath You Take, de Sting, una canción que se lleva la palma en lo que se refiere a letras de apariencia romántica pero que encierran un mensaje peligroso. En este caso, el de la idealización del acoso y las relaciones obsesivas. El propio músico declaró en su día que no se había dado cuenta de lo terrible que resultaba la historia.
La investigación de la UOC también ha detectado que el 75% de les canciones más populares sobre amor hablan de amor romántico, pero el 25% restante son de temática erótica. En este apartado, Salvador Climent y Marta Coll-Florit se han dado cuenta de algo curioso: a partir de los años setenta, la música pop norteamericana se llenó de metáforas más sensuales y explícitas para hablar de amor. “
Seguramente hay canciones de los 80 o del siglo XXI que no serían aceptables por los mass media en los años 50”, señalan ambos lingüistas, “y eso debe de ser por las convenciones sociales de cada momento. En los últimos años del estudio, digamos que en el siglo XXI, hemos detectado más temática de desengaño y desamor que antes: típicamente en los 40-50-60 los grandes éxitos son más románticos y en nuestro siglo, más decepcionados. ¿Si hemos avanzado hacia modelos más igualitarios? En general, seguro que sí; pero nuestro estudio trata de los superéxitos, las canciones que venden millones. En ese caso no estoy tan seguro”, valoran.
En los últimos años del estudio hemos detectado más temática de desengaño y desamor
Salvador Climent y Marta Coll-Florit
Investigadores Lingüística Aplicada, UOC
Y concluye: “Es normal que en las canciones de amor se recurra a las metáforas sobre proximidad física, porque eso es algo que se desprende de la experiencia natural de las relaciones amorosas. Las metáforas de posesión, en cambio, reflejan un cliché muy enraizado en la cultura popular”.
Canciones que delatan el grado de enamoramiento
Más allá de las letras y de su significado, otro interesante estudio realizado recientemente por científicos de la Universidad de Granada y de la universidad de La Frontera (Chile) se ha centrado en los efectos que pueden tener las canciones románticas en el cuerpo.
La investigación ha descubierto que las canciones románticas modifican la temperatura del cuerpo humano en función del grado de enamoramiento de la pareja, algo que se ha podido determinar mediante técnicas de termografía.
Las canciones modifican la temperatura corporal según cómo estás de enamorado
Así, cuando una pareja reciente (menos de seis meses de relación) escucha la que consideran “su canción” se produce un enfriamiento de ciertas partes del cuerpo, una suerte de escalofrío o piel de gallina, sobre todo en la punta de la nariz, ambas mejillas, la frente en el lado izquierdo y derecho y la punta del dedo corazón de la mano dominante.
Sin embargo, en aquellas parejas con altos niveles de unión y satisfacción, más estables, escuchar su canción produce un calentamiento corporal en estas mismas partes, que es mayor cuanto más unidos están.
Los investigadores, pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), también han determinado las diferencias que se producen en la temperatura de la piel en exparejas cuando escuchan su canción romántica. Así, en aquellas personas que añoran a una expareja, escuchar su canción produce enfriamiento o un calentamiento mayor que el que produce la canción romántica con su pareja actual.
“De este modo, la reacción térmica de la piel a “nuestra canción” se convierte en un buen indicador de la satisfacción de pareja, y nos podría permitir averiguar con un criterio objetivo (la temperatura del cuerpo) si añora a su ex o lo quiere más que a su actual pareja; si la quería de otro modo (más pasional) o si el vínculo ya se apagó (cuando no se producen cambios térmicos)”, explica Emilio Gómez Milán, investigador del Laboratorio de Termografía del CIMCYC.
La reacción térmica a la canción permite averiguar si añora al ex o quiere más a su actual pareja
Emilio Gómez Milán
Investigador del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento
Gómez Milán destaca que la música tiene un fuerte impacto emocional en las personas. “Los sentimientos causados por la música se pueden activar la primera vez que oímos una canción (nos gusta mucho o poco), pero se potencian con la repetición, al oírla muchas veces. Por eso tenemos canciones favoritas”.
Además, las experiencias vitales y los recuerdos emocionales con frecuencia se asocian a una canción: por eso, las parejas suelen tener una canción romántica favorita, a la que llaman “nuestra canción”. La que sonaba cuando se conocieron, o cuando bailaron por primera vez.
(FUENTE: lavanguardia.com)